Cristhian Paredes's Blog, page 3
November 6, 2015
−−−−10 (filler)






−−−−10 (filler)
mente, cuerpo, viento.
Uno dos dos dos dos dos.
A fin de cuentas solo somos un recoveco de historias
de historietas
de herpes y cosas serias y no tanto
somos el relleno de la historia universal
los sin nombre
los del reparto
los que completan el paisaje donde pasan las leyendas
(demos gracias)
al menos eso somos
al menos somos
somos menos
somos
XXY






November 3, 2015
−−−−−1 (recoleta)






un hogar fuera del hogar
más allá de la montaña
del mar
del tiempo
un pedazo de cielo y frío y calor entre el otoño y primavera
unos días de octubre y sus momentos de siempre
y sus momentos de ahora
y sus momentos conjugados en el verbo recordar.
un hogar que sin ser de nosotros
es nuestro
ayer y mañana
es pausa y fast forward
es play y rewind.
somos la plaza francia, el ateneo, la flor que no marchita
somos la plaza alvear y la biela
somos las medialunas rellenas y el café matutino
somos el “no, de qué”, somos la tumba y la milanesa
somos un pedazo de la recoleta
somos una banca en algún parque que mira el atardecer
somos el árbol estoico al despertar
queremos volver
cuando en realidad
nunca nos fuimos
de ese lugar.






April 23, 2014
Frases para impresionar a la novia, a sus padres y a las amigas de ella.
(post rescatado gracias a Archive.org, original del 16 de mayo de 2010)
Diversas fechas, citas extraídas de mi tumblr (http://infinitasabiduria.tumblr.com)
Irreprochables son los besos que saben complacer.
Somos dos náufragos perdidos en la isla del deseo prohibido.
“Robando suspiros”, a pesar de estar en gerundio, para mí siempre será Presente Perfecto.
Tú estás hecha de magia y yo quiero ser tu aprendiz.
Nunca serás lo que quieres ser si no sabes cómo decirle a las personas lo que deben hacer.
Estar cuerdo en estos tiempos, es cosa de locos.
Ráptame y encadéname, pues un momento como aquél, no sabemos cuándo se pueda volver a ver.
No necesito que estés a mi lado para tenerte conmigo.
Me gusta comerme las letras, me hacen repetir palabras.
Si en verdad admiras a alguien, supéralo.
He de besarte con tanta fuerza, que al terminar tu boca quedará temblando ansiosa por más.
Y si no te tuviese, te construiría: Con la piel de un poema y mi suspiro por corazón.
En un mundo a mi modo, no habría nombres ni apellidos diferentes. Todos seríamos Deseo. Viviríamos sonrientes.
Eres el Minotauro de mi Perseo, la distancia es el laberinto. Estoy perdido a pesar de haberte conquistado. Me has vencido sin haberme derrotado.
Cuando no quede nada más por decir, miente. Hazme por última vez sonreír.
No hay mejor pornografía que la que tu mirada provoca.
Me pierdo entre la lluvia que la tormenta de tus besos trae. No cargo paraguas, siempre planeé empaparme de ti.
Naciste entre algodones. Creciste con miles de dones. Hoy estás perfecta, mas solo hace falta desvestirte. Anda, quítate los pantalones.
Fabricando sueños con almas de ilusos y dinero de tontos desde 1983.
Trastabillamos hasta encontrarnos: somos dos ciegos tocándose con descaro.
Hacer con los minutos origami para convertirlos en maravillas, volverlos eternos.
Y dibujamos paredes sobre puertas abiertas para encerrarnos en nuestras propias mentes indiscretas.
Vísteme con palabras, pero déjame sin aliento.
No odies al que te envidia. Envidia al que te envidia, pues tú no puedes anhelar lo que ya tienes ni ser cómo ya eres.
Tu debilidad es mi fortaleza.
Habitamos un mundo que no creamos, para crear mundos en los que no viviremos.
Mientes tan bien que haces que las verdades sepan a hiel.
Nos despediremos al otro día con singular alegría, deseando que este sueño se vuelva recurrente, que nos cautive de repente, siendo nuestros corazones de papel prisioneros del tiempo, mas no de la premura.
No existe el futuro. Es un tiempo que los románticos inventaron para excusar lo que no pueden ofrecer hoy.
No discutas cuando sabes que puedes ganar un argumento. Aplasta. Humilla.
Aférrate a algo. Suéltalo en el momento que más fuerte lo sostienes, si tus manos se encuentran marcadas significa que en verdad te importaba.
La vida es como una caja de chocolates. Y no les doy.
March 7, 2014
18. Suicidios seriales
I.
Se sentó a la orilla del río, sacó aquella pequeña libreta y suspiró.
Lenta.
Lánguida.
Se puso a recordar el por qué había escogido ese lugar y escribió unas escuetas letras…
“hay gente que se empeña en ser el todo de alguien. Hay otras tantas que no quieren ser nada de nadie. Y estoy yo, que teniendo todo de ti y aun así, amanezco a diario sin que nadie me importe”.
Cerró su libreta, se puso en pie y quitándose el vestido azul de círculos blancos, comenzó a caminar adentrándose en el río, hasta que el agua le llegó al cuello. Se zambulló y tomó de sus tobillos dejando salir lentamente todo el aire que quedaba en sus pulmones.
No había prisa por morir, ya había pasado veintitres años esperando, unos segundos más no iban a afectar. El agua comenzó a llenar sus pulmones y en ese momento, entre horcajadas y con el último resquicio de conciencia, sonrió, sincera.
II.
-Me parece que habrá buen clima hoy, deberíamos aprovechar y usar ese viaje en globo que nos regalaron tus padres.
Mónica asintió. Estaba afónica, la noche anterior había ido al concierto de Foo Fighters. Ella y Toño habían sido pareja de manera tan intermitente, que decidieron ser roomies primero, amigos después y novios cuando no encuentren algo mejor. “Somos novios entre novios. Lo hacemos para no pasar temporadas sin tener la compañía de alguien” respondían cuando alguien (amigos, parientes, compañeros, vecinos) les preguntaban qué es lo que eran ellos.
Salieron con una pequeña mochila con una muda de ropa solamente. Pasaron una mañana increíble, viendo el valle de México desde lo alto. Bebieron mimosas acompañados de la vista. Ya de vuelta a casa, Mónica llamó a sus padres agradeciendo el regalo. Toño intentó hablar con su hermano para contarle la experiencia, pero este nunca contestó, aunque de todas formas le dejó un mensaje de voz:
Cabrón, contesta. En fin, acabo de viajar en globo junto con Mónica. Oye… no, nada. Cuida a la abuela.
Eran las 4 de la tarde, en la tele estaba terminando The Wicker Man. Al comenzar los créditos, coincidió con la puñalada número 35 que Toño le daba amorosamente a Mónica, la cual tenía la mirada fija, llena de cariño viendo a Toño. Al llegar a la número cuarenta, llevo cargando a la cama, se acostó junto a ella, tomando su mano. Cerró los ojos, murmuró un “te amo” que ella ya no escucharía, procedió a cortarse la yugular y desangrar al lado de la única persona que pudo comprender su vacío.
III.
28 de febrero, retrasaron la quincena de nueva cuenta “la pagaremos en 4 días, no hemos recibido los cheques liberados”.
Sudor frío y desesperación.
Hoy se cumple el plazo, lo malo de deberle dinero a las personas equivocadas, es que terminan cobrándoles a quienes menos culpa tienen.
Lo único bueno de trabajar en la administración pública, es que siempre tendremos una ventana abierta en algún piso alto, siempre es más fácil huir de las responsabilidades.
IV.
Nunca pensé en terminar mi vida con una pistola. Bueno pues, con ninguna arma de fuego.
Se me hacía tan poco elegante, algo alejado de todo glamour…
Pero bien, seamos sinceros, mi vida no ha sido ni elegante y mucho menos glamourosa. He hecho todo lo que quería, sin que esto sirviera de nada. Tres esposas, ocho hijos, cuatro taquerías con más de treinta empleados. Al menos ninguno de ellos se podrá quejar que los dejo con las manos vacías.
Me gustaría saber qué pensarán cuando me encuentren con un hueco en la sien. Seguro imaginarán mil cosas. La respuesta, como vida, siempre será la más sencilla: me aburrió la vida.
Lo único que me mantiene con curiosidad ¿qué será lo último que veré, lo último que escucharé? click o bang.
Ya no lo supo, pues cerró fuertemente los ojos y al jalar el gatillo, por la cercanía, viajó más rápido la muerte que el sonido.
February 28, 2014
Veintiuno
Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros, una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una aplanadora, al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle, hasta los faroles te corran a patadas, que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte ante los tachos de basura y que todos los habitantes de la ciudad te confundan con un meadero.
Que cuando quieras decir: “Mi amor”, digas “Pescado frito”; que tus manos intenten estrangularte a cada rato, y que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones, que al acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para que los espejos, al mirarte, se suiciden de repugnancia; que tu único entretenimiento consista en instalarte en la sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y que te enamores, tan locamente, de una caja de hierro, que no puedas dejar, ni un solo instante, de lamerle la cerradura.
Oliverio Girondo, “21” publicado en Espantapájaros 1932.
En enero se cumplieron 47 años de que murió, triste y sin su esposa que se adelantó. En octubre que fuimos a Buenos Aires a ver su tumba en la Recoleta, me dio la impresión de que después de muerto, no la encontró más y sigue triste y sin su Norah Lange. Que a el simplemente, su familia se divirtió deformando su esqueleto, y que al final se enamoró de la la cerradura de su tumba, la cual nunca dejará de lamer.
Grande fue, chico, chiquitito, murió. Olvidado como se olvidan a las modas argentas en ese majestuoso cementerio descuidado por todos.
September 10, 2013
Pavor y sobresalto con expectoración.
Dolores, con mansedumbre suplicaba. Sufría y su progenitor la compelía (de ella obtenía una considerable ganancia).
Pobre Dolores, pobre de ella y su giba.
Su madre era pelandusca, pérfida y con el corazón ennegrecido. Su hermano vivía en la verbena. Era un afeminado con un amante pasado en peso.
¡Pavor!, ¡sobresalto con expectoración! Uno, dos, tres. ¡Puntapié y coceadura!
Esa jornada acontecía en calma. De pronto, su padre la agredió raudamente. La mancilló con afán vesánico y Dolores imploró a los cielos que su vida se extinguiese en ese preciso momento.
En un momento atrapada por el instinto, Dolores asesinó a su padre mientras estaba siendo por el perseguida (ignorando ambos, que en ese mismo tiempo, pero distinto lugar, su madre y su hermano mantenían relaciones carnales).
Dolores pensó que no obtendría ayuda alguna, hasta que, de la nada, encontró un gendarme. Llorando, los acontecimientos recientes al policía le relató. Este, con una sonrisa apacible en el rostro la miró y… oh, Dios mío, no creerán lo que sucedió.
La acorraló.
La embistió.
La atizó.
La deshonró.
La mató… con un revolver.
Pavor y sobresalto con expectoración.
June 23, 2013
19. Camposanto
Y si empezamos
y si no acabamos
y si pintamos unas nubes que se quedan a la mitad
y si nos perdemos
y si nos fuimos para no volver
y si no sabemos lo que hacemos
y si no sabemos porque lo hacemos
y si a pesar de todo sabemos lo que sabemos
y si sabiendo todo, hacemos lo que no hacemos mientras lo hacemos
y si somos un par de bobos
y si somos un par de prodigios
y si somos todo
y si somos nada
y si somos la tormenta que el temor acotará
y si somos un tiempo que no debe
y si somos un debe que no tiene tiempo
y si debemos un tiempo que acontece mientras somos
y si tenemos tantas variables y dudas postergables y planteamientos impostergables
y si las matamos a todas y desaparecemos a todos
y si en nuestro terreno de anhelos, enterramos todas las dudas y sembramos los planteamientos
y si hacemos con estos un camposanto de virtudes
y si hacemos con estos un camposanto de verdades
y si hacemos con este camposanto los cimientos de un castillo de papel
y si hacemos con ese castillo de papel una casa de equidad
y si hacemos con esa casa de equidad una villa de amor
y si hacemos de esa villa de amor un vida juntos
y si hacemos de esa vida juntos todo lo que deseamos hasta morir
y si al morir nos entierran con los recuerdos de nuestra vida, que es una villa de amor, que es una casa de equidad, que es un castillo de papel, que es un camposanto de verdades, que es un camposanto de virtudes, que es un terreno de anhelos donde están nuestras primeras dudas y olvidados planteamientos, estaremos donde estuvimos al principio, donde somos parte de todo y parte de nada, pero donde y sobre todo, somos, por siempre, lo somos. En ese entonces, en ese ahora, en ese loop que somos.
y sí, seremos.
April 28, 2013
20. sin embargo
Un cardumen de emociones y estímulos van de extremo a extremo de nuestro ser, cambiándonos con cada micra que recorren sin remanso.
Nos extraen de una realidad para colocarnos en el lindero de nuestras ilusiones, lo que somos contra lo que queremos ser, lo que tenemos contra lo que anhelamos, lo que vivimos contra lo que nos dejamos. Somos el límite fronterizo de lo que no que deseamos y del país del siempre no.
Sin embargo, nos gustan las ilusiones, desde niños, asombrados con el qué, cómo y por qué de la magia, el encanto, las ilusiones, el cine y el teatro. Nacimos para ser engañados porque queremos, porque lo disfrutamos. Nacimos para mentirnos, para mentir, para ser parte de una mentira ya sea con conocimiento o bien, sin este. La vida y lo concebido (y aceptado) por la sociedad nos dice que eso está bien y que así ha sido, así habrá de ser. No veo una razón para contradecir este tipo de comportamiento y bien aunque podría encontrar una o cien, a fin de cuentas, sería un engaño más.
Y es que ¿para que cambiar lo que nos hace sentir tan bien? No podemos ser para dejar de estar y, si algo he aprendido en estos años de vida, es que el ser va en decremento, cuando aprendes a estar en el lugar correcto, con la persona correcta y en la ilusión adecuada. Salve toda distancia con la perfección, lo que debemos encontrar es ese pequeño gran teatro en el que solo tengamos que actuar por una grande y magnífica ocasión.
April 25, 2013
León Benavente: el centro de un estado
(por Nacho Vegas)
Antecedentes históricos
En el año 1962, más o menos cuando la nieve se empezaba a derretir en algunas cumbres y la primavera se instalaba, Francisco Franco tomó una decisión que él consideraba de capital importancia y a la que venía dando vueltas desde hacía tiempo: quiso descubrir cuál era el centro exacto de la península ibérica. Tenía que saber dónde se situaba el mismo centro geográfico de España (Portugal, como si no existiera), no podía dormir por las noches sin averiguarlo. Siglos atrás, los musulmanes ya habían hecho sus cálculos y habían señalado un punto en la que más tarde sería la villa cristiana de Pinto, al sur de Madrid. Pero Don Francisco no se fiaba de los moros, que debían saber mucho de rezos y de hablar raro pero lo que es de aritmética geográfica, poco, así que dio un golpe sobre la mesa. Mandó llamar a El Pardo a los mejores matemáticos e ingenieros de caminos de todo el mundo, que casualmente fueron todos españoles, y les encomendó la tarea. Tras trece meses de trabajo a destajo, de complicadas mediciones, los expertos llegaron a una conclusión: los moros se habían equivocado, pero por muy poco: el centro de España estaba en realidad en la localidad de Valdemoro, a unos siete kilómetros de Pinto. Enseguida comenzó la disputa entre los dos municipios por ver cuál de los dos ostentaba el título, y hubo vecinos que sacaron la escopeta y se dispusieron a defender su honor a tiros. Franco pensó que el asunto se le estaba yendo de las manos, y fue entonces cuando pronunció una de sus frases más célebres. Con su voz afluatada dijo: “ni pa ti ni pa mí”, y se fue a un punto equidistante de los dos pueblos, en Getafe. Allí, en un cerro, plantó un monumento y en un acto oficial declaró el lugar “Centro Auténtico de España”. Cuando le preguntaban si ese era el punto geográfico exacto él se limitaba a decir: “bueno, es por aquí, no hurgues”. Con todo, la disputa entre Pinto y Valdemoro dio lugar a una de las expresiones más populares del refranero español. Y para Franco la cosa se había convertido en una cuestión de orgullo personal, más que de orgullo patrio. Algunos historiadores sostienen si el Generalísimo se afanó tanto en reprimir los nacionalismos periféricos no fue por motivaciones políticas, sino porque una eventual independencia de Cataluña le iba a joder el centro geográfico y hala, vuelta a empezar con los cálculos. Y eso no podía ser.
El origen
Ha transcurrido nada menos que medio siglo y las cosas empiezan a cambiar, o eso parece. El régimen fascista fue agonizando sin ninguna prisa, para dar paso a una simpática transición que nos llevaría a un nuevo régimen neoliberal y aquí nos encontramos, tan a gusto y pensando si prenderle fuego a todo o si hacer nosotros de antorchas humanas. Pero esto de lo que vengo a hablar es algo que sucede ahora y no podría haber sucedido antes. Todo empezó así:
Justo 50 años después de que Franco se pusiera tonto, en marzo de 2012, a Luis Rodríguez le dejó tirado el coche cuando bajaba a Madrid desde Asturias. Era la enésima vez que hacía ese recorrido desde que se trasladara de Oviedo a la capital, un camino que los que vivimos por aquí arriba nos conocemos demasiado bien: subir y bajar el Huerna, la Ruta de la Plata, la Carretera de La Coruña. En mitad de aquello se quedó Luis, parado en la autovía dentro un Opel Corsa con más 300.000 kilómetros a sus espaldas y cargado con un bajo, un amplificador y una maleta de viaje.En el tramo que une León con Benavente, que es como decir en medio de ninguna parte, porque si miras a uno y otro lado del asfalto lo que ves es un páramo enorme. Mientras esperaba a que llegara la grúa, Luis llamó aAbraham Boba, vecino suyo en el madrileño barrio de Conde Duque. Hacía apenas un año que Abraham había publicado su álbum Los días desierto. Luis le habló de escribir canciones juntos. Boba refunfuñó primero, se rió entre dientes después y le dijo: “pero nada de canciones de amor, ya no más”. Quedaron en verse en cuanto Luis llegara. Por aquel entonces César Verdú estaba en Murcia peleándose con las mezclas finales deAlquimística, el disco de Schwarz que vería la luz unos meses más tarde. Fue el segundo en recibir la llamada desde la nada. César sería el baterista, pero también algo más: un director de sonido. Y Luis dejó para el final a Edu Baos, que se encontraba ensayando en Zaragoza algunos temas que formarían parte de El amor y las mayorías, el álbum deTachenko que acaba de salir a la venta hace unos días en el momento en el que se redactan estas líneas. Aunque tendría el año ocupado con ese disco, todos sabían que más que contingente, Edu era necesario para el proyecto y enseguida se unió a la banda. Un alleranu, un vigués, un murciano y un maño. Suena a chiste pero es cosa seria. Todos nacidos a mediados de los setenta, trovadores y nómadas, dándose cita en medio de ninguna parte. Venían de sitios distintos y cada uno había transitado sus propios caminos por el krautrock, el pop psicodélico, el rock de autor o el folk, pero tenían que acabar confluyendo en un punto aún por definir. Aunque nadie lo sabía, en ese momento se estaba desplazando el centro de la península, o mejor dicho, se estaba gestando un nuevo estado, que era él mismo todo centro y todo periferia: León Benavente.
El viaje
Empezar hablando de cruces de caminos y puntos de encuentro para tratar de decir algo del disco de debut de León Benavente no es un capricho. Si me viera obligado a ponerle una etiqueta universal a esta estupenda colección de canciones sería la de road pop, porque adentrarse en ella supone un viaje físico y emocional, por carreteras y caminos secundarios, lugares y estados mentales de confusión, rabia, desconcierto e incertidumbre. No se encuentran aquí canciones que nos hablen del salón de casa o de la angustia que nos provocan las paredes de nuestra habitación. Es un disco que mira mucho más allá, al mundo de ahí fuera, y se aventura a recorrerlo dando cuenta de todos los riesgos que conlleva el viaje. Puede escucharse cómodamente desde el sofá, pero mejor hacerlo mirando por la ventana, y mucho mejor estando fuera y en movimiento: una magnífica mixtape monográfica para un viaje por carretera, o por la naturaleza si se quiere, pero en todo caso un viaje que tiene algo de frenético. Desde Perpignan a Nueva York, pasando por el barrio del Cabanyal o el parque de El Retiro, hasta una quincena de lugares concretos son mencionados de una u otra forma en el álbum, sin contar con los referidos en el propio nombre de la banda. Nos ponemos en marcha. El motor de este vehículo suena engrasado y escupe ecos de Can y Stereolab: una base rítimica formada por bajos, sintes, baterías y percusiones que nos transportan de un extremo a otro del disco con cambios de marcha que parecen calculados matemáticamente. Las guitarras de Luis oscilan entre los riffs pegados al suelo que en ocasiones remiten a unos Gang of four y los arpegios ensoñadores que nos despegan varios metros por encima del asfalto y se acercan al más reciente dream pop. Abraham lo envuelve y desenvuelve todo con el Farfisa mientras nos lo cuenta, y lo cuenta mejor que nadie.
El trayecto comienza con una constatación de riesgos. Desde las primeras notas parecen decirnos que van a romper con todo lo que se daba por supuesto, a sabiendas de los lastres con los que parten. “Ánimo, valiente”es un grito de aliento que es casi una chufla, porque si no empezamos así acabaremos igual que al principio. Tú que sabes lo que fueron los 80, / te mereces todo lo que pase. Avisados quedamos. Enorme canción. El discurso sonoro se vuelve más furioso a medida que los peligros se van haciendo más palpables. Se oyen cantos de hienas y surgen las primeras dudas, que quedan ventiladas con un estribillo directo al estómago. Las cuestiones se van sucediendo una tras otra en el disco, y aunque a veces cada canción parece contestar a aquella que la precede, estamos ante un álbum más de preguntas que de respuestas, y si en algún momento sucumben a la nostalgia de algo anterior al viaje queda claro que se trata solo de un lugar de paso. Las canciones más aparentemente amables del disco nos llevan de una suerte de saudade (“Estado provisional”) a un agrio desencanto en la distópica “Las ruinas”, pero estas dos paradas en el camino quedan sublimadas cuando se enmarcan dentro del viaje completo. Es uno de esos discos raros hoy en día, mucho más frecuentes hace unas décadas, en los que merece la pena hacer una escucha ininterrumpida de principio a fin. El modo de escucha aleatorio es pecado si uno se quiere adentrar en este periplo. Y hasta ahora no hemos llegado más que a la mitad del recorrido. Ahora viene lo duro. Cuestionarlo todo mientras se pasa por todo parece ser la máxima de León Benavente, y eso es lo que hacen en el ecuador del disco con un trallazo inapelable como “La palabra”, donde se enfrentan a los límites del sonido y del lenguaje para decidir que antes de encarar de nuevo el amor, vamos a preguntarnos de qué hablamos cuando hablamos de esa cosa y de todas las demás cosas que hasta ahora parecían sagradas. El golpe de estado ya está dado; ahora vamos a pensar en un nuevo orden. La furia desatada da paso a la más reflexiva “Década”, porque algo tiene que cambiar o si no se irá todo a la mierda. Preludio inquietante del que es uno de los momentos álgidos del disco, en el que se sube al carro Irantzu Valencia como autoestopista de lujo. “La gran desilusión” ahonda en el tema del desencanto y lo transforma en una pieza de orfebrería pop que nos deja con una sonrisa marcada a fuego en la cara, una que es en parte dulce y en parte amarga. Y aunque nos quedamos embelesados, la recta final del viaje nos depara un momento épico, un duelo a pleno sol como en una película del oeste pero en esta particular película de carretera. La montaña rusa sónica de León Benavente nos lleva del desasosiego a la revuelta pasando por la indignación, o cómo a través de las emociones vividas, la imaginación y la evocación sonora, el rock puede plantarle cara al mundo real. En este disco todos se mueven, pero nadie huye. En “El Rey Ricardo” y “Revolución”nuestras navajas de Albacete se enfrentan a su espada de Toledo, y después de la brutalidad nos queda una sensación de victoria. Si echamos la vista atrás nos damos cuenta de que todo ha sucedido a través de nueve grandes canciones, una por una. Pero esperen, que aún queda la secuencia final. En “Ser brigada” recogen a otra autoestopista ilustre,Cristina Martínez, y cierran el álbum con un viaje dentro del viaje, una historia de amor y violencia (ahora sí) para la que no hay “y fueron felices y comieron perdices” que valga, sino esta bomba: Y vieron que incluso las flores tienen su parte decadente, / que se pudra este ramo de rosas pero no antes que usted, señor presidente. Epílogo tremendo para un paseo salvaje y precioso de apenas cuarenta minutos. Los cuarenta minutos más intensos que el que esto suscribe ha tenido en mucho tiempo.
El destino
¿Para qué volver? Para qué, dicen, si hemos llegado hasta aquí. Lo que nadie sabe aún es dónde van a ir a parar, pero sospecho que muy lejos. Si algo me parece innegable escuchando a León Benavente es que este no es un mero encuentro casual en algún punto situado entre Mozota y Moreda de Aller. León Benavente no es El Pisuerga que pasa por Valladolid, no es creíble que el estado de gracia que desprenden estas canciones sea cosa de coyunturas. En la música pop tenemos la fea costumbre de llamar a las nuevas aventuras “proyectos”, o aún peor, “proyectos paralelos”, como si siempre fueran cosas que están por hacer o que acontecen en una dimensión secundaria. El álbum de debut de León Benavente es una realidad urgente, y apuesto a que se seguirá hablando de él dentro de algunos años. Tal vez incluso dentro de medio siglo, cuando se cumpla otro ciclo y alguien decida volver a desplazar el centro de la península ibérica.
March 23, 2013
Palpable / Nos vamos a la madrugada.
Update: los mixtapes tuvieron que ser resubido, because mediafire.
Tenía rato de no armar un mixtape, así que les traigo dos, por el mismo precio de uno.
El primero se llama Palpable. Es el único de los dos que tiene una lista de tracks que está puesta de tal forma para que sea escuchada así. El segundo se llama Nos vamos a la madrugada. Ese no tiene orden alguno, así que está hecho para tenerlo en shuffle y escucharlo al salir de casa, tomar el coche y que el amanecer te atrape.
Para descargar, denle click sobre la respectiva imagen.
Sale, bai.