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February 6 - February 18, 2025
Cuando llegaran, copularían breve y apasionadamente por primera y única vez, y de tan ardiente unión nacerían nuevas tortugas que transportarían nuevos mundos. Se conocía esta hipótesis como Teoría del Big Bang.
Se dice que, cuando un mago está a punto de morir, la Muerte en persona se presenta a recogerle, en vez de dejar la tarea a un subordinado, como la Enfermedad o el Hambre, que es lo más corriente.
Tardas tres meses en memorizar hasta el más sencillo, y luego, una vez lo usas, ¡puf!, desaparece. Eso es lo estúpido de la magia, ¿sabes? Te pasas veinte años aprendiendo el hechizo que hace aparecer vírgenes desnudas en tu dormitorio y, cuando lo consigues, estás tan envenenado por los vapores de mercurio, tan ciego de leer grimorios viejos, que no te acuerdas de lo que viene después.
Muchas veces se ha dicho que, aquellos que son sensibles a la radiación del octarino —el octavo color, el Pigmento de la Imaginación— pueden ver cosas que resultan invisibles para los demás.
Es bastante embarazoso saber que uno es dios de un mundo que sólo existe porque cada curva de improbabilidad debe tener su cenit.
Dosflores era un turista, el primero del Mundodisco. Según decidió Rincewind, turista significaba «imbécil».
Estaba muy bien apoyarse en la lógica pura, decir que el universo estaba regido por la lógica y la armonía de los números, pero lo obvio era que el disco atravesaba el espacio a lomos de una tortuga gigante, y que los dioses tenían la costumbre de rondar por las casas de los ateos para destrozarles las ventanas.
Bel-Shamharoth era el reverso de una moneda en la que Bien y Mal ocupaban la misma cara.
No se encontraban en un pasillo, sino en una habitación amplia con un número de paredes que Rincewind no se atrevió a contemplar. De allí salían och... siete bis pasillos. Cerca de él, Rincewind advirtió la existencia de un altar bajo, con tantos lados como cuatro veces dos. Pero no estaba en el centro exacto de la sala: el centro estaba ocupado por una enorme losa de piedra con el doble de lados que un cuadrado.
Lo que más les gusta a los héroes son ellos mismos.
Algunos piratas conseguían la inmortalidad por sus grandes crueldades o proezas. Otros conseguían la inmortalidad gracias a la gran riqueza amasada. Pero el capitán había decidido mucho tiempo antes que quería alcanzar la inmortalidad por no haber muerto.
Era el octarino, el color de la magia. Estaba vivo, brillante y vibrante. Y era, sin discusiones, el pigmento de la imaginación: porque, allí donde aparecía, indicaba que la simple materia estaba al servicio de los poderes de la mente mágica. Era la esencia misma del encantamiento.
Cuando pienso que puedo morir sin haber visto ni una centésima parte de lo que existe, me siento... —hizo una pausa para buscar la palabra adecuada—. Bueno, humilde, sí. Pero también muy furioso, claro.
—¿Qué es una patraña? —preguntó Dosflores. —Los pelos que tenemos alrededor de los ojos, creo
La Muerte en persona acudía a recoger las almas de los magos. —¿De qué voy a morir? —preguntó Rincewind. —¿Cómo dices? —Bueno, no me he roto nada, ni me he ahogado. Así que, ¿de qué voy a morir? No te puedes morir de Muerte. Tiene que haber una razón —insistió Rincewind.

