Un dato importante a tener en cuenta es que cuando uno concede un favor tres veces consecutivas, las conexiones neuronales que se forman en el córtex prefrontal de quien lo pide hacen que esta empiece a considerar como un derecho u obligación que la otra cumpla con ese cometido, es decir, se empieza a establecer un rol. Para evitar esto, es aconsejable no aceptar nunca tres favores seguidos