La Muerte en persona acudía a recoger las almas de los magos. —¿De qué voy a morir? —preguntó Rincewind. —¿Cómo dices? —Bueno, no me he roto nada, ni me he ahogado. Así que, ¿de qué voy a morir? No te puedes morir de Muerte. Tiene que haber una razón —insistió Rincewind.

