Mikel López Iturriaga's Blog, page 58

January 10, 2013

Aló, Comidista: ¿En qué se distinguen los huevos blancos de los morenos?

Aló, Comidista es un consultorio en el que vale todo: dudas
culinarias, enigmas gastronómicos, cuestiones personales o problemas
psicológicos y metafísicos. Sólo tenéis que enviarme un mail a
elcomidista[arroba]gmail.com. Responderé a vuestras cuitas cada
15 días, un viernes sí y otro no (si no hay puentes o cosas
raras).


Marcos: ¿Qué problema tiene este país con los nabos? Es mencionar la palabra nabo y ver como se reduce la capacidad intelectual del que tienes en frente y comienza a reirse como un crío. ¡El nabo es maravilloso y lleno de posibilidades! ¿Por qué no puedo decir en la frutería "quiero un buen nabo"? ¿Tienes tú también problemas con los nabos? ¿Por qué no publicas recetas para sacar todo el potencial que tiene? Otro día comentamos amablemente y con cariño qué coño le pasa también a todo el mundo con el MANGO. Adjunto fotografía de una pizarra puesta en mitad de la via pública tras ver que todo el mundo, al leerla, se descojonaba como López Vázquez al ver una sueca.




MangoAfricano


Querido Marcos, yo no tengo ningún problema personal con los nabos, y siempre que me han puesto uno delante me lo he comido. Pero te confesaré que tampoco es mi verdura favorita. Me sabe a pobre, como a comida de posguerra o a caldurrio de país del Este en plena hambruna invernal. Por eso no he publicado ninguna receta que lo lleve, porque el nabo no entra dentro de mi dieta casera y sólo me lo como cuando salgo por ahí. El mango, por el contrario, sí que me entra bien en todas las ocasiones, y eso que no he tenido el gusto de probar uno africano.


Rafa: Por más que he buceado en tu blog y en tu libro, no he encontrado
ninguna receta de solomillo Wellington. ¿Tienes
alguna recomendación? ¿Algún
truco para que no se destroce el hojaldre a la hora de cortar los
filetes para servir? Venga Mikel, contesta a esta pregunta que me hace especial ilusión. Ya
sé que se sale del 'target' habitual (no todo va a ser bukakes y crisis
bipolares).


Querido Rafa, aunque la cocina sea un off topic en este consultorio de sexo y patologías mentales, te contestaré. En efecto, no tengo ninguna receta de solomillo Wellington, pero te puedo recomendar ésta de Pepacooks o ésta de Velocidad Cuchara si tienes thermomix. El mejor truco para que no se te deshaga al cortar es preparar raciones individuales: en vez de envolver todo el tocho de carne, haces paquetitos de hojaldre para filetes gruesos, poniéndoles dentro el acompañamiento que te apetezca.


Susi: Como atesoro 34 primaveras ya me da vergüenza
preguntarle esto a cualquier otro ser humano. Es de esos temas que se te
hacen bola y llegas al geriátrico con la duda. Al caso: ¿por qué hay
huevos blancos y huevos morenos? ¿Por qué mi madre sólo usa los morenos?
¿Qué carajo de diferencia hay?


Querida Susi, me ha encantado el concepto de "tema que se te hace bola", soy fans tuyo desde ya. Las gallinas ponen huevos blancos o morenos dependiendo de su tipo genético o estirpe.
Seguramente tu madre usa sólo los morenos por la falsa creencia de que
son más nutritivos o más "naturales", un mito que ha reducido el consumo
de los blancos de forma drástica. La realidad es que no existe ninguna
diferencia entre ambos, ni de valor alimenticio ni de sabor.



Huevos
Dios los hizo a todos iguales.

 


Mikelo: He aprendido a hacer sushi por
internet y tengo una duda
infernal. Cuando dicen que tienes que lavar el arroz hasta que el agua
salga transparente, no me sale. Es imposible y mira que me pongo en plan
zen, música relajante para no acordarme de las madres de quien
hacen estos vídeos, donde nunca mueven el arroz por última vez para
comprobar si les sigue saliendo
blanca. ¿Si lo siguen removiendo seguirá saliendo almidón?
No lo sabremos, no se mojan.


Querido Mikelo, ¿has probado a meterlo en la lavadora con un buen chorro de lejía? También puedes ir a preguntar a la López Ibor, que creo que tienen un pabellón específico para neuróticos del shushi que lavan y lavan el arroz con la esperanza de que extraer hasta la última gota de almidón. O mejor te calmas y te conformas con pasarlo tres o cuatro veces por agua, que es más que suficiente.


Cecilia: Estoy obsesionada con los
caramelos de cubalibre desde mi infancia (sí, suena sórdido). El tema es
que hace años que no los veo a la venta en ningún sitio, y cuando se lo
comento a amigos de mi edad pero de otras comunidades autónomas (yo soy
de Asturias) a veces me encuentro comentarios del tipo "yo eso no lo he
visto en mi vida" o "es que los asturianos empináis demasiado". ¿Alguien puede decirme de algún sitio donde pueda
comprarlos?


Querida Cecilia, ¡vaya, qué bien, una borracha precoz! Creo que en el catálogo de disfunciones de Aló, Comidista nos faltaba el alcoholismo infantil. Recuerdo perfectamente los caramelos de cubalibre, a mí también me encantaban. Y soy vasco, así que en Euskadi también se vendían. Eso sí, la última vez que comí uno debió de ser hace 20 años. No tengo ni idea de dónde se podrán comprar, vivo muy al margen del mundo de la chuchería. A ver si alguien te puede ayudar en los comentarios.



Niña borracha
Cecilia tuvo una infancia feliz en Asturias.

 


 


Adriana: Tengo un novio que tiene la manía de hacer 'paquetitos' de filetes y congelarlos. Últimamente le ha dado por meter los filetes directamente en agua
caliente en el fregadero. ¿Lo encuentras normal? ¿No es una pésima idea aguar
la carne de esas maneras?


Querida Adriana, en efecto, es una pésima idea, que retrata a tu novio como un gañán con muy poco respeto por la comida. Las descongelaciones rápidas dañan las propiedades de los alimentos, y no te digo nada si los dejas flotando en agua caliente. Échale de la cocina cuanto antes.


Guillermo: El
otro día vi un capítulo del programa de Chicote en que salías cenando en
un mexicano y me he enamorado de ti. ¿Crees que sería posible que
vinieras a Copenhagen y empezáramos los dos una vida juntos abriendo un
restaurante de comida española?


Querido Guillermo, toda solicitud de matrimonio que me queráis hacer debe ir acompañada de una memoria económica. Antes de decir "sí, quiero" tengo que saber cuánto dinero estás dispuesto a darme mensualmente para satisfacer mis vicios, en qué tipo de mansión vamos a vivir, con cuántas personas de servicio vamos a contar, etcétera. Como comprenderás, la perspectiva de ponerme a freír croquetas en un restaurante en Copenhagen no me resulta demasiado atractiva, pero si dispones de los millones suficientes como para que yo sólo tenga que pasarme por el local de vez en cuando entre las sesiones de spa y los partidos de tenis, estoy dispuesto a pensármelo.


Violeta: He decidido iniciarme en los
postres y siempre que me dispongo a encender el horno las dudas me
asaltan. ¿Cuándo usar ventilador? ¿Queda más seca la comida con él? También
somos aficionados a las pizzas caseras. ¿Cómo quedan mejor? En mi
horno hay una función especial para pizza, llamada "horno de leña". ¿Qué
diferencia puede haber con cualquiera de las otras opciones?


Querida Violeta, el ventilador viene muy bien cuando te interesa que el calor en el horno se reparta lo más uniformemente posible (caso de los bizcochos, por ejemplo) o cuando quieras que baje la humedad (para desecar alimentos o conseguir una piel más crujiente). En el caso de los pescados, por ejemplo, no suele ser lo más recomendable. La pizza es mejor hacerla con el calor por la parte de abajo, porque supongo que querrás cocer la masa antes de que se te churrume lo que le has puesto encima, ¿no? La opción "horno de leña" no la he usado en mi vida, así que no puedo opinar.


Juan: Admirado Mikel, últimamente estoy hecho un lío. Desde hace más de 10
años soy (o era) vegetariano feliz. Pero hace unos meses volví a probar
el jamón y desde entonces me estoy replanteando mi vida. El desliz
coincidió con la llegada de un erasmus holandés que tengo de realquilado
y que ha hecho que deje de ser, técnicamente, heterosexual. El caso es
que siento que un abismo se abre ante mí. ¿Crees que lo que comemos
puede hacernos cambiar el comportamiento de ese modo? Y a lo que
iba. ¿Sabes si el incienso puede usarse en la cocina, como condimento o
para ahumar? No se por qué, pero siempre he soñado con un arroz con leche
con aroma de incienso.


Querido Juan, yo no sé de dónde salís los que escribís a este consultorio pero os pasan unas cosas que ni a los que llaman al Hablar por hablar
de la Ser. Como Freud nunca dijo nada de la coincidencia entre el
abandono del vegetarianismo y la iniciación en la homosexualidad,
trataré tu caso con un poco de psicología de todo a cien. Te habías
autoimpuesto muchas barreras, y ha sido derribar una (la del jamón) y
venirse abajo la otra (la que te hacía creerte hetero cuando eras más
gaylor que un azafato). Y no me vengas con que no entiendes, porque
soñar con arroces con leche con aromas de incienso no es precisamente lo
más heterosexual del mundo... Respecto a tu pregunta sobre esta
esencia, jamás he visto a nadie comérsela ni utilizarla en ningún plato,
entre otras cosas porque no parece una idea demasiado apetecible a no
ser de que estés celebrando una cena gótica en una iglesia con Tim
Burton y Helena Bonham-Carter. Ah, y ten cuidado, que con el carrerón
que llevas tú empiezas con el incienso y acabas en el popper.





Poppers1
Era heterosexual y vegetariano, y acabó así.

 


David: Me dejo de mariconadas y peloteo y voy al grano con la pregunta: a veces
hago un arroz con leche un poco hindi con arroz basmati, cardamomo,
pistachos y pasas amarillas. El cardamomo, obviamente lo retiro al
final, y me las veo finas para distinguirlo de los
pistachos. ¿Existe algún tipo de bolsita, filtro reutilizable o
truquillo que permita separar estos condimentos fácilmente sin tener que hacerlo a
mano grano a grano?


Querido David, supongo que en las tiendas de trastos de cocina habrá alguna clase de bolsita ad hoc, pero una simple gasa de las de farmacia atada con un cordel de cocina puede servir para hacer un atadillo de hierbas o especias. Otra opción es usar un artefacto de los de preparar infusiones o tés.


Marieta: Mi suegra no calcula bien
las cantidades de comida, y cuando nos invita a comer
suelo quedarme con bastante hambre, pero no comentamos nada, supongo
que por pudor. Como me hincho a pan durante las comidas, ha pensado
que soy una fanática de este producto, así que cuando salimos a
comer por ahí le dice al camarero que me traiga dos panes (que me
tengo que comer para disimular). No hay término medio, o me quedo con
hambre o me empapuza. ¿Qué hago? ¿Cómo se lo digo para que no se
ofenda?. Y mi otra pregunta: esta misma señora me regaña cada vez
que me ve fregar con jabón una sartén, dice que se frotan con papel
de periódico y listo, que si no después se agarran. ¿Me estoy
cargando todo mi ajuar?


Querida Marieta, puede que las sartenes del Renacimiento, época en la que debió de nacer tu suegra, funcionaran mejor si no se lavaban, porque entonces no existían los revestimientos antiadherentes que ahora llevan prácticamente todas. Otra cosa es que las frotes con el estropajo como si estuvieras poseída por Don Limpio: eso sí podría dañar tu preciado ajuar. En cuanto a la cantidad de comida que te sirve, ¿seguro que es poca? No serás un poco vacaburri, ¿verdad? ¿O es que tu suegra es una cutre de las que ahorra cuando tiene invitados en casa? Yo que tú le plantearía el caso a tu marido para que se coma él el marrón de decirle a su madre que ponga más comida.


Lolee: En Nochevieja llevo a casa de la familia de mi marido el salmón ahumado y siempre me dicen que no quieren comerlo porque les da flato. El caso es que después de que me dijeron esto, con lo que me gusta a mí el salmón ahumado, es verdad que he notado yo que me da flato. ¿Qué fundamento tiene dicha afirmación?


Querida Lolee, de todas las teorías ridículas que he leído en este consultorio, que han sido muchas, creo que la tuya se lleva la palma. ¿De qué cueva ha salido tu familia política? ¿Son neandertales, quizá? ¿Te saludan diciendo "ola ke ase"? Porque el cuento este de que el salmón "da flato" me suena a creencia de personas nunca escolarizadas... Pero bueno, igual sí es verdad que el salmón "da flato", y los 20 kilos de croquetas, langostinos congelados y corderazo reseco más los 10 litros de sidra El Gaitero que os debéis de meter entre pecho y espalda en Nochevieja no tienen nada que ver.


Marina: Recuerdo un tartar de salmón y aguacate de El Comidista que quiero hacer, pero no encuentro la receta. ¡Help!



Querida Marina, déjame que te cuente un cuento. Había una vez dos
chicos en una universidad americana que se llamaban Larry y Sergey. Eran
muuuuuuy listos, y juntos inventaron un sistema para buscar en internet
muuuuuucho mejor que todos los que había antes. Le pusieron de nombre "Google",
y era muy fácil de usar: si querías encontrar un tartar de salmón de El
Comidista, simplemente escribías las palabritas "tartar", "salmón" y
"Comidista" en la cajita, le dabas al botón y ¡chas!, te respondía en
menos de un segundo. Entonces apareció una madrastra maaaaaala maaaaaala
que se hacía llamar Mikel López Iturriaga, que quiso tener su propio
buscador e hizo que se lo instalaran en la columna derecha de su blog,
justo debajo del banner publicitario. Encontrar allí esa receta era
todavía más fácil, ¡sólo tenías que escribir "tartar" y te salía! Y
colorín colorado, este cuento se ha acabado. Espero que hayas captado la
moraleja.



Tartar salmón aguacate
El tartar en cuestión. / AINHOA GOMÀ

 


Luisa: ¿La calabaza con piel o sin piel? Yo siempre pruebo a dejarla con la
piel. A veces funciona y a veces no. ¿Hay tipos de calabaza a los que
les va bien dejarles la piel y tipos a los que no?


Querida Luisa, yo sólo dejo la piel a veces cuando la hago al horno. Después, si la calabaza es de las de piel dura (redonda, gorda, de tipo botonera), no me la como. Si es de las moscadas (las alargadas, tipo fálico), sí. Para cremas u otro tipo de preparados, la pelo.


Laia: Mi pareja y yo tenemos una grave discrepancia con las judías
verdes. A mi me gusta que sepan a judía y tengan "estructura" de judía.
Que hagan ñic-ñic cuando muerdas. Mi pareja dice que eso está crudo y le
va a sentar fatal, y las hace hasta que se pochan horriblemente. ¿Es malo comerlas duras? ¿Se pueden comer crudas? ¿O son asquerosas?


Querida Laia, por poder, también te puedes comer una patata o un puerro crudos, pero eso no quiere decir que vaya a ser una experiencia agradable. En mi modesta opinión, meterte una judía verde sin cocer o poco cocida en la boca es tan gustoso como tomarte un bocata de pelos o masticar un nanas, pero si a ti te gusta, no seré yo quien te considere una tarada en términos gastronómicos. Para mí las judías como mejor están es cortadas en tiras finas y cocinadas al vapor. Esta técnica permite una cocción corta y respetuosa con el alimento, pero a la vez suficiente para que no te rechinen los dientes. 


Lupe: Hace 3 años que descubrí tu blog y de ahí en cascada a muchos de tus compinches 'gastrobloggers'. No doy abasto entre el GReader, Twitter y FB acumulando nuevas recetas y técnicas para probar. Mi marido empieza a echarme de menos porque me paso el día en la cocina. Me tiene intrigada cómo se organiza la vida un 'blogger' como tú, para estar a la última de todo el tema culinario, probar y publicar recetas y encima contestar a freaks como yo. A ver si me das algún truco y nos desestresamos... mi horno y yo.


Querida Lupe, me gusta que te definas como freak, se ve que has puesto en práctica el nosce te ipsum de los sabios de la Antigüedad. Te explico brevemente cómo es mi vida: lunes, repaso de webs y blogs, planificación de la semana y escribir entrada de El Comidista; martes, escribir entrada y columna para la Revista Sábado de la edición impresa de EL PAÍS; miércoles, entrada y preparar la sección que hago en el Hoy por hoy de la Cadena Ser; jueves, ir a la radio y después entrada; viernes, entrada y eventuales historias para El País Semanal; fin de semana, cocinar y hacer fotos para las recetas del blog. Todo esto aderezado con participar en las redes sociales y estar atento a lo que se dice en ellas y en los medios, más unos cuantos brownies que sistemáticamente surgen cada semana. En definitiva, un montón de curro, aunque mi pareja insiste en que meto tantas horas "porque no me organizo bien".


Carlos: Hace algunas semanas celebré mi cumpleaños con amigos. Preparé un
pequeño güateque, para lo cual nos inspiramos en tus reseñas de comida
viejuna. Te envío un testimonio gráfico del ágape, en el que podrás
apreciar los clásicos huevos rellenos, los frescos espárragos con
mayonesa y el sabroso melón con jamón, además de unas ricas banderillas
picantes y las sobresalientes aceitunas de campo real. Todo ello bañado
por cocacola y vino español y presidido por uno de los clásicos de
Arguiñano. Más tarde la cosa degeneró y freímos gambas con gabardina y san jacobos.
Lamento tener fotos solo de estos últimos, ingeridos con un toque de
ketchup. ¡Espero que te sientas orgulloso de nosotr@s!



Comida viejuna

Comida viejuna 2


 


Querido Carlos, me ha dejado impresionado este bodegón. Especialmente los detalles más sutiles, como la mayonesa de Hacendado. El san jacobo también tiene una pinta estupenda, se ve que está crujiente y nada grasiento ni blandurrio. ¡Enhorabuena! 


Dr. López Ivory: Estimado Juanma, mis enfermos discuten acaloradamente sobre picores,
digo sobre picantes. Unos dicen que matan los sabores, otros que los
potencian. ¿Qué tengo que decirles? Me traen loco...


Querido Dr. López Ivory, tienes el día graciosillo, ¿eh? Me parto. A mí me encanta el picante y no creo que mate ningún sabor si lo utilizas con sensatez y en platos en los que venga a cuento. Además, no todos son iguales: un wasabi no pica de la misma forma que un chile habanero o uno tailandés. Ah, y haces bien en llamarme Juanma, porque en realidad Palomero y yo somos dos personas distintas en un mismo Iturriaga verdadero. 


María: Desde hace unos meses he podido observar que una nueva moda se ha
instalado en las fruterías del barrio: la pirámide frutal. No hay
frutería que se precie sin sus mandarinas y aguacates milimétricamente
colocadas cual pirámides de Gizeh desde primera hora de la mañana, y
curiosamente es un fenómeno inversamente
proporcional al nivel del establecimiento: cuanto más cutre es la
frutería, pirámide mas perfecta. Espero que tu enorme sabiduría me ayude a resolver este enigma.


Querida María, me encanta que hables de esta tendencia, que a mí también me tiene asombrado. No sé si se debe a la inmigración desde otros países en los que es costumbre, o a la difusión de fotos de La Boquería por internet, o a que algún genio del márketing hortofrutícola ha llegado a la conclusión de que así se vende más. Te diré cuál es mi norma: frutería en la que veo pirámide, frutería en la que no compro. Desconfío de los sitios donde toda la fruta tiene el mismo tamaño y un aspecto perfecto (condiciones sine qua non para la construcción de estos monumentos funerarios), por no hablar de que la monumental chorrada que me parecen estas decoraciones. ¡Tendero, preocúpate de que tu género sea bueno y deja las tumbas para Ramsés II!


Felipe: Como asiduo lector de diarios y blogs de actualidad, no me resisto a
soportar la triste deriva que está sufriendo el uso de nuestro idioma entre reconocidos blogueros y
periodistas en sus artículos. Todo empezó confundiendo "haber" con "a
ver", continuó con "hecho/echo" y luego con "por qué/porque/porqué/por
que". Pero en los últimos tiempos se suceden los artículos redactados
por gente que cobra por hacerlo en los que se usa la siguiente
expresión: La economía española -o la audiencia de TVE, o el euribor...-
cae "empicado", cuando deberían decir "en picado". Todo esto no me hace
más que desear que esta gente acabe comiendo en el peor tugurio
gastronómico español como penitencia. ¿Se te ocurre algún infecto lugar que les pueda recomendar en mi propósito de venganza?


Querido Felipe, si "no te resistes a soportar" es que te gusta soportarlo, ¿no? ¿O es que es "inferior a tus fuerzas", como decían en La hora chanante? Como ves, todos cometemos errores escribiendo, incluso tú. Ahora bien, tienes razón en quejarte de las crecientes sodomizaciones no consentidas con los que algunos plumillas castigan el castellano. El problema es que los medios cada vez cuentan con menos filtros para evitar que disparates como los que mencionas lleguen a publicarse o emitirse, y la obra de cualquier periodista semianalfabeto puede llegar sin corregir a la imprenta, la web o el micrófono de turno. En los blogs nunca han existido siquiera esos filtros, y así se lee lo que se lee. Para castigar a los patanes sería difícil elegir un mal restaurante, habiendo tantos en España. Te diré lo que sería una condena para mí: obligarme a cenar en algún establecimiento de cadena pseudoitaliana tipo La Tagliatella o en cualquier abrevadero que tenga en su nombre la palabra WOK. O encerrarme de por vida en cualquier aeropuerto español y que tuviera que alimentarme en los Fresh&Ready, La Pausa o Ars de turno.


Elena: Mi duda es la leche. En los bares y cafeterías veo muchas veces botellas
de leche de las marcas habituales, pero etiquetadas como "hostelería"
(y el envase suele ser de otro color que se sale de los de
entera-semi-desnatada de la marca en cuestión). ¿Qué diferencia tienen
estas leches respecto a las que las mismas empresas venden en el súper?


Querida Elena, la diferencia fundamental es que tiene más materia grasa. Resulta más cremosa al paladar, además de hacer una espuma consistente en los cafés. Así que ya sabes, si estás a plan, pide desnatada.

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Published on January 10, 2013 22:00

January 9, 2013

Mamá, he inventado un instrumento de cocina

Cuchillo anti cortes


Niños que piensan. / MIBA

 


Todo niño lleva un inventor dentro. Pero pocos críos ven los artilugios que imaginan convertidos en objetos reales. 30 chavales de entre 5 y 12 años acaban de entrar en ese club de privilegiados gracias al Museo de Ideas e Inventos de Barcelona (Miba), organizador del concurso Miniba. Hace un año, el certamen convocó a más de 5.000 niños que presentaron sus ideas para facilitar la vida a la gente. Ahora se han conocido los ganadores, que han sido premiados con la elaboración de un prototipo de su invento.



Algunos de los 30 objetos, que se exponen hasta el 3 de marzo en el museo, te dejan directamente picueto. ¿Cómo es posible que a un criajo se le haya ocurrido esto y a mí no? ¿Todavía es posible copiar la idea, irme a China a producirla y hacerme rico? Demasiado tarde: las patentes de los trastos ya han sido registradas y pertenecen a sus pequeños autores. Uno de ellos, Eudald Vehí, incluso ha ganado uno de los premios más importantes del mundo, el Diamond Award, con su molino de viento con placas solares.


Más de una cuarta parte de los inventos responden a una actividad que todos llevamos a cabo: comer. "Casi todos los inventos creados por niños buscan soluciones frente a problemas cotidianos para ellos y, consecuentemente, algunos están relacionados con la comida", explica la responsable del proyecto, Sandra Castellà. "Muchos trataban de hacer los deberes, no ir al colegio y robots que hacían mil y una historias. Las mayores preocupaciones de los niños tienen que ver con actos que realizan en las escuelas, en casa o en las actividades extraescolares".


Cada objeto tiene su historia particular. Lucas Jódar Gallego inventó el chupachups con sistema antiahogos porque su hermano tuvo un incidente con una de estas golosinas. Alejandra de la Mora pensó en un tenedor con un compartimento para el parmesano porque cuando en su casa comían pasta tenían problemas con
las cantidades de queso que cada uno se echaba en el plato. "Ella casi siempre se dejaba medio plato sin comer y su padre, que no le gustaba el queso, no se lo podía terminar. Con su Air Fork One, cada uno se puede ir poniendo pequeñas cantidades y condimentar a su gusto".

¿Y cómo se sabe si los diseños son ideas de los críos y no de los padres? "Es difícil. Durante los primeros meses, que el concurso no era tan conocido y el premio no era un reclamo, estamos convencidos de que eran los niños los que participaban. Poco a poco, las familias visitaban el museo con la intención de participar, y seguramente muchos la idea la traían desde casa. Pero tenemos que confiar en que los padres hayan dejado volar la imaginación de sus hijos".


 


Cuchillo anticortes accidentales Blue-Not-Red


El cuchillo creado por Martí Copestake Cornellà, de 12 años, tiene un peso añadido al final del mango para que siempre caiga por ese lado. "No te harías una gran herida, como mucho te haría daño en el pie", escribe Martí.





BLUE_NOT_RED_1

Latas Fresh Lucia


Las latas hexagonales de Lucía Losada Mínguez, de 6 años, son la bomba: no sólo aprovechan mejor el espacio si se almacenan, sino que no ruedan en los estantes de la nevera.



Latas hexagonales

FRESH_LUCIA_1


 


Cogeolivas Oliver


Oliver, creación de Pau Dudekula Grau (12 años), es un artefacto para aceitunas que evita que escapen rodando cuando intentas pincharlas. La parte superior, además, impide que el agüilla que sueltan las olivas te manche los dedos.



Pincha aceitunas

OLIVER_2


 


Cubiertos Air Fork One


Alejandra de la Mora inventó con 9 añitos estos cubiertos con dispensador incorporado de sal, pimienta o cualquier otro condimento en polvo.



AIR_FORK_ONE_1

 


Chupachups antiahogos Lolli Safe


El palito de estos chupachups se bifurca y engancha el caramelo de tal forma que no se puede desprender hasta que te lo acabas. Así se evitan posibles accidentes entre los niños más pequeños. El genial hallazgo es de Lucas Jódar Gallego, de 11 años.



Chupachups antiahogo

LOLLI_SAFE


 


Taza con asa extraíble Muggie


Aïna Mercader Gili, de 12 años, pensó este sistema para poder coger recipientes con líquidos muy calientes sin quemarte.



Taza mug


 


Sujeta cucuruchos Ice +


A Jan, Jaume y Enric Ferrer (12, 7 y 5 años) les preocupaba mancharse las manos con los helados. Por eso inventaron esta base para los cucuruchos que evita cualquier posible churretón.



ICE+_2


 


Taza con canalón Whoops!


La mancha traicionera vuelve a aparecer como preocupación en el artefacto de Nil Plana, de 10 años. Su taza con canalón en la base impide que ésta pueda llegar a gotear.



WHOOPS_2

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Published on January 09, 2013 22:00

January 8, 2013

Vino a granel, pero del bueno

Sacando frasca
La sumiller María José Vázquez, sacando una frasca. / JUAN FÉLIX RUIZ

 


Pobre vino. Hace años te bebía todo el mundo, cuando buena parte de tu producción era burda y peleona. Y ahora que te elaboran bien en cualquier región de España, cada vez te tomamos menos. Has caído en las garras de los sibaritas, los entendidos y los gourmets, que han proyectado una imagen de exclusividad esnob que no mereces. Por su culpa, aburres a unos, das miedo a otros y despiertas indiferencia generalizada entre los más jóvenes. La cerveza te está ganando la partida.



Para que no te deprimas, me gustaría informarte de una iniciativa que trata de devolverte al pueblo llano, sin que eso suponga degradar tu calidad. Bodega Urbana es un local de Bilbao que actualiza las viejas bodegas de ciudad en las que se vendían -y aún se venden- vinos a granel. La novedad reside en la buena calidad de los caldos -ni rastro de los vinachos con resacón garantizado habituales en esta clase de establecimientos- y la tecnología con la que se transportan y conservan.


Cuando entras en la tienda, a la derecha te encuentras unas estanterías con botellas etiquetadas de bodegas pequeñas y poco conocidas. Nada demasiado diferente a una vinoteca convencional. Pero a la izquierda unos depósitos metálicos almacenan cientos de litros de vino sin marca, separado según sus variedades: albariño, cabernet sauvignon, godello, merlot, mencía, sauvignon blanc, syrah o tempranillo. Todos se pueden comprar a cinco euros la botella.


Al fondo hay un bar en el que se puede picar algo acompañandolo de una copa de estos vinos o de otros de marca. Y al lado, una mesa en preparada para jugar al quimicefa del enólogo, en la que preparas tu propia mezcla de variedades para llevártela después a casa embotellada. Para ello cuentas con la asesoría de la sumiller María José Vázquez, no vayas a crear un frankenvino imbebible al juntar dos vinos que no se lleven bien.


En el colmo de la personalización, también puedes pedir que en las etiquetas de las botellas que adquieras ponga lo que tú quieras, siempre que te lleves una caja como mínimo. Yo compré tres de tempranillo y cabernet sauvignon López Iturriaga Convention con las que di el golpe en el encuentro familiar anual de cada puente de diciembre.


"Al participar en la preparación de la mezcla siempre consideraremos el vino un poco nuestro, y lo disfrutaremos más", afirma una de las socias del negocio, la enóloga de 53 años Ana Martín. "Además, de alguna manera
estás haciendo cultura de vino. Primero prueban distintas variedades que
igual no conocían, y luego les orientas sobre unos
equilibrios de olores y sabores que hay que buscar. Se pueden sentir enólogos por un día".


SOBRE BODEGA URBANA CABECERA
VINO A MEDIDA5

TABERNA BODEGA URBANA BILBAO8


JUAN FÉLIX RUIZ

 


Bodega Urbana nació de las cabezas de Martín y otro enólogo, Pepe Hidalgo, tras unas cuantas charlas sobre el retroceso del consumo de vino en nuestro país. "Siempre llegabamos a la conclusión que los del vino nos estábamos volviendo bastante insoportables", cuenta Martín con una sinceridad de agradecer. "En lugar de acercar el vino al consumidor haciéndolo mas fácil, se hacía cada vez más elitista, hablando con una terminología para críticos, especialistas y muy fanáticos. Pero ése es un grupo muy pequeño, y la mayoría de la gente lo único que quiere es disfrutar con el vino. Por eso pensamos que era necesario algo mas asequible, no marear tanto y hacer una venta directa más cercana, pero con conocimiento de lo que vendes".


Después de años trabajando en el sector, Martín e Hidalgo contaban con los conocimientos y los contactos necesarios para encontrar buenos vinos a precios razonables por toda España. "Los vinos los seleccionamos porque tengan realmente carácter varietal, y luego porque sean vinos equilibrados, no complicados. Es decir vinos ricos. Este mismo criterio lo aplicamos al seleccionar los vinos embotellados. Todos son de bodegas pequeñas, que elaboran vinos especiales y que aportan algo diferente".


Ana Martín, que trabajó con la Diputación de Vizcaya en los noventa para transformar el txakolí en una bebida de altura, y después fue enóloga de Castillo de Cuzcurrita o Traslanzas, se muestra razonablemente satisfecha de cómo ha funcionado su invento hasta ahora. "Los primeros días la gente entraba sólo a ver, como quien va a una exposición. Pero después de tres meses ya hay muchos habituales. Lo que más me gusta es que al principio no sabían cómo pedir, pero ahora entran diciendo: 'Ayer tomé Mencía, ¿hoy que pruebo?".


Los dueños de Bodega Urbana tienen previsto exportar su modelo a otras ciudades españolas y extranjeras, "pero poco a poco". Por tu bien, amado vino que tantos momentos de placer -y de ebriedad- me has dado, espero que sea cuanto antes, y que éste u otros negocios te hagan parecer de nuevo una bebida divertida para todos los públicos.

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Published on January 08, 2013 22:00

January 7, 2013

Ensalada verde con cítricos, aceitunas y queso feta

Ensalada de invierno
No es detox, pero no empapuza. / CATERINA BARJAU

 


No, señores, no tenemos medida. De la misma forma que en Navidad nos atracamos como heliogábalos hambrientos, en cuanto acaban las fiestas empezamos con las desintoxicaciones forzosas, cual yonquis alimentarios recién ingresados en El Patriarca de las calorías. O al menos eso nos hacen creer muchos medios de comunicación, que en estas fechas se llenan de dietas depurativas y planes antilorza no sé si respondiendo a una demanda social o simplemente generándola.



Yo soy escéptico con estas tendencias. Primero porque pienso que lo mejor es no atiborrarse para luego no tener que castigarse. Y segundo porque estoy convencido de que, a la mayoría de los mortales, estas ansias de pureza que nos entran el 7 de enero nos duran más o menos hasta el fin de semana siguiente, en el que volvemos a nuestros hábitos de siempre. Lo de "después de tanto turrón me apetece lechuguita" tiene un recorrido muy corto. A algunos, de hecho, no les dura ni unas horas.


En cualquier caso, como soy muy buena persona, hoy traigo una receta para todos aquellos que desean caminar por la senda de la virtud. O al menos de creerse que lo hacen. Se trata de una de mis ensaladas de invierno favoritas, ligera y alegre cual cabritilla que brinca por montaña suiza. El frescor de los cítricos y el hinojo, combinado con la fuerza de las aceitunas y el feta, te harán olvidar tu pasado de pavos rellenos y patas de cordero chorreantes de grasa. El plato va sobrado de colorines, que eso también ayuda.


Ingredientes


Para 4 personas



8 hojas de achicoria
1 endivia
16 hojas de escarola tierna
1 bulbo de hinojo
1 naranja
1 mandarina grande o 2 pequeñas
50 gramos de queso feta
12 olivas negras de tipo marroquí
1 cucharada de mostaza a la antigua
Aceite de oliva
Sal y pimienta negra recién molida

Preparación


1. Pelar la naranja y la mandarina a lo vivo eliminando los pellejos y dejando la pulpa limpia. Exprimir el zumo de los restos por encima y reservar.


2. Preparar la vinagreta con 8 cucharadas de aceite, 2 del zumo de los cítricos, la mostaza, sal y pimienta. Mezclar y reservar.


3. Deshuesar las aceitunas intentando dejarlas lo más enteras posible.


4. Cortar el bulbo de hinojo en láminas muy finas con una mandolina o un cuchillo afilado.


5. Llenar las hojas de achicoria con una mezcla de escarola y endivia troceada e hinojo (no hace falta usarlo todo). Repartir los cítricos y las aceitunas metiéndolos entre las hojas, pero dejando que se vean.


6. Justo antes de servir, aliñar con cucharadas de la vinagreta. Terminar con el feta desmigado con las manos y decorar con las ramitas verdes del hinojo.

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Published on January 07, 2013 22:00

January 3, 2013

Tres desayunos para el día después


Vg EPS resaca apertura


Hombre resacoso con cubiertos. / VICENS GIMÉNEZ

 


La Navidad significa exceso. Celebraciones y fiestas de esas en las que se come y se bebe como si no
hubiera un mañana. Pero ese mañana siempre llega, y el refrán “noches
alegres, mañanitas tristes” se convierte en un doloroso axioma.


Nos acercamos al final de las fiestas, pero este fin de semana aún nos espera la traca final. Por eso he querido recuperar unas recetillas que publicamos Mònica Escudero y yo en El País Semanal hace unos días, en forma de desayunos depurativos y/o anti-resaca. En cualquiera de ellos podéis colar un trocito de roscón de Reyes, si es que tenéis la suerte de haberlo comprado bueno o hecho en casa.


 


DESAYUNO DULCE


La cantidad de fructosa y potasio que contienen el plátano y la miel de este combo son suficientes para acabar de quemar el alcohol y recuperar algunos de los minerales perdidos.

'French toast' de cruasán con miel, frutos rojos y mandarina

Ingredientes para una persona



1 cruasán del día anterior
1 huevo
1/2 vaso de leche templada
1 nuez de mantequilla
2 cucharadas de miel
Frutas rojas (frambuesas y arándanos, en este caso)
1/2 mandarina

Preparación


Mezclar la leche con el huevo, mojar el cruasán partido por la mitad –a lo largo– en la mezcla y pasar por la sartén con la mantequilla hasta que esté dorado. Poner entre las dos mitades las frutas rojas y la mandarina pelada a lo vivo. Regar con la miel y servir caliente.

Batido de kéfir con plátano

Ingredientes para 1 persona



1 plátano
1/2 taza de kéfir
3 cubitos de hielo
Azúcar moreno al gusto (opcional)

Preparación


Mezclar todos los ingredientes en un vaso mezclador hasta que estén bien batidos y servir.



Vg EPS resaca croissant
VICENS GIMÉNEZ

 


DESAYUNO SALADO

Inspirado en el brunch inglés y lleno de proteínas, este desayuno incorpora uno de los grandes descubrimientos del Latinoamérica contra lo que allí llaman “la cruda”: los caldos especiados.

Tortitas con bacon crujiente, huevo escalfado y mayonesa ligera con mostaza

Ingredientes


Para las tortitas (salen 6, la masa aguanta un par de días en la nevera):



85 gramos de harina
1 cucharadita y media de levadura en polvo
100 ml de leche
30 ml de agua
1 huevo
25 g de mantequilla derretida
1 pellizco de sal
Mantequilla o aceite vegetal

Además



4 lonchas de bacon o panceta
1 huevo
1 cucharadita de mayonesa
1/2 cucharadita de mostaza de Dijon
1 cucharada sopera de vinagre de arroz
Sal en escamas
Pimienta

Preparación


Mezclar los ingredientes secos y tamizarlos. Mezclar la leche, el agua, el huevo y la mantequilla, batir bien y, con la ayuda de una varillas, integrarlos a la mezcla de harina. Dejar reposar unos minutos antes de hacer las tortitas, en una sartén antiadherente bien caliente untada con un poco de mantequilla o aceite vegetal suave. Reservar.


Mezclar la mayonesa con la mostaza y el vinagre de arroz (tiene que quedar bastante ligera; si no, añadir un poco más de vinagre de arroz o agua). Hacer el bacon en una sartén con una gota de aceite hasta que esté crujiente. Escalfar el huevo en agua hirviendo con un chorrito de vinagre y montar el plato poniendo la tortita como base, el bacon encima, después el huevo y terminar con la salsa, un toque de pimienta y sal.


Aguacate con alcaparras y cebolla roja marinada en lima

Ingredientes para 1 persona



1/2 aguacate
8 alcaparras pequeñas
1/4 cuarto de cebolla roja
El zumo de una lima
Aceite de oliva virgen extra
Sal

Preparación


Picar la cebolla finamente y marinar con el zumo de la lima y un poco de sal durante media hora. Abrir el aguacate por la mitad y pelarlo, cortando un poco la base para que se aguante bien en el plato. Mezclar la cebolla con parte del jugo del marinado con un chorro de aceite y rellenar el hueco del aguacate, añadiendo las alcaparras. Rectificar de sal y servir.

Caldo especiado 'mata cruda'

Ingredientes para 1 persona



1 tazón de caldo de pollo, de carne o vegetal
El zumo de medio limón
Tabasco
Sal

Preparación


Calentar el caldo hasta que hierva, ponerlo en un tazón, añadir el zumo de medio limón y un buen chorro de tabasco y servir muy caliente.



Vg EPS resaca huevo
VICENS GIMÉNEZ

 

 


DESAYUNO DEPURATIVO


Si los excesos han sido más bien de índole gastronómica, un desayuno depurativo y sabroso a base de papaya, mango, zumo natural y pan integral con queso fresco puede compensarlos.

Tostadas integrales con queso fresco y tomates a la sartén con vinagre de módena

Ingredientes para 1 persona



2 rebanadas de pan integral o de cereales
3 o 4 tomates de pera pequeños
Tomillo
Vinagre de módena
60 gramos de queso fresco
Sal
Pimienta
Aceite de oliva virgen extra

Preparación


Poner en una sartén los tomates partidos por la mitad con un chorro generoso de vinagre de módena y tomillo y dejar que caramelicen durante unos minutos. Reservar. Tostar el pan, poner un poco de aceite de oliva y distribuir encima el queso desmigado y los tomates con un poco del jugo de cocinarlos. Añadir sal y pimienta y servir frío o caliente.

Macedonia de mango y papaya con menta

Ingredientes para 1 persona



75 gramos de papaya pelada
75 gramos de mango pelado
3 o 4 hojitas de menta
Lima
Azúcar moreno (opcional)

Preparación


Cortar las frutas a tiras, regar con zumo de lima y poner la menta recién picada por encima y, si se quiere, una cucharadita de azúcar moreno. Dejar reposar unos minutos para que se mezclen los sabores y servir.

Zumo de manzana, zanahoria y limón

Ingredientes para 1 persona



1 manzana
2 zanahorias
El zumo de un limón

Preparación


Pasar la manzana y las zanahorias limpias pero sin pelar por la licuadora, y añadir posteriormente el zumo del limón exprimido. Consumir rápidamente para que conserve todas las vitaminas.



Vg EPS resaca tostadas
VICENS GIMÉNEZ



Agradecimientos: Jaime Riesco y Picnic por ayudarnos y prestarnos el restaurante para hacer las fotos.

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Published on January 03, 2013 22:00

January 2, 2013

Decadencia y caída del roscón de Reyes

Roscon reyes monsieur cocotte
Un roscón casero de verdad. / MONSIEUR COCOTTE

 


De entre todos los momentos que me gustan de las navidades -lo siento, no soy de esos intelectuales que las detestan por ñoñas, consumistas y demás topicazos-, uno de mis favoritos ha sido siempre el desayuno del día 6. Jamás perdono el roscón de Reyes, por varios motivos. Tiene algo de aventura emocionante de la infancia, cuando ansiabas que te tocara el rey y temías dar con el haba. Es uno de los pocos productos que, al comerse sólo en esta fecha, sigue conservando su temporalidad contra viento y marea, lo que aumenta su disfrute. Y si está bien hecho, para mí es uno de los bollos más deliciosos que existen, capaz de llevarte al nirvana si lo acompañas con un chocolate caliente.



Si está bien hecho, claro. Es decir, si se ha elaborado con honestidad, respetando su esencia y utilizando buenos ingredientes: harina, leche, mantequilla, azúcar, huevo, agua de azahar y, a partir de ahí, el toque personal que se le quiera dar a la masa con cítricos, ron, canela o limón. Dejando que fermente el tiempo suficiente y horneándolo. No parece complicado, ¿verdad? Pues sí lo debe de ser, considerando el bajísimo nivel de la mayoría de los roscones que he probado en los últimos años, comprados en toda clase de pastelerías, panaderías y tiendas españolas.


Dichos roscones no guardan mucha relación con mis recuerdos de infancia, ni con las versiones decentes que en escasas ocasiones he tenido la oportunidad de probar. No son más que bollos zafios que se quedan resecos en cuestión de horas, cuya masa la debe de fabricar el hombre que lo hace todo en España del que hablaba Astrud en su canción. Todos saben exactamente igual: a masa estándar de pastelería industrial. Bueno, miento: hay ligeras variaciones dependiendo de los litros de esencias químicas "aromatizantes" que le hayan podido echar para camuflar la insipidez del bollo en sí mismo. Eso sí, la mayoría llevan por encima sus buenos kilos de azúcar y de fruta escarchada a prueba del paso de los milenios, que hay que mantener la tradición.


Más de una vez me he preguntado si lo del roscón chungo era una obsesión mía  o de mi familia, muy quejica con la repostería en general. Por eso ayer pregunté a mis seguidores en Twitter si a ellos también les pasaba. La respuesta fue abrumadora.





Parece ser que ahí afuera hay bastante gente cabreada con la deplorable calidad de muchos roscones. Y con su extravagante precio considerando los truños que te dan a cambio. Casi me parece más razonable lo que te ofrecen los grandes supermercados: roscas de sabor químico sin ningún parecido al original, rebosantes de esencias y grasas hidrogenadas y con una lista de ingredientes de laboratorio más larga que el reparto de Los Miserables, pero al fin y al cabo, baratas.


La decadencia del roscón de Reyes no es noticia de última hora. Yo diría que viene produciéndose desde la introducción masiva de la bollería industrial en la España de los ochenta. Hay un hecho que marca un antes y un después: la aparición de la nata como relleno. Como en tantos otros pasteles, la crema de leche montada cumple la función de enmascarar las deficiencias. Da igual que el bollo se quede más seco que una piedra pómez y que sepa a la nada más absoluta: una buena dosis de nataza hará que la grasa y el azúcar inunden tu paladar y te resulte "rico". ¿Que la nata ya no cuela? No pasa nada, hombre, que para eso tenemos la crema de chocolate, la puntilla que necesitaba el roscón para darse por muerto. Por cierto, el asunto de la nata también encendió pasiones en Twitter.




Nataza en el roscón de Reyes@mikeliturriaga Si, son vulgares bollos...y el relleno ese de nata empalaga demasiado >_@mikeliturriaga desde que se permitió rellenar con nata la decadencia de Occidente se hizo carne... masa.Luis Gaspar*@mikeliturriaga la nata es el ketchup de los roscones :/Leticia Collado@mikeliturriaga yo diría que más del 90% son bollos con nata de bote, eso no hay quien se lo coma.Érika O'Morrison


 


 


Existen lugares donde todavía se elaboran buenos roscones. El crítico gastronómico de este periódico, José Carlos Capel, publicó ayer una lista de 10 pastelerías en las que no se mancilla el honor de este clásico navideño. Los que por motivos económicos o geográficos no pueden acceder a los productos de esta clase de establecimientos no tienen más remedio que prepararlo en casa. Que tampoco es mal plan: no es el plato más fácil de hacer y se requiere cierta destreza y paciencia para que no te salga una rueda de cemento armado, pero existen buenas recetas en internet que allanan el camino.


Imagino que esta entrada levantará protestas en el gremio de aludidos, con la consabida crítica de siempre: "Estás haciendo daño al sector". A mí me parece que lo que hace daño al sector es la falta de autocrítica y el conformismo, alimentado sin duda por la baja exigencia de unos consumidores aborregados por años y años de repostería cutre. Con el roscón nos ha pasado lo mismo que con el pan, las magdalenas o los cruasanes: se nos ha olvidado cómo eran de verdad.


 


¿Conoces algún lugar donde se vendan buenos roscones? ¿Has intentado hacerlos en casa? Cuenta tu experiencia en los comentarios.

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Published on January 02, 2013 22:00

December 30, 2012

Música para cocinar (y bailar) en fin de año

Dancing
Bailar hasta morir. / MARSHMALLOW GUN

 


¿Listo para otra Nochevieja descocada, moviendo el esqueleto al ritmo de la noche? Si no eres un carroza y estás en la onda, no te pierdas el cotillón molón de El Comidista, ideal para chicas que bailan alrededor de sus bolsos en la disco y descerebrados que quieran morir en la pista. No sólo sirve para la fiestuqui (esta palabra me duele hasta al escribirla), sino también para la cocinuqui de la cena, ¡que hay que comer antes de colocarse! Incluye bolsa de cotillón con serpentinas, confetis, matasuegras y condones.


Lista completa de canciones en Spotify.



1. Sophie Ellis-Bextor: 'Murder on the dancefloor'


No hay mejor forma de empezar el año que un asesinato. Yo dejaría que la gran Sophie me matara mientras suena esta canción.


 


 


2. Holy Ghost!: 'Jam for Jerry'


Optimismo, hedonismo, petardismo... ¿los ochenta? No, 2011, cuando los fantásticos Holy Ghost grabaron este temazo.


3. Junior Senior: 'Move your feet'


Llevaba años sin oír esta canción, pero he tenido un revival con ella después de mis disc-jockeys favoritos del momento, Jon & Monique, la pusieran el otro día en el Pop Bar del Razzmatazz de Barcelona. ¡Mueve los pies hasta que la noche acabe!


 


 


4. The Knocks: 'Dancing with the DJ'


"No nos importa si sale el sol, porque estaremos bailando con el DJ". Es la primera frase de esta canción, que resume el espíritu necesario para todo el que quiera autoinmolarse en un fiestón épico.


5. Intodeep: 'Last night a DJ saved my life'


En mi juventud de muchacho ignorante en idiomas, cuando oía este tema pensaba que decía "las maravillas de my life". Ahora ya sé que es uno de los mejores odas a la discoteca escritas nunca.


 


 


6. Chico y Chica: 'Quiéreme doctor'


Me encanta esta canción porque supone la vuelta de los Chico y Chica más descaradamente bailables. Y la letra es, como todas las del grupo bilbaíno, chiflante.


7. Saint Etienne: 'I've got your music'


El de Saint Etienne ha sido uno de los discos del año. El trío parece haberse tomado unos litros de elixir de la eterna juventud para grabar cosas como esta.


8. Martin Solveig feat. Dragonette: 'Boys & Girls'


No, no es una versión de la de Blur. Es un hit que grabaron hace algunos años un DJ francés y un dúo canadiense, y que nunca falla.


 


 


9. Gossip: 'Heavy cross'


Si no conoces al grupo de Beth Ditto, es posible que esta canción te suene porque aparece en un anuncio de perfume que no paran de poner en la tele.


10. The Cure: 'Just like heaven'


Hay dos canciones de los ochenta que siempre pongo en las fiestas. Una es esta de los Cure...


11. New Order: 'Bizarre love triangle'


...y otra es esta de New Order.


12. Madonna: 'Into the groove'


Entre todas las canciones de Madonna que me gustan, que son muchas, esta siempre tendrá un lugar especial en mi altar por haber aparecido en Buscando a Susan desesperadamente.


13. Imagination: 'Just an illusion'


Seguramente Imagination sean uno de los grupos con una imagen más horrible de la historia: trajes con hombreracas ochenteras, broches de bisutería, cintas doradas en el pelo... Pero hay algo en su música que me hipnotiza.


 


 


14. The Supremes: 'Love is like an itching in my heart'


La parte soul de la lista comienza con las monumentales Supremes. "El amor es como un picor en el corazón, y no puedo rascarme", canta Diana con su cardado.


15. The Flirtations: 'Nothing but a heartache'


Sólo un trío tan poderoso como las Flitrations podían convertir una canción sobre el dolor de corazón, las lágrimas y el sufrimiento en un rompepistas.


16. The Crystals: 'Da Doo Ron Ron'


Esta canción aparece en una película que me marcó, Quadrophenia, y por eso me devuelve a la adolescencia. Una época muy reciente de mi vida, por otra parte.


 


 


17. The Marvelettes: 'Too many fish in the sea'


Por si no ha quedado claro que me gustan los grupos de chicas de los sesenta, aquí están las Marvelettes con un mensaje para las jovencitas: el mundo está lleno de pescado, así que no vale la pena llorar por un pez.


18. Abba: 'Gimme! Gimme! Gimme! (a man after midnight)'


Una de mis letras favoritas de Abba, en la que Agnetha y Frida claman por un hombre después de la medianoche. Por lo visto, antes de esa hora no lo necesitan para nada.


19. Pino D'Angio: 'Ma quale e idea'


Prototipo del macarra italiano de discoteca, Pino D'Angio arrasó a principios de los ochenta con este hitazo. No cantaba un pimiento, pero con la voz grave disimulaba.


 


20. Anita Ward: 'Ring my bell'


Siempre sospeché que el Tócame el timbre de Anita Ward tenía una segunda lectura guarrilla, pero puede que fuera mi mente calenturienta y ella sólo pidera que llamaras a su puerta.


BONUS TRACK. Heather Parisi: 'Disco Bambina'


Los más aventureros pueden practicar esta nochevieja cualquiera de los bailes de Heather Parisi, estadounidense que triunfó en la tele italiana de finales de los setenta. Yo estoy ensayando esta coreografía suya en estos momentos, claro que yo soy igual de flexible que ella.


 


 


Lista completa de canciones en Spotify

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Published on December 30, 2012 22:00

December 25, 2012

La policía dietética investiga a los telechefs británicos

Jamie oliver
Estudios que tocan los... / JAMIEOLIVER.COM

 


La carrera por llenar el buche hasta que se nos empiecen a ceder las costuras ha empezado. Alguna gente lo llama “Navidad”, pero en el fondo no es más que una maratón para ver quién recorre 75.000 calorías en dos semanas. No es que me quiera poner moralista: simplemente constato un hecho del que yo, con mi dieta del polvorón navideño (dos al día después de cada comida, recomendada por 10 de cada 0 nutricionistas), también participo.



Una parte de mí se rebela, y me lleva a promover la moderación en estas fiestas. Pero toda esa tontería se me pasa cuando leo u oigo a algún policía alimentario señalando con el dedo acusador a los que promovemos el disfrute con la comida sin calcular al milímetro la composición nutricional de los platos.


Cuando hablo de policías alimentarios me refiero a gente como los expertos de la Universidad de Newcastle que han publicado un estudio con la siguiente conclusión: las recetas caseras de los chefs de la televisión pueden ser más insanas que la comida preparada que venden los supermercados. Para llegar a este brillante hallazgo, analizaron 100 platos sacados de recetarios de cocineros como Jamie Oliver o Nigella Lawson, las compararon con 100 precocinados y vieron que los primeros tenían más calorías y grasas saturadas y menos fibra que los segundos.


Me encantaría saber quién ha financiado este informe, que fomenta con tanto descaro el consumo de  basura comida envasada de grandes superficies. Pero no pensemos mal: quizá estos señores crean de verdad que ésta es más saludable que los platos que proponen los telechefs en sus libros. Traguémonos que una comida hecha por ti en tu casa con productos frescos es menos beneficiosa para tu cuerpo que una bandeja industrial con sus correspondientes aditivos, sustitutivos, conservantes y camuflantes. O mejor cuestionémonos si todo esto es cierto.


No dudo de que haya recetas de Oliver, Lawson y demás familia que sean hipercalóricas y colesteroláceas. En esto me siento identificado, porque algunas de las mías también lo son. Pero no todas. Ni siquiera la mayoría. Y aquí está el quid de la cuestión: para mí una alimentación sana no consiste en estar constantemente pendiente de la cantidad de calorías, fibra y grasas de cada plato. Es más, hacerlo es contraproducente. No se trata de desmayarte cada vez que ves un trozo de tocino o un pastel, sino de lograr que tu dieta sea lo suficientemente equilibrada como para combinar grupos de alimentos diferentes, consumiendo unos de manera intensiva (frutas, verduras, cereales y sus derivados, legumbres), y otros, más ocasional (carnes, lácteos, dulces). Esa variedad es la que trato de promover en este blog, y la que constato cuando leo los libros de cocineros a los que el estudio señala con el dedo.



Nigella-Lawson
Nigella Lawson, diosa de la lujuria gastronómica. / NIGELLA.COM

 


¿Puede un plato de comida casera rebosar calorías y grasas saturadas? Por supuesto que sí. Pero siempre lo preferiré a un plato prefabricado, digan lo que digan los sabios de Newcastle. Por suerte hay otros sabios más sensatos que están poniendo el punto de mira no tanto en las cantidad de calorías, sino en su calidad. Insisten en que los problemas de salud relacionados con la dieta occidental no sólo se deben a la sobrealimentación, sino también al consumo de comida procesada -manipulada a nivel industrial- en detrimento de los productos frescos. Es decir, al abandono de la cocina en las casas, esa cocina a la que el estudio le hace un flaco favor cuestionando a los que la promueven por pasarse alguna vez con la crema.


Como decía hace unos días el periodista Michael Pollan en una entrevista en Cukmi, "la desaparición de las habilidades culinarias nos deja a merced de las
grandes corporaciones, que no cocinan con cuidado, con buenos
ingredientes ni con amor. Sólo la comida hecha por humanos nos nutre realmente". No puedo estar más de acuerdo. El hecho de preparar la comida con tus propias manos te conduce casi siempre a alimentarte mejor, porque eres consciente de lo que te estás metiendo en el cuerpo. O al menos más consciente que con una comida cultivada en una fábrica que calientas en el microondas.


Actualización 27/12/2012: la institución que financió el estudio es Fuse, un centro británico de investigación en salud pública. Fuse recibe fondos de British Heart Foundation, Cancer Research UK, Economic and Social Research Council, Medical Research Council, y el National Institute for Health Research. Los autores del informe declararon que no recibieron ningún tipo de apoyo ni han mantenido relación con ninguna de las empresas que pudieran resultar afectadas por el informe en los últimos tres años.

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Published on December 25, 2012 22:00

December 20, 2012

Seis planes de comida para el día del fin del mundo

El Comidista prosigue su serie de entradas breves
en forma de
autoentrevista sobre restaurantes, bares, cafés y actividades
gastronómicas diversas para disfrutar el fin de semana. En este caso, como es el día del fin del mundo, sólo servirán para hoy.



Krispy kreme burger
¡Al desenfreno! / PIC-CLOUD

 


Vaya, otro que se apunta a la bromita del fin del mundo. Pues sí. Siempre me han gustado las profecías apocalípticas y los cataclismos, y esta vez creo que la humanidad se merece más que nunca la extinción. ¿Algún problema? Ninguno, salvo que no eres muy original. Bueno, ¿qué podemos hacer? Traigo varias propuestas. En general son cosas que ni nos plantearíamos en un fin de semana normal, pero que hoy podemos practicar sin ningún reparo. Es un poco lo que dice el refrán, ¿no? "Pa' lo que me queda en el convento, me cago dentro". Exacto.



Vamos entonces con la primera. Propongo probar la hamburguesa de donuts de Paula Deen. Es el prototipo de comida cerda, hipercalórica y rebosante de grasas saturadas a la que nos tenemos que entregar en un día como hoy. ¿Qué importan nuestras arterias si vamos a morir? No sé, tiene una pinta un poco asquerosa. Ya, pero algo me dice que la mezcla de donuts, carnaza y huevo frito debe de funcionar. Y si a una diosa del guarrete como a Paula le gusta, es por algo. ¿Quién es esta señora? Paula Deen es una superestrella de la televisión culinaria en Estados Unidos, y su cocina es todo menos sana. El chef Anthony Bourdain la definió como "la peor persona de América, y la más peligrosa", y fue capaz de anunciar públicamente que tenía diabetes justo después de firmar un contrato promocional con una farmacéutica que fabrica un tratamiento para la enfermedad. Toda una inspiración en un día como hoy.


 


Paula y su amiga, ralentizadas y tuneadas.

 


Muy bien. Segundo plan. Comprar todos los cacharros de cocina que puedas en la teletienda. ¿Qué? ¿Pero para qué vas a comprar si se acaba el mundo? Por el mero placer de hacerlo. Yo llevo décadas reprimiéndome cada vez que veo cosas ABSOLUTAMENTE INDISPENSABLES a la venta en la televisión, como el Super Slicer, el Slap Chop o el Flavour Wave Turbo. ¿Imaginas el placer de llamar sin ninguna clase de control y quemar la tarjeta de crédito comprando esos maravillosos artilugios? ¡¡¡Mejor que 10 orgasmos múltiples seguidos!!!


 


 


Madre mía cómo estamos... A ver, tercer plan. Comprar angulas y comértelas con salteaditas con ajo, aceite de oliva y guindilla. Algo que yo no he hecho desde principios de los ochenta, y que echo mucho, mucho, mucho de menos. Necesitas mucho dinero para eso. Sí. Unos 900 euros por kilo. Pero yo con 300 gramos ya me quedaría satisfecho. ¿Y si no tienes la pasta? Vendes cualquier cosa mínimamente valiosa que tengas en casa o pides prestado a algún pariente o amigo. Total, no vas a tener que devolverlo.












 


 


Esto último me ha gustado. Venga, el cuarto plan. Emprender una pelea de comida en casa. ¿Quién no ha soñado con liarse a tartazos, a platos de espaguetis o a cualquier cosa que chorree y que manche mucho, como en las películas? Suena un poco infantil. Ésa es justamente la gracia, el volver a ser crío por un día sin preocuparte de que todo quede hecho una pena. Esto lo puedes hacer cualquier día. No creas. Si te lias a platazos en un restaurante, es posible que acabes en comisaría. Y si lo haces en casa, arruinarías las paredes y las alfombras de casa, y luego encima tendrías que limpiar. El apocalipsis es fantástico porque permite una guerra de comida sin ninguna clase de remordimiento o de miedo a una sanción. Vaya chorrada. Michael Jackson y Macaulay Culkin eran fanses de las peleas de comida, y mira lo bien que acabaron.


 


 


Todos estos planes están muy bien si la Gran Destrucción llega por la tarde o por la noche. ¿Pero y si ocurre a mediodía? Tengo un plan mañanero perfecto para los más precavidos. Se llama Desayuno brutal. ¿En qué consiste? Básicamente en hacer el bestia con el desayuno como lo hacen en Swedish Meal Time, un canal de YouTube de comida gore sueca para hombres primitivos aficionados al metal. No entiendo nada. Lo mejor es ver el vídeo e imitar.


 


 


¿Alguna propuesta más? Sí, tengo un plan específico para vegetarianos y veganos, para que luego digan que me meto con ellos. ¿En qué consiste? En darse una jartá de jamón y de chorizo ibéricos. Muy gracioso. ¿Y por qué iban a hacer tal cosa si no comen carne? A ver, si el mundo se acaba, su acción ya no tiene ninguna consecuencia. El animal en cuestión del que comerán está muerto desde hace tiempo, y la compra no implica que vayan a sufrir y a morir más porque el ser humano desaparecerá. Así que se pueden dar el gustazo de meterse un plato de la mejor charcutería sin conflictos morales. Visto así, hasta Paul McCartney lo haría. Me apostaría un brazo a que ahora mismo se está zampando un filete.

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Published on December 20, 2012 22:00

Mikel López Iturriaga's Blog

Mikel López Iturriaga
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