Carlos’s
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(group member since May 31, 2020)
Carlos’s
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from the Libros que suman group.
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Sep 27, 2020 04:51AM

Es tan importante entender esto como que todo “lo que es” puede parecer una cosa u otra muy distinta, dependiendo del cristal a través del cual se esté observando.
Te invito a este grupo, que gira en torno a los temas tratados en el ensayo "¿Medio vacío o medio lleno?: Como cambia la perspectiva según la subjetiva visión de cada uno de nosotros"
https://www.linkedin.com/groups/8963869/
Jul 25, 2020 02:38PM

ÓPTICAS
1.-
Ya he tomado una determinación, pero no puedo dejar de cuestionarme acerca de ello. ¿Estaré optando por el camino correcto?
Dejaré un empleo en el que supe posicionarme como pocos, gracias a mi esfuerzo personal. Concluirá así un ciclo de cinco años, durante el que logré obtener el reconocimiento tanto de mis superiores como de mis subordinados. ¿Valdrá la pena desaprovecharlo, luego de haber invertido tanto esfuerzo en su obtención?
Además, es una realidad incuestionable que en la compañía dicho reconocimiento trascendió mas allá del sector del cual todavía formo parte; muchos saben que es a mí a quien pueden dirigirse sin temor a equivocarse para solucionar temas que atañen a nuestro departamento. Y contar con esa certeza (que no solo es una certeza, sino también un orgullo) no resulta despreciable en lo más mínimo.
No sé con qué me encontraré en la nueva empresa. Aunque mis antecedentes sean conocidos por quienes han demostrado interesarse en mi persona, otra vez tendré que empezar de cero.
Miles de dudas hoy me quitan la tranquilidad. ¿Estoy realmente preparado para renunciar a un empleo asegurado, a una retribución salarial importante y al pleno conocimiento de la forma de trabajo de mis compañeros de equipo? Francamente no lo sé.
Y tendré también que enfrentarme al violento hecho de informar mi decisión, sin poder evitar pensar que ello puede traducirse para mis superiores en un desencanto, dado que el hombre por quien apostaron los abandonará...
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En unas semanas cambiaré de trabajo, y es tal la excitación por el nuevo desafío que no puedo contenerme.
Es para mí un orgullo saber que mi desempeño ha trascendido las fronteras de mi propia compañía y que otros en el mercado se han interesado por mis servicios.
Escribiré un nuevo capítulo en mi vida. Estoy ansioso por ello.
En estos momentos solo veo puntos a favor, entre los cuales puedo enumerar los siguientes como los más importantes:
Tengo la certeza de que la empresa a la cual me dirijo también es una multinacional con un sólido respaldo financiero, por lo que no correré riesgos de perder la nueva fuente de ingresos.
El cargo es magnífico, al igual que su respectiva retribución.
La carga de trabajo a la vez será menor, lo que me permitirá también recuperar tiempo de mi vida personal para dedicarlo a otros fines.
Será difícil comunicar la decisión a mis superiores, que confiaron siempre en mí, pero estoy seguro de que lo comprenderán porque ellos son conscientes de que se trata de algo que es lógico que suceda.
Deberé adaptarme a la nueva metodología de trabajo y a mis nuevos compañeros, pero sé que podré hacerlo sin problemas. Tengo plena confianza en mí mismo, y lo que pude hacer una vez podré hacerlo de nuevo.
2.-
Desde hace varios meses comencé a pensar en mudarme, pero aún no he podido decidirme. Ya lo hice una vez y todavía recuerdo vívidamente el estrés que dicho cambio me produjo.
Abandonar el hogar no es fácil, sobre todo a esta altura, cuando uno conoce a sus vecinos, se lleva bien con ellos y posee la plena seguridad de que son gente de bien. Y si además uno vive en un edificio donde a estos se los tiene enfrente, arriba y abajo, contar con esa certeza no resulta para nada despreciable.
Existen fundamentalmente dos puntos negativos del departamento. El primero es carecer de un espacio abierto propio, del cual poder disfrutar en los tiempos de calor para poder refrescarme en una piscina (aunque fuese pequeña) o simplemente para tener una alternativa propia donde entrar en contacto con el aire libre. El segundo, y no menos importante, son las benditas expensas: me negué toda la vida a desperdiciar una suma que hoy se ha convertido en más que significativa, sabiendo que solo un pequeño porcentaje de ella retorna en beneficios para nosotros, los que conformamos el consorcio.
Asimismo, en lo que hace a la mudanza en sí, como ya lo he mencionado, se traduce (por lo menos para mí) en una situación por demás estresante. Tener que embalar todas mis posesiones, vivir los días previos a esta en una casa desarmada debido a lo anterior, careciendo de la comodidad de tener todo al alcance, y depender de terceros para realizarla cuando lamentablemente existe el riesgo de que esta gente, si no es de confianza, rompa o robe, son factores que me obligan a pensar si realmente vale la pena el esfuerzo.
Y ni que hablar de la compra y la venta de la propiedad, cuando aparecen en escena inmobiliarias y escribanos que intentarán sin lugar a dudas sacar partido de la situación, cobrando por sus servicios más de lo que corresponde.
Todo esto es lo que me hace pensar que, tal vez, no conseguiré estar mejor que como estoy hoy. Que debo dejar la idea de lado.
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Creo que me mudaré.
A pesar de la comodidad actual, porque gracias a Dios no puedo quejarme del lugar en el que vivo, estoy seguro de que es posible ir por algo mejor.
No me alcanza para cambiar el departamento por una casa propia, aunque sí por un PH con las mismas comodidades, o incluso algo mayores.
Tendré que pensar en una zona de menor categoría, pero valdrá la pena. Además, eso no implica dirigirme a una de bajos recursos, sino simplemente a un barrio más “de barrio”.
Contaré con un espacio abierto particular. Podré tener la mascota que siempre quise. Podré pensar en constituir allí una familia, la cual contará con mayores comodidades en lo que hace a superficie porque, aunque en principio carezca de ellas, a futuro será factible construir.
Y aun existiendo el riesgo de que los nuevos vecinos no sean tan buenos como los actuales, no puedo dejar que la duda trunque mi decisión. El que no arriesga, jamás gana.
3.-
Quisiera hallar la fórmula para detener el paso del tiempo o aunque fuese por lo menos para desacelerarlo.
Es increíble cómo en un abrir y cerrar de ojos se me ha ido el cuarenta por ciento de mi vida.
Ayer era un niño cuya mayor preocupación era llenar un álbum de figuritas o conseguir el juguete de moda. Mis padres eran jóvenes, mis abuelos vivían.
Mis jornadas transcurrían entre la escuela primaria, los juegos y las salidas con los amigos. Contaba con la contención invaluable de mis seres queridos. No conocía la definición de la palabra “presión”.
A veces pienso que el único punto positivo de venirse grande es conocer el amor de una esposa.
El estudio hace rato que dejó de ser algo simple para convertirse en una condición imprescindible si quería progresar. Tuve que comenzar a trabajar para ganarme mi propio sustento, y a partir de ese momento convivir con el dolor de ya no ser el dueño de mis días, los cuales se escurrían como agua entre mis dedos, sumido como estaba y estoy en la vorágine característica del mundo adulto.
Llegaron los hijos, y más presiones. Porque hay que darles la vida digna que se merecen, y si para ello es necesario dejar el alma en la oficina, hay que hacerlo. Aunque después sea escaso a causa de ello el tiempo que se pueda compartir con ellos. Lamento profundamente perderme estos, sus primeros años, pero esas son las malditas reglas del juego.
Y lo peor de todo es que, cuando vuelva a reparar en todo esto, el tiempo habrá transcurrido aun más rápido. Seré ya un anciano cuyo vigor se haya esfumado y estaré ante las puertas de la muerte, preguntándome a mí mismo quién ha sido el ladrón que me ha robado mi fugaz existencia sin que lograse dar cuenta de ello.
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Lamento la velocidad del paso del tiempo, pero sé que la vida es así.
Y aunque algunos de mis seres más queridos se han ido y otros pronto se irán, era y es inevitable que esto suceda para dar paso a los nuevos. Mi familia ya no la componen mis padres ni mis abuelos; lo hacen mi esposa y mis hijos, a quienes amo con la misma pasión con que amé a los primeros (que serán recordados por siempre con sumo afecto, dado el que ellos me supieron proporcionar durante los años que compartieron conmigo).
Los cambios en mi físico me indican que ya no soy el niño pequeño que un día fui, sino un adulto formado, cuyo cabello platinado ralea y cuyo estómago se ensancha a la misma velocidad, pero bienvenidos dichos cambios si son la condición innegociable que trae aparejado lo nuevo.
Agradezco la posibilidad de atestiguar la innovación que se da a nivel tecnológico y las nuevas comodidades que trae incorporada consigo.
Pero fundamentalmente agradezco el tener conciencia del paso del tiempo, que me fuerza a comprender y a apreciar en la medida correspondiente cada una de las etapas que se escriben en la historia del ser humano.
Las cosas son como son.
O todo depende de los ojos con que se miren...

Es increíble el miedo que produce cambiar.....
Claro, nos educaron con el criterio de que la estabilidad era sinónimo de madurez, de equilibrio. Quien cambia es 'inestable', inmaduro, todavía no ha crecido, porque el ideal de vida, para la sociedad, es un mundo quieto. Vivir en el mismo barrio, habitar la misma casa, permanecer en el mismo colegio, tener la misma pareja, 'durar' en el mismo trabajo, escoger carrera 'para toda la vida', amarrarse a la misma ciudad y al mismo país...todos sinónimos de estabilidad. Ni qué decir de las ideas o de las creencias. Hay que tener los mismos valores, los mismos criterios, la misma mentalidad. Atreverse a innovar es como una 'locura' y es más importante permanecer que arriesgar. Nuestra sociedad valora lo estático, que 'no produce desorden', antes de romper esquemas y arriesgarse a que la vida sea diferente.
El criterio más elemental para cambiar, el más simple si se quiere, es que lo que hemos vivido, lo que hemos estudiado, lo que nos ha acompañado, donde hemos permanecido, no nos ha producido ni la paz ni la armonía esperadas. Muchas personas se lamentan, por ejemplo, por la 'pérdida' de valores o por la 'pérdida de la familia'. Entonces, en la deducción más simplista, 'volver' con la familia tradicional ahora sí dará estabilidad. ¿Quién dijo? ¿Por qué creer que lo que no sirvió (o es que cree que el mundo va bien), hasta ahora, va a empezar a dar resultados? ¿No sería mejor buscar otra clase de alternativas que al menos nos permitan crear otra clase de circunstancias más humanas, de menos apariencia y de mayor contenido y aceptación de la diferencia? Es el cambio y claro está también el miedo al cambio. ¿Qué escoger? Arriesgarse o permanecer, he allí las alternativas.
Aclarando que muchas de las cosas que esperamos afuera no se encuentran 'afuera'. En más de una situación el cambio exterior no produce los resultados que anhelamos porque los problemas no son tan sólo geográficos, o de ambiente, o de la persona que nos acompaña, o de la ciudad o del país en el que habitamos. Debo cambiar y arriesgarme, pero también debo manejar internamente la flexibilidad para no apegarme, para fluir, para atreverme. Es el famoso equilibrio: cambiar pero no desbordarse. Cambiar pero no precipitarse o indigestarse queriendo asumirlo todo a la vez. Ningún cambio duradero es rápido o instantáneo. Los cambios necesitan cocción. En el cambio no hay horno microondas sino fogón de leña.
Porque, así sea impactante, lo que permanece quieto es porque está muerto. Lo único que no acepta cambio es la muerte. Sorprende cómo los seres humanos dicen tanto de su personalidad a través de su necesidad o resistencia a los cambios. Hay personas 'muertas' en vida que no se atreven a cambiar ni siquiera la ruta hacia el trabajo, ni lo que comen, ni se arriesgan a vestirse diferente, a mover los muebles de la casa, o a pasar un fin de semana de otra manera. Por eso cuando no se acepta, la resistencia al cambio se convierte en enfermedad. A las buenas o a las malas, el mundo se mueve y el cambio no consulta.
¡Simplemente se da! O me subo al carrito del cambio o el cambio me atropella. ¡Así de simple!
Jun 28, 2020 07:20AM

"Escuchar es más importante que hablar. Si esto no fuera cierto, Dios no nos hubiera dado dos oídos y una boca"
¿Qué opinan de estas frases de Robert Kiyosaki?
#padrerico,padrepobre
Jun 20, 2020 02:06PM
Jun 14, 2020 07:09AM

Les dejo el enlace al capítulo 2 y a un video promocioal del libro
http://www.megustaescribir.com/obra/l...
https://www.facebook.com/watch/?v=313...
Jun 07, 2020 07:25AM
May 31, 2020 07:15AM

Voy a empezar a subir periódicamente capítulos de mi último ensayo a http://www.megustaescribir.com/
Acá les dejo el enlace a la Introducción: http://www.megustaescribir.com/obra/7...
Se aceptan críticas constructivas.
Muchas gracias!