Los muchachos de zinc in PopSugar Reading Challenge en Español

Feb 28, 2021 Paloma rated it really liked it · review of another edition

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Reseña en Español | Review in English

Svetlana Alexiévich es una autora brutal y, como he mencionado en otras reseñas de su obra, una escritora que debería ser de cabecera en todo el mundo, en las escuelas, en la vida diaria, sin importar el país, sistema político o religión. Aunque sus libros tratan de eventos muy puntuales relacionados con la historia de la ex Unión Soviética y los países que fueron parte de su órbita, todos los sucesos son lecciones que la humanidad entera puede aprender y apl Reseña en Español | Review in English

Svetlana Alexiévich es una autora brutal y, como he mencionado en otras reseñas de su obra, una escritora que debería ser de cabecera en todo el mundo, en las escuelas, en la vida diaria, sin importar el país, sistema político o religión. Aunque sus libros tratan de eventos muy puntuales relacionados con la historia de la ex Unión Soviética y los países que fueron parte de su órbita, todos los sucesos son lecciones que la humanidad entera puede aprender y aplicar. Los muchachos de zinc se suma a esta serie de terribles acontecimientos de la historia mundial, reprobables porque pudieron ser evitados: no son desastres naturales, son tragedias creadas por el ser humano. A través de los testimonios de los entonces jóvenes que fueron enviados a una guerra sin sentido a un país totalmente ajeno a ellos -Afganistán- así como de las voces de padres, madres y compañeros, nuevamente Alexiévich nos hace sumergirnos en el terrible dolor humano y en las pérdidas sin sentido pero también, a lo que debe ser una llamada urgente a cuestionar cualquier totalitarismo. Ninguna ideología vale la destrucción no solo de la vida humana, sino del espíritu y la libertad de decidir. Da una rabia tremenda ver la manipulación de un régimen, que triunfa al momento que las personas dejan de cuestionar. Y a esta desgracia se suma que, a pesar de los años, las guerras, las catástrofes humanitarias, es tan fácil volver a caer en los juegos del poder y en la manipulación. Como señala Alexiévich durante una comparecencia por un proceso legal que se le abrió al ser acusada de tergiversar los hechos:

“Cada vez más a menudo pienso: Después de Chernóbil, de Afgán, de acontecimientos de la Casa Blanca, nosotros no estamos a la altura de lo que nos ocurre. No analizamos nuestro pasado, siempre somos las víctimas. ¿Tal vez sea por eso que todo se repite?”

Como comentario al margen, únicamente quiero reconocer que en esta ocasión me costó mucho más avanzar por este libro: personalmente me pareció menos fuerte que La Guerra No tiene Rostro de Mujer (el primer libro que leí de ella y que me destruyó), pero lo cierto también es que de pronto, y el contexto actual de pandemia y malas decisiones políticas, me pareció una lectura muy densa.
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Svetlana Alexievich’s writing is brutal and, as I have mentioned in other reviews of her work, an author who should be a mandatory read all over the world, in schools, in everyday life, regardless of any political system or religion. Although her books deal with very specific events related to the history of the former Soviet Union and the countries that were part of its sphere of influence, all the events are lessons from which humankind could learn and avoid fatal errors. Zinky Boys: Soviet Voices from the Afghanistan War joins the series of terrible events in world history, reprehensible because they could have been avoided: they are not natural disasters, they are human-created tragedies. Through the testimonies of the then young people who were sent to a senseless war in a country totally alien to them -Afghanistan -as well as the voices of fathers, mothers and partners, Alexievich immerses the readers in terrible human pain and disaster but pointing out to what must be an urgent call to question any form totalitarianism. No ideology is worth the destruction not only of human life, but of the spirit and the freedom to decide. It is tremendously upsetting to see the manipulation of a regime, which triumphs the moment its citizens stops questioning it. To further add to this misfortune, it seems that despite the years, countless wars, repeated humanitarian catastrophes, it is so easy to fall back into the games of power and forget the past. This book is an effort to avoid the loss of memory because if not, history will just repeat itself and we will be only the victims. And we do not have to be, we should not be.
As a side note, I only wish to acknowledge that this time it took me much more effort to get through this book: though I personally found it less emotional than (the first book I read from the author and that destroyed me), but the truth is that given current context of the pandemic and the grim scenario of domestic politics, it was a very dense reading to me. ...more

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Jul 02, 2016 Paola rated it it was amazing

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Este libro... Es uno de los libros más difíciles que he leído, no por el modo en el que está narrado ni nada de eso, sino por la temática... La guerra; la escuchamos, la leemos, la 'vemos', la 'conocemos' está en todos lados: en los videojuegos, en la literatura desde el inicio de la misma, en la religión, en las noticias, en la música, en los juguetes de los niños, en el gobierno, en las películas, básicamente en todos lados... Pero si bien creemos conocerla, jamás podremos decir con certeza lo Este libro... Es uno de los libros más difíciles que he leído, no por el modo en el que está narrado ni nada de eso, sino por la temática... La guerra; la escuchamos, la leemos, la 'vemos', la 'conocemos' está en todos lados: en los videojuegos, en la literatura desde el inicio de la misma, en la religión, en las noticias, en la música, en los juguetes de los niños, en el gobierno, en las películas, básicamente en todos lados... Pero si bien creemos conocerla, jamás podremos decir con certeza lo que es en realidad si jamás hemos participado en una o visto una de cerca, aunque me parece que este libro de la autora Bielorrusa Svetlana Alexievich es lo más cerca de la guerra de Afganistán que alguna vez estaremos quienes no vivimos ni siquiera durante la época en la que tomó lugar este triste evento. Lo difícil al momento de la lectura de este libro documental es la horrible sensación de tristeza que contagian los relatos de quienes sí conocen la guerra cara a cara, los relatos más complejos de leer eran los de las madres de los soldados fallecidos... Uno no sabe qué es el dolor hasta que lo vive y Dios, creo que ni a mi peor enemigo le desearía pasar por las experiencias relatadas en el libro.

Somos seres humanos, por Dios ¿cuándo se nos va a ocurrir por fin darnos cuenta de eso? No importa qué idioma hablemos, dónde vivamos, qué comida pongamos sobre la mesa, el estatus social, el color de nuestra piel, nuestra complexión física.... ¡Somos humanos! ¿En qué momento vamos a dejar de permitir que personas mueran ''justificadamente''? Los invito a leer libros como este para que vean que ninguna guerra tiene un buen motivo de ser, porque NADA es más valioso que las vidas humanas.
Recuerdo que me puso los pelos de punta cuando en una parte del libro leí uno de los relatos de un soldado sobreviviente, un 'afgano' como les llaman a quienes sirvieron en esa guerra, y él decía que mataban porque eso es lo que te ordenan hacer, no lo piensas y luego llega el odio irracional hacía esas personas que supuestamente son tus enemigos, llega ese odio cuando ves a uno de los tuyos perder la vida a causa de una bala, bomba o lo que sea del lado enemigo, en ese momento preciso, cuenta el soldado, los enemigos dejan de ser personas y entonces es más sencillo matar.... Me rompió el alma leer que es más sencillo deshumanizar a alguien, que ver que las guerras son idiotas e ilógicas.

Los invito a leer a Svetlana, yo seguiré leyendo sus libros, pero creo que voy a leer algo bonito antes de buscar otro de sus libros... Es oro puro el libro, pero creo que lo tienen que leer con un poco de sangre fría, porque rompe el corazón y no hay vuelta atrás, pero me parece que estos libros de denuncia sirven para que las futuras generaciones y mi generación busquemos el diálogo y nunca la guerra, busquemos igualdad y nunca la guerra, busquemos predicar amor y nunca la guerra.... ...more

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Dec 24, 2017 irene ✨ rated it really liked it · review of another edition

Solo hay un gramo de humano en el ser humano. Una gota. Es lo que comprendí en la guerra. Si le falta comida, se vuelve cruel; si se siente mal, se vuelve cruel. Entonces ¿cuánto de humano tenemos?

(Incluso si intentara, no encontraría las palabras adecuadas para expresar cuánto me dolió este libro y por qué lo considero tan bueno. El estilo de la autora es increíble.)

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Feb 21, 2017 Jessy rated it it was amazing · review of another edition

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Un libro muy muy fuerte. Muchos de los testimonios me hicieron llorar, durante todo el libro tuve un nudo en el estómago al leer todas las vivencias. Fue muy interesante saber sobre ese conflicto del que no tenía ni idea y ver los efectos que provocó. Me sentí muy indignada con los juicios, sobre todo cuando mencionan cosas absurdas o los demandantes se contradecían...

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Oct 10, 2023 Eliana Rivero rated it it was amazing

Shelves: kindle, 52bookclub2023

#1. Un libro con subtítulo.
#18. Ambientado en una guerra que no sea la I o II Guerra Mundial.
52 book club 2023

Admiro muchísimo a Svetlana Aleksiévich.

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Sep 18, 2016 Ferni rated it it was amazing

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"Es que tu eres muy masoquista..."

¿Qué sucede conmigo y Alexievich que siempre termino leyéndola cuando mi situación mental no es optima? O, acaso es que mi psique se altera con ella? No lo sé, no lo sé... Los muchachos de zinc es ese tipo de libros que duele leer, que cada girar de la página hace que uno se cuestione que esta pasando y si lo mejor sea detenerse, para no enterarse, para no escuchar más.

Alexievich tiene un don, que sobrepasa a los demás. Más allá de que decidiera refugiarse en la "Es que tu eres muy masoquista..."

¿Qué sucede conmigo y Alexievich que siempre termino leyéndola cuando mi situación mental no es optima? O, acaso es que mi psique se altera con ella? No lo sé, no lo sé... Los muchachos de zinc es ese tipo de libros que duele leer, que cada girar de la página hace que uno se cuestione que esta pasando y si lo mejor sea detenerse, para no enterarse, para no escuchar más.

Alexievich tiene un don, que sobrepasa a los demás. Más allá de que decidiera refugiarse en la literatura documental, la verdad es que la mujer es capaz, logra llegar al "meollo del asunto". Sólo he leído dos libros de ella, pero se quedan conmigo esas historias, de héroes y heroínas anónimos. De soldados que fueron a la guerra a morir por... ¿por qué causa? ¿Por la Patria? ¿Por el Gobierno? ¿Por la familia? ¿Por quién, por quién? Miles de jóvenes, sin apenas alcanzar los veinte años o los veinticinco fueron carne de cañón, sirvieron como una triste excusa y, en palabras de los "afganos", era mejor morir en el campo de batalla a retornar a casa tullido, olvidado, saqueado...

Desconocía los efectos de la guerra ruso-afgana, algo que quizás comparta con la juventud de los 90s: mejor olvidar a recordar, porque, ¿quién quiere recordar la guerra perdida? Y lo más trágico, lo más doloroso es que ellos tampoco quisieron recordar ese fracaso. Qué terrible es vivir sabiendo que tu amigo, tu compañero, tu conocido fue a morir como una oveja; que en unos años será un muchacho anónimo que le cortaron la vida de tajo y que tú, y sólo tú sabrás qué pasó. Ni sus padres, ni su novia... Sólo tú.

Leyendo, no sé porqué, pero me sentí como uno de esos soldados que regresan de la guerra sin saber qué regresó, ¿el viejo o el nuevo yo? ¿Y quién es el nuevo yo? No te repelen esas historias, y compadecerlos es muy cercano a sentir lastima por ellos. Los escuchas, que es lo que más necesitan. Escucharlos.

En fin. Una vez más, me pregunto a mí misma si tengo la fuerza de querer leer más historias brutales, desgarradoras y reales del puño y letra de Svetlana Alexievich.

Como decía alguien que me quería: "eres muy masoquista." ...more

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Jun 28, 2020 Mafer Barron rated it it was amazing · review of another edition

“El miedo es más humano que la valentía”.

“No me traje nada de casa, excepto los recuerdos.”

“Empecé a tener miedo al paso del tiempo. El tiempo me la roba, me aleja de su memoria, desaparece los detalles, palabras. Cómo me hablaba... cómo me sonreía.”

#bookquotes

Afganistán / Rusia, 1979. Una guerra de casi una década y más de 15,000 decesos soviéticos.
A través de estos testimonios, la autora dibuja la crudeza bélica que vivieron más de un millón de personas a final de los 90 en el algún lugar de o ...more

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