G.Z. Escribano's Blog, page 5
September 30, 2020
La contagiada: ConfinadoX 1
LA CONTAGIADA
Marzo de 2020
¡Qué mala suerte!
Sabía que tenía que haber cancelado ese viaje a Italia. ¿El resultado?
—Leila, has dado positivo en la prueba —me dijo el sanitario.
Un pedazo de positivo en Sars-Cov2.
Dos semanas ingresada y más mala que un perro con sarna. Al tercer test dio negativo y no cabía en mí de gozo.
Pero cuando salí del hospital empezó la otra pesadilla.
Me esperaban al menos catorce días de cuarentena forzosa y todo el país estaba sumido en un confinamiento obligado. Pero estaba contenta, otros muchos miles no habían tenido la misma suerte que yo.
Llegué a casa agotada, cuando cerré la puerta tras de mí y me vi en el espejo me entraron ganas de romperlo como si fuera Blancanieves. La estancia en el hospital me había echado diez años encima, o más.
Y encima tenía hambre.
Pedí provisiones por Internet y me dispuse a pasar la cuarentena leyendo y viendo series. En mi empresa ya sabían mi situación y me habían dicho que cuando estuviera recuperada reanudara mi trabajo. Me dedico al marketing digital y no tengo problema en trabajar desde casa.
Los primeros días leí mucho; entre mis lecturas un libro que siempre había tenido pendiente y que por unas causas o por otras nunca había podido terminar. El diario de Anne Frank. También divagué entre literatura romántica y erótica. Tanto clásicos como La Venus de las pieles, como modernos de autores menos conocidos. La verdad, alguna de esas lecturas consiguió revivir mi libido.
Pero aunque mi cuerpo me pedía a gritos una cosa, mi mente no estaba muy por la labor.
Así que me mojaba las ganas que la literatura erótica me dejaba en algunas películas que también tenía pendiente. Como Doctor Sueño (con la que pasé un buen mal rato), y Once Upon a time in Hollywood. Luego vino el turno de las series.
Cuando pasó la primera semana empecé a aburrirme de la rutina. Me acostaba a las tantas de la madrugada y me despertaba muy temprano por el ruido del vecindario.
Vivo en una bloque de pisos de reciente construcción, de esos con piscina y zonas comunes en el centro. A pesar de la cuarentena, hay gente que tiene que salir a trabajar y el jardinero sigue manteniendo los jardines. Total, que mi sueño se trastocó por completo.
La consecuencia de pasarme casi todo el día cansada y sola fue que la mente empezó a divagar y a perder el control con respecto al cuerpo, que lo único que pedía era descanso, comida y…
Sí, una de esas necesidades básicas que ya estaba algo despierta gracias a la literatura.
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La contagiada – ConfinadoX 1
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