Tras completar su trilogía Las Antiguas -La perra de Alejandría (2003), Lobas de Tesalia (2015) y El amante germano (2018)-, en la que Pilar Pedraza (Toledo, 1951) nos ofrece una visión inquietante de la Grecia y Roma milenarias avalada por su gran conocimiento del mundo clásico, la autora regresa al formato de la narración breve. Nocturnas. Historias vampíricas reúne quince relatos que nos enfrentan a la tragedia y la fatalidad que arrastran los no muertos marcados por su penosa condición.
Protagonizadas todas ellas por mujeres «nocturnas», estas historias proponen diferentes interpretaciones del vampirismo, desde la versión más clásica a la sublimación simbólica del mito universal.
Así, el lector encontrará en este volumen relatos como 'El dhampiro', donde un cazavampiros de raza gitana se ve obligado a «redimir» a su propia esposa y prima; 'Rubí, la gulí', que narra la aparición de una gul oculta en una excavación arqueológica de una catedral; 'Madame guillotine, fantasía en tres actos', dedicada a Alexandre Dumas, que nos describe la ejecución y avatares postmortem de una feminista guillotinada por la Revolución Francesa; 'La voivodina rehén', donde conoceremos el triste destino de una doncella transilvana cautiva en el harén de un sultán otomano y cómo se vengó de él; o 'Pobres zombis', en el que Pedraza nos relata de un modo desenfadado el encuentro fortuito de la protagonista con una gulí en plena pandemia del coronavirus.
Escritora española. Su obra tiene dos vertientes principales: la narrativa de terror y el ensayo. Desconocida del gran público, es una escritora de culto, cuyo peculiar feminismo sadiano recuerda a la controvertida pensadora norteamericana Camille Paglia y a la novelista británica Angela Carter.
Miles de historias habremos leído acerca de los vampiros. Narraciones en las que la criatura se desliza entre los secretos de la noche para hacer valer su dominio sobre la oscuridad. A cada uno de nosotros la presencia del vampiro nos seduce, nos aterra, nos recuerda a aquella infancia en la que nos escondíamos parapetados bajo el cobijo de unas sábanas. Pilar Pedraza es consciente del la fascinación por el mito universal y, aún así, lo descarta en cada uno de los relatos que componen esta antología. Y no lo hace por despreciar lo que tantas generaciones ha aterrado a cada uno de nosotros que amamos el terror. Al contrario, el respeto que tiene por el mito la lleva a explorar, una tras otra, las infinitas visiones que existen de esas criaturas sedientas de sangre, lejos del monstruo romántico ideado por Polidori. Desde sus vertientes clásicas herederas de la mitología griega a ideas más simbólicas y efectivas como la presencia de Madame Guillotine, sin dejar de lado toda la rica mitología oscura gitana de todo el este de Europa. Todos y cada uno de ellos resaltando la fuerza e independencia femenina, figura central y predominante en cada uno de los relatos. Si eso de por si no resulta fascinante, que lo es, el auténtico protagonista de cada una de estas historias es la narrativa de Pedraza que, como viene siendo habitual, supone un derroche continuo de erudición histórico que resulta abrumador. Leer a Pedraza es adentrarte en un museo, contemplar sus pinceladas, abrumarte por los matices de color de cada uno de los claroscuros que componen sus obras , rendirte a la evidencia de que estás ante una artesana de las letras. Podrías pasarte horas y horas leyendo como escribe y embriagarte ante ese despilfarro continuo de referencias historias. No somos conscientes de la suerte que tenemos de poder disfrutar de la narrativa de Pedraza, una escritora salida de otra época que no tiene reparos en abordar historias de nuestro día a día. No hay más que ver cómo cierra esta antología de relatos recorriendo todas las pesadillas a las que nos enfrentamos en pleno siglo XXI, pandemia incluida. En definitiva, este Nocturnas es un derroche de amor por las letras y por los vampiros en todo su esplendor. Una de esas obras que te hacen amar las letras, aunque estén manchadas en sangre.
La prosa de Pilar Pedraza es increíble y aunque algunas historias me gustaron más que otras, es un libro bastante entretenido que se adentra en la mitología de las vampiras; desde leyendas ancestrales rumanas, con la estructura clásica del relato gótico hasta propuestas actuales con humor negro. Un libro entretenido para amantes de los vampiros.
Increíble. Fantástico. Este libro es a la literatura de vampiros lo que el chiste aquel* tan simpático. A saber, un clásico instantáneo, una obra soberbiamente ejecutada y un elemento de conocimiento cuasi obligatorio. He sentido placer físico leyéndolo. Qué delicia, qué maravilla, rediós.
*Dos murciélagos van volando y se cruzan. Uno le pregunta al otro: -¿Cómo te llamas? +Vampirito, ¿y tú? -Otto. +¿Otto qué? -Otto Vampirito.
No es una antología perfecta (varios de los relatos son diferentes versiones de una misma idea) pero sí muy sólida y con personalidad. Con momentos divertidos, otros estremecedores y algunos casi de crítica de actualidad, pero todos muy bien escritos.
Pues como bien sabrás, pero si no te lo digo yo, compendio de 15 relatos de la grandísima Pilar Pedraza.
Si bien se vende como una antología protagonizada por vampiras, en femenino, quizá habría que matizar un poco eso. El caso es que me parece irrelevante cuando se analiza desde esta óptica: lo que sí son es 15 relatos de la divaza del terror en las letras españolas.
La primera parte está dedicada a los vampiros según los ven los romanís, que en sus tres relatos, emplazados en España, vienen representados por gitanos, figuras descritas de forma fascinante, que casi parecen semidioses. Es un gran arranque para el compendio y tienen algo de Cristina Fernández Cubas; me recuerdan a sus relatos protagonizados por hijas pequeñas o jóvenes de las clases medias o altas que miran a sus progenitores sin comprenderlos muy bien y acaban interesadas en algo prohibido. Además, tienen esa particularidad de transcurrir en algún momento tirando a inconcreto en ocasiones del siglo XX, infancia de ambas, claro está.
Estos tres: El dhampiro, Madre Mullí y La moribunda me parecen casi intercambiables, diferentes exploraciones de la misma idea, pero lo bastante diferentes como para que no empachen pese a estar juntos.
La segunda parte está dedicada a «las gulís», que no sé si es algo que se ha inventado la Pedraza pues así a golpe de Google no he encontrado referencias. Las gulís son unas criaturas que no todos pueden ver y se parecen a los murciélagos de Tailandia, los zorros voladores, con carilla de zorro, si bien a veces tienen cara humana. Chupan sangre como los vampiros y... hablan.
En Rubí, la gulí lo que empieza como un relato intrigante acaba como una cosa de un humor muy negro, pues la gulí ya desde el primer momento en que emite palabra es un cachondeo. Es además cuando se despliega uno de mis talentos favoritos de la Pedraza: tiene un vocabulario excelso, una prosa cuidadísima... pero, de repente, te mete una expresión castiza a morir y se queda tan ancha. Me encanta ese recurso y es como si ella misma, con sus personajes siempre cultos y hasta pelín esnobs, fuera muy pero que muy consciente del absurdo de todo y no dudara en bajar al fango para reírse de sí misma. Las gulís de la cúpula dorada es, de nuevo, una exploración de la misma idea, mucho menos compleja, queda más en esbozo frente a la otra.
Además, Pedraza despliega en el de Rubí otro de sus divertidísimas maestrías: retratar el funcionamiento político, dándole a la protagonista un cargo en el Ayuntamiento. Retrata muy bien lo absurdo de las burocracias y, pese a que es evidente su simpatía hacia la izquierda, no cae en maniqueísmos y parodia a todos de forma similar.
La tercera parte son de nuevo dos relatos. En Cazadoras de almas tenemos una muy divertida conversación entre amigas en torno a lo sobrenatural, los espíritus atrapados y demás. Da la sensación de ser un preludio a algo más grande: ojalá. A más se acerca a nuestra actualidad, más me gusta y aún quedan sorpresas en cuanto a esto. El Apócrifo de la vampira quemadita se me ha hecho bola porque es cuando Pedraza despliega al 100% su habilidad lírica, incontestable, pero yo soy más de historias que transcurren en la Tierra. Me ha recordado al Tristes ayes del águila mejicana de su increíble compendio Arcano Trece.
La cuarta parte, Madame Guillotine podría considerarse relato a tres partes. Pese a que históricamente interesante y demás, ha sido la parte que menos interés me ha generado. El caso es que acabas aprendiendo cosas y todo y el peor de sus relatos es bueno, aunque aquí ni me atrevería a decir que son peores; sencillamente me han interesado menos.
Otra cosa que me fascina de Pilar Pedraza es cómo nos acerca al deseo femenino con total transparencia: casi todas sus protagonistas desean a hombres y lo hacen sin ningún pudor. No es cursi y ni mucho menos es chabacana.
La quinta parte es muy curiosa. En La voivodina rehén tenemos un relato dentro del relato, recurso que emplea con maestría, pues se nos hace igual de interesante la historia contada que el entorno donde se cuenta, creándose dos relatos, o casi tres, pues en realidad cuando se cuenta... ¡es alguien recordándolo! Sin duda, de mis favoritos. La vampira que emigró es, quizá, lo que esperaba en cuanto a una historia de vampiras contada por Pilar Pedraza, escogiendo ella el Baltimore de los años 30. Es, salvando las distancias pues su humor es mucho más tenue, pero está, su Lo que hacemos en las sombras.
La sexta parte ha sido de mis favoritas, pues aquí se acerca mucho a la actualidad y a mí que una señora pueda con 70 años escribir sobre nuestros días (la putísima pandemia inclusive, hermanos) con tanto desparpajo me admira. Y que conste que lo primero son los relatos, no ha venido ni a hacer columnismo ni crítica social. La mujer basura me ha parecido el más Cristina Fernández Cubas (igual estoy obsesionado con esta conexión y no tiene ni sentido) y es de mis favoritos pese a que... no he entendido a dónde íbamos. Pero he disfrutado tanto el misterio de una ejecutiva de un órgano de control de temas de género en la TV Pública que se obsesiona con una figurante de un programa que me ha dado igual. Meteoritos por San Valentín, aunque la historia en sí me ha parecido un poco tonta, disfruto tanto con los grupos de amigas que engendra la Pedraza (como en Cazadoras de almas) que me da la mismo.
Pobres Zombis es donde nos da su visión de la pandemia y el confinamiento. Me ha hecho mucha gracia ver cómo describe a la protagonista con gafas moradas tipo John Lennon, con las que se ha visto a la propia Pilar. Pues lo que venía diciendo, una lucidez para describir, sin desmerecer el relato, unos momentos complejos de narrar sin caer en esto o en aquello...
No le doy las cinco estrellas porque mira, es difícil hacerlo con un conjunto de relatos (aunque bien que lo hice con Arcano 13, jaja) pero ha habido momentos en los que no he estado en este mundo y he disfrutado la lectura con una inmersión total en lo que me estaban contando y he deseado que la Pedraza fuera parienta mía y que me contara todas estas historias pelín románticas y muy macabras.
Le recomiendo este libro a cualquier persona a la que le gusten el vampirismo y los personajes femeninos escritos como dios manda👌 La escritora se informa mogollón antes de ponerse a escribir sobre distintas culturas y tiene las ideas muy claras.
Bueno, el libro es de relatos y tiene varias partes, algunas tienen sentido y otras como que no tanto; os lo cuento sin spoilers: En "vampirika romanichel" todos los relatos tratan sobre tradición gitana y vampirismo (súper interesante leer sobre el vampirismo en su cultura pero casi todo acaba muy de sopetón) Hay un relato 🔥PARTICULARMENTE CHULO🔥 que es una revisión de la historia de Juana de Arco (apocrifo de la vampira quemadita) También hay un cacho de vampiros y revolución francesa bastante interesante, una revisión de las mil y una noches pero en plan vampírico y un relato de vampiros en los años 20 que me han gustado mucho.
La escritora peca de acabarlo todo muy de repente y de sobrexplicar los momentos paranormales, y en algunos relatos se puede decir que pasa muy poca cosa, pero en general es un libro que recomiendo porque tiene partes de 10.
"Pero no he olvidado que el mal no está en el corazón de Asia,ni en el mordisco de las gulís de las pagodas,ni en los escorpiones de África, que me picaron fieramente en el desierto de mi amada Túnez,entre las piedras del teatro romano de El Djem,sino en la naturaleza depravada de la especie humana.A esta sí la temo, porque no tiene remedio ni inocencia.En nuestro origen hay una misteriosa tara, que de vez en cuando se despierta y muerde sin piedad."
Todas las historias tienen en común el vampirismo, homenajeando a autores clásicos y un último relato que sirve de crónica post- covid. Particularmente odio las recopilaciones que trata todo su contenido sobre el mismo tema, acaba cansando. No contiene ningún relato excelente, todos mantienen una media regular.
Ahora sí. Pilar Pedraza es una autora que quería que me gustase pero mi primera lectura suya fue un poco... decepcionante. Aunque no llegase a ser una mala lectura. Hablo de Pánikas. Y, bueno, sigo viendo algunas de las cosas que me decepcionaron en su momento, pero ha pesado más lo positivo que lo negativo en la lectura de esta antología. Puede ser que porque trata una figura que adoro (la vampira) pero estoy convencida de que es por la forma de tratar el mito y, sobre todo, la manera que tiene de usar el humor, la ironía y la crítica en un estilo narrativo muy peculiar. Sigo pensando que el dejar frases en latín (u otros idiomas) es innecesario y excluye a gran parte de los lectores, en mi opinión. También hace guiños y usa figuras tanto mitológicas como históricas que pueden llegar a pesar al lector. Así que lo tendría muy en cuenta a la hora de empezar a leer a Pedraza. Súmale a lo anterior la dificultad a la hora de hacerse con su bibliografía. En digital o audiolibro solo está disponible Pánikas que es una novela corta, para más inri y carísima. El resto de sus novelas son reeditadas por Valdemar de vez en cuando pero cuesta encontrarlas o están de segunda mano por precios ridículos. Ya ni hablamos de sus ensayos... Es no ridículo, criminal. Olvidaos de libros en digital o de encontrar a la autora en plataformas. Así que no entiendo las quejas de que no es una autora más conocida. A ver, si es que la propia editorial ya se pone la zancadilla ella solita cuando cuesta tanto comprar los libros de Pedraza. Literatura para privilegiados que pueden comprar sus novelas recién salidas de la imprenta y en cualquier momento. El mensaje de la mayoría de sus historias contrasta fuertemente con el hecho de que parecen estar escritas para un puñado de privilegiados, la verdad. No sé qué pensar. Os recomiendo leer a Pedraza si tenéis la oportunidad (que no será a menudo) y comprobar por vosotras mismas la calidad de esta autora. Siempre y cuando seáis amantes del horror gótico pasado por el tamiz patrio. Es toda una experiencia. Tengo la edición de tapa dura en formato pequeño (demasiado pequeña para mi gusto e incómoda de leer) publicada por Valdemar para El Club de Diógenes en el año 2022. Estéticamente es muy gótica y la elección de la imagen de Pandora de Rossetti muy apropiada. No me arrepiento de haberla comprado pero, a ver, es que no hay tu tía: o la compras nueva o no la lees porque no hay otra manera de conseguirla. Antología leída para la premisa relato o cómic de terror o misterio para Cozyween organizado por Eva de Evitalecturitas.
Convengamos: Bela Lugosi, Nosferatu, Dracula (el de Gary Oldman y, en menor medida, el antagonista de Castlevania) son imágenes de un cliché tan manido que ya se ve -y se percibe- acartonao. Las capas ya tienen polilla, los murciélagos sólo se mueven con hilos, la sangre sabe a mermelada.
Dentro de este aplatane del tópico celebro que una antología como Nocturnas de Pilar Pedraza tome riesgos y desafíe la concepción misma del vampiro: al trastocarla, la autora consigue mostrarnos la variedad de personas, personalidades y actitudes pueden tener el mote de <>; es con esta perspectiva, en mi opinión, que debemos entrarle a este libro: dejar de lado el recetario para leer a un vampiro y buscarlo en su (nuestro) habitat natural.
El mejor del paquete es, en mi opinión, La mujer basura: una lectura que muestra un vampiro colmilludo, que se alimenta de la sangre y del dolor de la mujer de una manera tetricamente normalizada...
Lo recomiendo aún si no eres lector de novela/cuento de terror asiduo (como yo): el estilo y la erudición de la autora te mantendrán queriendo más.
Tratándose del primer monstruo que se asomó a mi imaginario infantil, siempre he sentido fascinación por la figura del vampiro. Durante décadas disfruté de cualquier constructo cultural que tuviera que ver con estos chupasangres, incluso de las narraciones más infectas y desconsideradas, hasta llegar al hastío. Aunque el tiempo acaba por reconciliarle a uno con sus raíces, sigo esquivando el tema, salvo contadas excepciones, y un libro de relatos de Pilar Pedraza subtitulado «Historias vampíricas» iba a ser una de ellas, por supuesto, pues amo profundamente la escritura de Pedraza y el formato del cuento literario.
Sabía que la autora no me iba a decepcionar, pues leerla siempre es un deleite, pero me alegro de que tampoco lo haya hecho la temática. Las raíces y dobleces del vampirismo son tan variadas y numerosas que es una pena encontrarse una y otra vez con los mismos planteamientos. La autora de «Nocturnas», que por algo sabe de historia y narración un rato largo, prefiere asomarse a los resquicios menos manidos o ironizar con los más populares, en busca de un hálito de verdadera inmortalidad, y creo que en varios de ellos se aproxima. No obstante, siento que la literatura de Pedraza se ha instalado en un espacio de comodidad desde su libro de relatos Mystic Topaz, y que su escritura se ha despojado de cierta pulsión salvaje y primitiva que me encantaba y que creo que equilibraba muy bien su estilo. Ahora pesa más lo irónico y lo costumbrista por encima de la oscuridad atávica, que no digo yo que sea un defecto, pero que me hace echar mucho de menos algo que es difícil de explicar. Estos quince relatos son mejores en muchos aspectos que los de su memorable Arcano Trece, pero también más aburguesados. Si se trata de una etapa estilística o del fruto de la madurez literaria de Pilar Pedraza, el tiempo lo dirá.
Apabullante dominio del léxico, afilada crítica social y historias que no se sabe muy bien hacia donde deambulan. Son relatos Pedraza perfectamente reconocibles pero, en mi opinión, bastante lejos de "Arcano XIII".
No nos daremos cuenta de lo que tenemos en la literatura de terror en España con Pilar Pedraza, seguramente hasta que ya no la tengamos. ¡Léanla y disfruten!
¡Eso, sí! Justamente esto es lo que quería. Una set de maravillosas historias, inscritas en diversas apreciaciones culturares de la figura vampírica, y de la mano de tu maravillosa pluma. Estoy contentísimo de haber leído Nocturnas justamente este año. Me hacía falta. Y créeme que me llevé más de una sorpresa. Este es un libro que leí a tragos cortos. Un cuento a la vez. De modo que, entre lecturas, tuve mucho tiempo para sopesar y saborear cada título. Mis críticas son específicas. Por ejemplo, sentí que en algún relato la ambientación fue magnífica, pero el desenlace demasiado rápido; en otro, que era muy parecido a un relato anterior (mismos personajes, distintos nombres); en otro, (aunque esto ya es más una falta personal) que me había hecho expectativas diferentes al material presentado a raíz del título. En su mayoría, fueron pequeñas quejas-capricho que no afectan en absoluto la calidad de la antología aquí presente. La colección, si bien puede parecer repetitiva dado la temática, hace gala de la experiencia de Pedraza para evitar caer en la monotonía, construyendo un mundo y una mitología que luego se hace familiar al lector. Así que, mi estimadísima Pilar Pedraza, gracias por este libro. Estoy, en efecto, lleno de ganas de leer alguna otra obra de tu autoría. Y para el lector de esta reseña: este es el libro perfecto para tener en el velador a altas horas de la noche, para adentrarse en estos mundos antes de perderse en la bruma del sueño.
Las verdaderas historias vampíricas son apenas tres o cuatro en las que aparecen vampiros romanís, transilvanos y unas pequeñas criaturas, llamadas gulís, que más que terror producen ternura. Las historias van perdiendo fuelle a medida que avanza el libro.
Una colección de relatos que se adentra en el universo del vampirismo desde múltiples ángulos, algunos más reconocibles y otros más simbólicos, pero siempre con la mirada culta, provocadora y libre de Pilar Pedraza. La autora nos ofrece un conjunto de historias que, lejos de limitarse a los cánones clásicos del género, exploran sus ramificaciones mitológicas, sociales y psicológicas.
Pedraza demuestra una vez más su versatilidad narrativa: puede construir un relato formal con ecos de mitología ancestral, o partir de una conversación entre amigas universitarias para desarrollar una historia cargada de humor, crítica y profundidad. Esa capacidad para moverse entre registros y tonos es una de las grandes virtudes del libro.
Los relatos son variados y tocan temas poco habituales en la literatura vampírica: dhampiros, gulis, creencias rurales, el pueblo romaní, vampiros energéticos, obligaciones familiares… También hay espacio para el folklore más popular, tratado con inteligencia y sensibilidad. Personalmente, me han resultado especialmente atractivos aquellos relatos ambientados en la actualidad o que se acercan al imaginario vampírico más conocido, así como aquellos en los que la figura del vampiro se diluye para convertirse en una metáfora del sufrimiento, como ocurre en algunos casos con la violencia hacia la mujer.
Entre todos los relatos, destacaría "La voivodina rehén", "La vampira que emigró" y "La mujer basura". Este último, en particular, me ha parecido brillante por su crítica social feroz y por la ambientación en el consejo de una radiotelevisión pública, un escenario que la autora conoce bien por su vinculación con los inicios de Canal 9. Esa experiencia se nota en la verosimilitud del relato y en la fuerza de su protagonista.
Aunque reconozco que los primeros relatos me costaron más, conforme avanza el libro me fui sintiendo más cómodo y conectado con las propuestas de la autora. Pedraza no busca complacer, sino provocar, y eso se agradece en un género que tantas veces cae en la repetición.
Una lectura recomendable para quienes disfrutan del relato breve, del terror con capas simbólicas y de una escritura que no teme explorar los márgenes. Pilar Pedraza sigue siendo una voz singular y necesaria en la literatura española.
Tinc debilitat per Pilar Pedraza, ho reconec: em fascina la seva escriptura erudita, detallista, orgànica i absolutament desacomplexada i sempre em deixo arrossegar per les seves històries. Una altra cosa és, però, que el que explica m'acabi agradant. «Nocturnas» és un conjunt de relats, i com en tota antologia hi ha alts i baixos.
La segona i la sisena part, les que estan més ancorades al present i a la realitat, no m'han convençut del tot. I és que un servidor prefereix a la Pilar que s'endinsa en la història i fa arqueologia d'éssers mitològics i personatges eclèctics, subversius i que sempre van a contracorrent. A les parts primera i tercera ho fa, si bé els textos m'han resultat una mica repetitius o no m'han acabat d'enlluernar. La quarta i la cinquena part, però, són figues d'un altre paner. Quina delícia d'històries! Quin ritme narratiu i quins personatges més vius (malgrat que molts siguin no-morts)! He xalat de valent amb aquestes històries que, a més, estan interrelacionades entre elles i presenten diferents capes argumentals.
En definitiva, a «Nocturnas. Historias vampírticas» hi he trobat part del que buscava: la Pilar Pedraza més fosca i més canyera. Tot just és el seu segon llibre que llegeixo, però sense cap dubte aniré a trobar-ne més. I és que mai em cansaré de llegir a aquesta dona, autèntica deessa patria de la literatura gòtica i referent innegable per a un bon grapat d'escriptors i lectors.
A través de estos fascinantes relatos Pilar Pedraza nos muestra las infinitas versiones del mito del vampiro, alejándose de la narrativa tradicional del monstruo gótico sediento de sangre. Con esta antología nos adentraremos en las bastas vertientes del mito del vampiro, desde su visión más clásica hasta la mitología gitana, pasando por la concepción de la autora de un “vampiro”. Es remarcable como la autora maneja hábilmente los resquicios menos conocidos del mundo vampírico e ironiza con la visión del vampiro en la cultura popular. Cada relato resalta la fuerza e independencia de la figura femenina, que protagoniza cada relato. Las mujeres de las historias no sólo son valientes sino eruditas; mujeres de elevada posición política o intelectual que enfrentan a las criaturas nocturnas que las rodean, casi nunca con violencia y sí con astucia y entendimiento. Puede decirse que Nocturnas es una muestra del amor que la autora tiene hacia la literatura, los vampiros y la cultura, todo ello unido de forma exquisita y plasmado en sus páginas.
A través de estos fascinantes relatos Pilar Pedraza nos muestra las infinitas versiones del mito del vampiro, alejándose de la narrativa tradicional del monstruo gótico sediento de sangre. Con esta antología nos adentraremos en las bastas vertientes del mito del vampiro, desde su visión más clásica hasta la mitología gitana, pasando por la concepción de la autora de un “vampiro”. Es remarcable como la autora maneja hábilmente los resquicios menos conocidos del mundo vampírico e ironiza con la visión del vampiro en la cultura popular. Cada relato resalta la fuerza e independencia de la figura femenina, que protagoniza cada relato. Las mujeres de las historias no sólo son valientes sino eruditas; mujeres de elevada posición política o intelectual que enfrentan a las criaturas nocturnas que las rodean, casi nunca con violencia y sí con astucia y entendimiento. Puede decirse que Nocturnas es una muestra del amor que la autora tiene hacia la literatura, los vampiros y la cultura, todo ello unido de forma exquisita y plasmado en sus páginas.
En general, me lo he pasado en grande. A ratos me he asustado un poco, aunque la gran mayoría del tiempo me he reído un montón. La autora abusa un poco de adjetivos calificativos que, en mi opinión, sobran. Los tres últimos relatos, "La mujer basura", "Meteoritos por San Valentín", y "Pobres zombis" son casi más artículos largos que rozan el realismo.
Me ha dejado un regusto amargo los últimos relatos. Ellos primeros dos tercios me hubieran hecho darle 5 estrellas, pero da la sensación que los últimos relatos estaban hechos simplemente para rellenar el libro e introducir sus ideales políticos sobre lo sucedido los últimos 5 años en españa