respuesta siempre es “recibido, cabrones”. Grítalo a todo pulmón. Diles que has oído todo lo que tienen por decir y que pueden esperar de regreso tu mejor esfuerzo. Y no te olvides de sonreír. Una sonrisa que les recuerde que eres más peligroso cuando estás arrinconado. Así es como tú respondes a un contratiempo. Es la manera más eficiente de lidiar con la adversidad y salir airoso.