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414 pages, Paperback
First published April 1, 1958
Flaking signs, yawn of cobblestones, city like a crippled cloud, timeless stinks of armpits and crotches, oil-sizzled tortillas and green fruit, the softest murmur of wheels, dripping music. Without agreeing to, the sky opened, which neither walls nor Mexicans asked it to. Rain fought dust, wind and faces struggled, pasted against the soggy walls, draggling mustaches, glazed eyes, sloshing feet, slovenly, unhealthy flesh plagued by boils and cataracts, sleeping flesh-niches and eternal idols, on their knees against walls, sieved by loneliness, and scratching at what gnaws inside the refuse heaps.
“Is that Cienfuegos?”
“That, dear Prince, is him. He himself. The one and only. Like God, he’s everywhere, but no one ever sees him. In and out of government offices, society drawing rooms, friend of magnates. He’s said to be the brain behind a great banker. He’s said to be a gigolo and a marijuana addict. He comes, he goes… in brief, another clown in the unharmonious circus in which we live.”
“It’s all a question of wings, my love. With wings, a butterfly. Without wings, a caterpillar. Voilà. Take me to a drink.”
“¿A quién verán entrar con horror mañana los aristócratas de la Revolución? No hay remedio: Mexiquito siempre será Mexiquito. Y mientras tanto, hay que subsistir.”Un libro que vuela a la altura de cualquiera de las grandes obras de aquello que se dio en llamar el boom latinoamericano. La novela, un compendio de estilos y formas, realiza un hermoso homenaje al México de los 50, a sus gentes, a sus mitos y leyendas. Pero es más que eso. La novela trasciende lo local para llegar a lo general, o, dicho de otro modo, se circunscribe a un pedazo de la realidad para representarla toda.
“— … ¿Paul Gauguin en cruzada otra vez? ¿Otra vez la búsqueda del buen salvaje y el color local y el candor primitivo, ahora entre los limpiabotas totonacas y las cocineras descendidas de la sierra de Puebla?Presente: Federico Robles, pragmático, viene a decirnos que es la hora del capitalismo, que todos los sistemas, todas las civilizaciones, que se han mantenido en el tiempo lo han sido porque responden a algo fundamental de nuestra naturaleza y que las revoluciones solo han servido para cambiar a una clase dirigente por otra.
— Puede que sí, mi amigo.”
“Las revoluciones las hacen los hombres de carne y hueso y no los santos y todas acaban por crear una nueva casta privilegiada.“Futuro: Manuel Zamacona y su solución intermedia, que bien podría ser la que propugna el propio Carlos Fuentes.
"El progreso debe encontrarse en un equilibrio entre lo que somos y nunca podemos dejar de ser y lo que, sin sacrificar lo que somos, tenemos la posibilidad de ser."¿Quién no estaría de acuerdo con esta proposición? Yo lo estoy, pero también lo está Ixca y Robles y cualquier utopía que se haya podido concebir, incluidas las que lamentablemente, y con resultados catastróficos, se han llevado a la práctica. El problema es que hay que definir lo que somos y las posibilidades de ser que están a nuestra disposición. Ahí radica todo el problema. ¿Tiene solución? Creo que todavía no estamos en condiciones de responder a esta pregunta.
"México no se explica, en México se cree, con furia, con pasión, con desaliento."