Novela coral y crónica literaria de toda una época, Las máscaras del héroe es un retrato de la bohemia madrileña de principios del siglo XX.
Sus protagonistas son los fracasados de la literatura, aquellos que empeñaron su vida por su vocación hasta llegar a morir vacíos de tinta o de sangre.
Juan Manuel de Prada entreteje las existencias atormentadas y sonámbulas de sus personajes, entre los que destacan Fernando Navales, nihilista y canalla, y su álter ego, Pedro Luis de Gálvez, el bohemio que prefirió enmascarar su heroísmo con los disfraces del desgarro y la truhanería, antes de habitar el cielo de las mitologías.
La primera novela de Juan Manuel de Prada, a la que solamente habían precedido dos libros de relatos, constituye una obra maravillosa, impecablemente escrita, lúcida y profunda, que recoge una parte sustancial de la historia española y nos la entrega cargada de vida y sentimiento. A la magnífica erudición del autor se encuentra ligado su excepcional manejo del lenguaje, mediante los cuales logra reconstruir el Madrid de la bohemia de principios de siglo en forma de un lamentable retrato de ruindad, violencia y mugre del que, sin embargo, se trasluce el encanto que siempre existe en las cosas feas para aquel que logre atisbarlo. Se trata de una novela coral esperpéntica por la que circulan toda una serie de individuos entre la brillantez y la enajenación, que dirigen la narración y al mismo tiempo actúan como el fondo en el que se sitúan las vicisitudes y evolución de los protagonistas.
La pléyade de figuras literarias que es desplegada a lo largo de la obra es vastísima y refleja el colosal conocimiento del autor de aquel mundo, indudablemente alimentado a base de las memorias y testimonios de estos personajes, mediante los cuales logró reconstruir en buena medida las peripecias vitales de Pedro Luis de Gálvez y su «ángel custodio», Armando Buscarini. En sus páginas cobran vida escritores y acontecimientos mayormente olvidados como César González-Ruano y su estancia en la Alemania nacionalsocialista, el activismo feminista de Carmen de Burgos («Colombine»), la entrega a las autoridades por parte de Enrique Gómez Carrillo de la espía neerlandesa Mata Hari o el asesinato del dramaturgo y periodista Luis Antón del Olmet en el Teatro Eslava de Madrid.
No obstante, al introducir a estos personajes históricos como parte del elenco de protagonistas de la novela – aunque el autor se cura en salud previniendo al lector de que son tratados de manera ficticia –, no son pocas las veces en las que éstos intervienen en la historia de una forma algo pobre, rayana en lo esquemático. Juan Manuel de Prada escoge algunas de las más conocidas características y costumbres de estos literatos y las hipertrofia esperpénticamente, por lo que en muchos casos lo que resta son una serie de figuras caricaturescas mostradas con una excesiva unilateralidad y énfasis en lo excéntrico. Así, vemos un Pío Baroja cascarrabias, un José Antonio patentemente timorato, un Giménez Caballero que es caracterizado como un mero orate o la figura de Gómez de la Serna marcada por una vacua extravagancia. Difícilmente podía ser de otro modo, dada la tamaña empresa y los magnos propósitos del escritor baracaldés de incorporar en una misma novela a tantas y tan célebres personalidades en un marco temporal tan amplio.
Y es que la novela tiene la pretensión de plasmar el primer tercio literario del siglo XX de la mano de Pedro Luis de Gálvez, autor hampón, atrabiliario y que sirve de alter ego al joven cronista, Fernando Navales, quien merodea por los círculos y tertulias de «aquel Madrid absurdo, brillante y hambriento», siendo testigo de los vitales acontecimientos que allí tuvieron lugar. En la parte más extensa que compone la novela se nos muestran distintos escenarios – que en muchos casos pueden llegar a atragantarse, debido a la voluntad del autor de encajar el máximo número posible de personajes y situaciones – en los que pululó la bohemia madrileña, decadente y obscena, compuesta en gran medida de literatos fracasados y buscavidas ansiosos de medrar en el ámbito de las letras o sucumbir en el intento. Juan Manuel de Prada entrelaza la visión de una miseria no exenta de cierta crítica y un humor ácido con una omnipresente representación de una vida absolutamente escatológica (en ambos sentidos del término) que en cierto momento puede resultar pesada por su énfasis en lo sexual y las continuas y explícitas imágenes de sus actos malsanos.
Con la llegada de la tercera parte, dedicada a «la dialéctica de las pistolas», la novela toma un rumbo y un ritmo que divergen del relato anterior, más estático y descriptivo, para introducirse en una narración cargada de una tensa agonía, a medida que las figuras literarias de la España republicana comienzan a apreciar el olor de la pólvora, sorprendidos de que aún quedaran «valedores de la civilización, rezagados que no se habían entregado al argumento estrepitoso de la violencia. Si serían gilipollas». Entre las comunas anarquistas y una Falange naciente todavía podía hallarse a los últimos representantes de una bohemia desaparecida, refugiada en una mendicidad que presagiaba una lamentable y silenciosa muerte. En ese contexto, Fernando Navales toma el lugar que fuera de la ficción ocupó un personaje tan interesante como Juan Antonio Ansaldo a la cabeza de la Primera Línea. La cínica y nihilista visión del mundo de Navales, enfermo de un «cáncer de alma» que en ocasiones cuesta comprender, encuentra en las últimas partes de la obra sus evidentes consecuencias, aunque el autor trate de situarse siempre lejos de cualquier reflexión moralizante. A su vez, Pedro Luis de Gálvez, verdadero sello impreso en la totalidad de la existencia de Navales, muestra las máscaras de las que todo héroe precisa para sobrevivir «en un mundo de hombres demasiado planos o rudimentarios».
Las máscaras del héroe es un cuadro (barroco y a la vez impresionista) en el que Juan Manuel de Prada derrocha una calidad literaria por sus cuatro costados, donde el marco es la vida bohemia del Madrid de principios de siglo y el óleo está compuesto por los pigmentos de todos los personajes.
Es una novela de contrastes, donde de Prada realiza una síntesis imposible para el resto de los mortales: la prosa es vertiginosa y dinámica como el agua en un rabión, pero también es dulce y pausada, como la espesa miel de las colmenas. Durante la lectura de su obra se asiste a una sempiterna sesión gastronómica, donde el lector jamás para de degustar unas metáforas de poeta consagrado, unas descripciones inflamadas de humor y belleza y una escritura digna de los más prestigiosos autores, donde cada palabra es un dardo venenoso que acicatea la mente y solivianta el espíritu. Otra gran antítesis sintetizada es la que hace con el humor y la miseria, donde queda plasmado el dicho «me río por no llorar», porque el autor de la novela sitúa el humor en un plano superior a cualquier episodio lacrimógeno o lastimoso, pues el humor sabe encontrar su lugar incluso en la más absoluta ruina.
Si bien la historia, la Historia (perdón por las mayúsculas) y los personajes son vistos desde la figura de Fernando Navales, Juan Manuel fabrica, con la maestría de un orfebre de las letras, unos retratos y caricaturas tan excelsos que son radiografías del alma. Desfila por la obra una legión abarrotada de literatos (fracasados, su mayoría), poetas (poetastros, su mayoría) y bohemios encenagados en miseria. De Prada despliega un arsenal descriptivo que se asemeja a las obras primitivo-flamencas de Jan van Eyck y que, en cierta manera, recuerda a los esbozos que realizaba Agustín de Foxá en su soberana novela.
Otra oposición es la ruptura que sucede a partir de la tercera parte, La dialéctica de las pistolas, donde hermanos bohemios, compañeros de miserias y amistades inseparables se resquebrajan y se enemistan con la rapidez de un relámpago en un absceso de locura colectiva provocado por diversas ideologías. En esta parte es donde todas las tropelías e infamias que se habían ido perdonando a Fernando Navales se indigestan y comienza a desearse su muerte por la trascendencia de sus perversidades.
Pero, sin lugar a duda, el mayor contraste de toda la obra reside en don Pedro Luis de Gálvez, cuya relevancia es subsumida durante la mayor parte de la misma. Ahí, en su figura, es donde comprendemos, como en una revelación lumínica propia del cristianismo, quién es el héroe del título y cuáles son sus máscaras: la infamia y el heroísmo, la degradación de la venganza y la magnanimidad del perdón.
Tremebunda primera novela de Juan Manuel de Prada, que retrata con una prosa incandescente el Madrid bohemio de principios de siglo XX mediante una hábil mezcla de realidad y ficción.
Yo éste lo ponía como lectura obligada en los colegios. Seguro que después de esto los chavales iban a estudiar literatura e Historia (perdón por la mayúscula) con más ganas. Larga vida a Gálvez!
En este libro de Prada habla de una Madrid bohemia, abarcando un intervalo de tiempo que va desde principios del siglo XX hasta la Guerra Civil, y sus personajes se mueven constantemente entre la miseria y la ruindad. A medida que uno va leyendo, uno es confrontado con altas dosis de violencia, suciedad y cobardía en las que es posible notar una suerte de caricaturización del ambiente que el autor retrata.
Es un libro largo y denso y hace que uno pierda el interés por momentos, la retórica empleada está muy cargada.
Este autor no es para todo el mundo, a él le gusta que sea así, imagino. La primera mitad del libro es una generosa descripción de la bohemia madrileña de principios del siglo XX, que para algunos será excesiva y barroca, pero te introduce en esa época a fuerza de detalle (abundan los detalles escabrosos). La otra mitad es una narración con un suspense muy logrado.
Las máscaras del héroe es un libro que habla de la vida bohemia en el Madrid de principios de siglo, concretamente entre 1912 y 1936.
En este libro se cruzan por igual personajes del mundo literario y político que nos muestran la cara más humana y también la más terrible del ser humano. Según iba avanzando en la lectura, era inevitable que lo comparara con Luces de Bohemia por lo grotesco e irreal de algunos personajes y situaciones: un padre que porta a su hijo muerto de bar en bar, un hombre que cambia de chaqueta más que de novia o un hombre que acepta tener cornamenta a cambio de un sobresueldo.
En este libro conoceremos los entresijos de los cafés literarios, la vida y obra de importantes poetas y dramaturgos y cómo se cocinaron a fuego lento el movimiento literario Ultra, los diferentes gobiernos españoles con los asesinatos de Canalejas y Eduardo Dato, la creación de la Falange y la irrupción de la Guerra Civil. Todo ello de la mano de Fernando Navales, un personaje ficticio (o no, lo he investigado y no he encontrado nada) que nos lleva de la mano alrededor de personajes recurrentes que nos hacen ponernos en situación para comprender mejor una Historia que fue tan violenta como tumultuosa.
El personaje protagonista rompe la estética del héroe que todos esperamos y conocemos en los libros, sacándonos de nuestra zona de confort y dándole un giro de 180 grados. Lo conocemos cuando apenas es un crío y lo acompañamos hasta que ya es un hombre hecho y derecho y descubrimos el despreciable ser en el que se ha convertido.
Sin embargo, a la par también seguimos a un personaje que aparece de forma intermitente y que luego cobrará verdadero protagonismo al final de la novela, y que con merecida justicia recibirá el nombre de héroe, recordándome al célebre Óskar Schindler.
Es una novela que ayuda a conocer el contexto histórico que vivieron los escritores de esa época, por lo que a mi parecer sería más un ensayo o biografía si no fuera porque el autor confiesa en el libro que las vidas de los personajes que aparecen han sido sacadas de su imaginación.
Es un libro que, por momentos, se me hizo algo denso y poco interesante. Tardé bastante en leerlo porque, si soy sincera, poco o nada me importaba lo que les pasara a los personajes. Sin embargo, puedo decir que me alegro de haberlo terminado porque no me esperaba ese sorprendente y agridulce final para nada.
Me ha gustado mucho. Personajes reales con hechos reales mezclados con personajes de ficción para novelar la historia. Me interesa todo lo que hable de Madrid y este libro es muy interesante ya que refleja una época muy turbulenta en el Madrid de principios del siglo XX. El protagonista de ficción, Fernando Navales, es egoísta y malvado, humano al fin y al cabo pero empatizas con él y su alter ego, Pedro Luis de Gálvez, personaje real de la bohemia de esa época también tiene lo suyo. Aparecen muchos escritores reales de esos años así que como un libro lleva a otro libro, hay mucho trabajo por delante😉
Buena novela ambientada en las décadas anteriores y principios de la guerra civil española y teniendo como protagonistas a escritores de la bohemia en el Madrid aquellos años. Basada libremente en hechos reales.
"Es tal vez la mejor novela española de los últimos veinte años, y también la novela exacta que Francisco Umbral siempre quiso escribir, y nunca pudo, o supo", dijo Pérez Reverte en medio de una de sus querellas con Umbral. En efecto, el libro recoge varios personajes muy recurrentes en varias de las novelas cortas de Umbral -casi todas sus novelas son cortas-: Giménez Caballero, Primo de Rivera, Gómez de la Serna, Lorca, y un inaudito desfile de escritores que van desde el ocaso de la bohemia hasta la guerra civil. Por decirlo de algún modo, el libro es una enciclopedia literaria mezclada con, por ejemplo, Madrid 1940: Memorias de un joven fascista.
Sin embargo, Juan Manuel de Prada tiene una voz propia increíblemente madura -¡tenía 26 años cuando publicó el libro!-, la voluntad de no regodearse en ejercicios estilísticos -que los emplea, pero no hasta el punto de convertirlos en el fin- y el afán de conquistar una historia compleja con inicio, nudo y desenlace. Todo esto le aleja de Umbral y convierte a Las máscaras del héroe en un libro superlativo con una personalidad desbordante.
A la novela se le pueden encontrar defectos: algunos de los personajes retratados pueden resultar esquemáticos. Por ejemplo, resulta cómico imaginarse a José Antonio y a Pilar Primo de Rivera abroncando la moral del protagonista. Incluso, a veces, va en contra de la credibilidad del libro que sólo desfilen por él personajes archifamosos: es de coña que en un mismo café estuvieran de tertulia Primo de Rivera, Lorca, Edgar Neville, González Ruano, Jardiel Poncela y Giménez Caballero. Aunque pudiera ocurrir, pues no hay más que ver las fotos de Dalí, Lorca y Buñuel; antes de la guerra era factible que los "genios" se alinearan. Esto también puede cantar cuando Sara pasa, en cuestión de un mes, de la incipiente sección femenina de la Falange a una barraca libertaria. Pero, ¡yo que sé! Considerando a que JMdP quería dar intención de prontuario a su novela, pues no creo que sea algo reprochable. Además, él mismo se excusa con la nota al inicio del texto, en la que explica que varios fragmentos del "manuscrito encontrado" fueron omitidos.
En definitiva, me parece una obra maestra, un libro lleno de alma. Y Pedro Luis de Gálvez es un personaje que debería, a largo plazo, considerarse en la historia literaria a la altura del Lazarillo, el Quijote o el Buscón. Es imposible no compadecerse de él cuando le da una paliza Luis Antón del Olmet, no reír con sus sablazos, no admirar su relación de compañerismo con Armando Buscarini, no asombrarse con sus correrías por Chile para salvar a su amada, etc.
"No te mires demasiado en los espejos, pues descubrirás el cáncer de alma que corroe tu alma". Ésta es una de las últimas frases que pronuncia el protagonista, genial epitafio de su trayectoria y de la sobresaliente obra. Es curioso que, como a veces recuerdan Pérez Reverte o Jabois, esta fuera la manera en que Jimmy Giménez Arnau (otro Pedro Luis de Gálvez, además de genial escritor) definió a su también enemigo, Francisco Umbral.
Por último, la obra también me sirvió para presentarme a algunos personajes que no conocía, como Carmen de Burgos "Colombine" o varios miembros de la bohemia. Recomiendo encarecidamente que al leer esta novela se consulte la wikipedia, pues el 80 por ciento de los hechos narrados fueron histórico y podría spoilear a muerte.
Gran libro, gran estilo, de cuando JMdP era un escritor novel y con grandes posibilidades. Hoy es un señor gordo y reaccionario. Me encantó, sin ser mi estilo favorito. Recomendable para zambullirse en gran literatura que hace interesante un tema que no lo es (para mí), como la bohemia de los años 20 y siguientes.
La historia de un arribista y de un autor teatral en Madrid duarnte los años 20 y la Guerra Civil. Hay infinidad de artistas famosos y poco conocidos entre los personajes. La prosa de Prada es brillante. Lástima que en las entrevistas sea tan distinto...
3,5 ✴️. De Prada escribe como quiere y es muy bien. Es una maravilla de trama y uso del lenguaje, cada metáfora o figura literaria es como una pequeña joya, en cada párrafo. Por otra parte a veces se repite y lo escabroso y venéreo es para mi gusto demasiado frecuente. Excelente escritor
Empecé a leer esta novela poco después de leer una reseña de la nueva obra del autor. Quien la firmaba se mostraba encantado de que, tras treinta años, de Prada ha 'resucitado' al - teórico - protagonista de este relato, Fernando Navales. Sin apenas saber de qué trataba, y por la casualidad de toparme con un ejemplar de segunda mano a poco de leer la citada entrevista, me lancé.
Esa falta de antecedentes hace que algunas obras sean sorpresas muy agradables; otras, menos. Todos hemos tenido una cita a ciegas, ¿no?
Sabía que salen muchos personajes reales del Madrid literario de inicios del Siglo XX, pero pensé que serían figurantes, un breve decorado para la narrativa central, y no es así. En algunos capítulos son protagonistas absolutos, pero no en plan biográfico, sino ajados como por un laberinto de espejos, una apreciación macarra que supongo representa la inquina que se nos quiere dar a entender siente por ellos el narrador, el tal Fernando cuyas «memorias hasta ahora inéditas» se supone se recogen aquí.
Esto hay que tenerlo siempre presente, pues la narración escarba hasta tal punto en detalles fisiológicos, sanitarios, fecales y sexuales de sus personajes, que uno pasa buen rato preguntándose «¿qué hace esto aquí?». Como botón de muestra, no sé qué me tiene que aportar, o aportar al desarrollo de la historia, una descripción precisa del pene de Ramón María del Valle-Inclán, o de su orina. Me dije que tal vez eran exageraciones o hasta delusiones del proprio Navales, como sucede con algún personaje de Bret Easton Ellis.
Un narrador engañoso no es nada inusual en la literatura, y tampoco pido que toda novela tenga un protagonista loable (como saben quienes han leído la mía) pero acabé sintiendo que Fernando Navales solo desarrolló algo de personalidad propia en el tercio final de la novela, y el resto parecía un ajuste de cuentas. (¿De Navales?¿Del autor, hablando por boca de Navales?)
Con todo esto no quiero decir que la novela es mala. Todo lo contrario, está lleno de aforismos geniales, que brillan como joyas en la penumbra general del relato; y finalmente, tras mil y una divagaciones de dudosa necesidad, se puede identificar un arco narrativo de Fernando y Sara (aunque el protagonista absoluto por poco es Pedro Luís de Gálvez), arco truncado de manera un tanto abrupta, tras tantas y tantas páginas. Quizás me hubiese gustado más una novela sobre Fernando y Sara, con menos ilustres figurantes y fijaciones genitales. Pero sería otra novela.
Dudé mucho sobre cómo puntuar esta novela, bajando a ratos a 3.5, para luego subir a 5 tras unas cuantas páginas brillantes. Desde el respeto al derecho de cada autor a contar una historia de la forma que le plazca, opino que ésta se podría haber contado de manera menos engorrosa. Hay en todo lo alto momentos gloriosos, pero ¡vaya si se nos pone mucha cuesta para alcanzarlos!
Una novela histórico-ficticia ambientada en el mundillo literario y canalla ya en la antesala de la Guerra Civil Española. Los cafés, teatros, tertulias y calles de Madrid a principios del siglo XX son el escenario principal y casi permanente. Poblados por una multitud de escritores, putas y artistas, la mayoría viviendo en penuria. Aparecen muchos nombres famosos como Pío Baroja o Ramón Gómez de la Serna pero el elenco incluye a muchísimos otros, demasiados, menos conocidos pero también parte del efervescente y famélico.
El argumento es simple y consiste en el enfrentamiento de dos aspirantes a escritor arrastrados por la política hacia una enemistad que acaba siendo militante y física. Fernando Navales es un personaje ficticio, oportunista y cínico, sin una ideología propia o adquirida más allá del medro y la vaga noción de ser un escritor sin obra. Apreciador del verdadero talento y despectivo con cualquier devoción estética o política, acaba casi por casualidad asociado con José Antonio Primo de Rivera y la Falange. Su antagonista es Pedro Luis Gálvez, basado en un escritor real pero muy guarnecido de detalles añadidos en esta obra. Al contrario que Navales, Gálvez se presenta como leal, consistente en sus creencias izquierdistas y con verdadero talento poético, si bien la desesperación le obliga a buscarse la vida sin miramientos. Hay varios personajes femeninos y centrales pero el autor se suele ceñir a sus descripciones físicas y potencial erótico sin mucho más ahondamiento. En muchos casos , el barroquismo de muchas descripciones no camufla la superficialidad, lo que acentúa la falta de empatía y la sensación de que los nombres son un mero decorado donde colgar caricaturas agudas pero redundantes.
El estilo redime a esta novela de ser un mero ejercicio erudito o una sarta de escenas repulsivas porque el autor domina el ritmo y el lenguaje con maestría. Aún así, lo poco gusta, pero lo mucho y repetido aburre. Y es que Prada no escatima embadurnar cada página de gargajos, meadas, puses y demás fluidos corporales que a menudo saturan la trama con entusiasmo de coprófilo. Sobran muchas páginas en este libro, que no es corto, porque no avanzan la trama ni añaden mucho a los temas de fondo, la gloria literaria, la supervivencia como escritor o artista, la atmósfera pre-bélica que acaba consumiendo el país, la crueldad como norma, la ideología como producto de la circunstancia, etc..
En una entrevista de YouTube, Juan Manuel de Prada (JMdP) revela que desde su infancia concibió la literatura como una práctica monástica, regida por una disciplina y rigor casi religiosos. El resultado de esta devoción literaria es su salvaje ópera prima: Las Máscaras del Héroe.
Con una prosa impecable y unos recursos literarios que te dejan con la boca abierta,JMdP reconstruye la bohemia madrileña de principios del siglo XX a través de la vida del ficticio Fernando Navales. Aunque la novela se centra en el poeta Pedro de Gálvez, su antagonista, un desfile de personajes excéntricos y marginales puebla las páginas, enriqueciendo el panorama bohemio.
El trabajo de reconstrucción que hace JMdP es envidiable, logra compilar una serie de eventos y personajes que abarcan desde principios de siglo hasta el inicio de la Guerra Civil, una labor titánica considerando que la mayoría de estos espectros literarios, que habitan la mansión en ruinas que es este libro, han sido eclipsados por el paso del tiempo y sus obras se han ido cubriendo por el inclemente polvo de los años.
Por último, tengo dos aspectos a considerar, primero, que la novela está claramente dirigida a un público español familiarizado con la literatura y la historia de España. Para lectores menos familiarizados, ciertas referencias pueden requerir una investigación adicional.; yo en lo personal tuve que recurrir a la Wikipedia y a mi papá para entender mejor el contexto, sobre todo del panorama político general. El segundo punto, Fernando Navales, funciona como el personaje que unifica todas las tramas y le da sentido a la aparición de todos los personajes, pero su papel como una suerte de "deus ex machina" (o como decimos en México, chile de todos los moles) lo desconecta en cierta medida de la trama, dando como resultado un personaje emocionalmente neutro, tibio a niveles que rayan en lo inverosímil. A pesar de todo, Las Máscaras del Héroe es una obra maestra que nos sumerge en un mundo literario vibrante y complejo.
Empecé a leer este libro después de haber escuchado atentamente dos charlas de D. Juan Manuel de Prada, una con Alex Fidalgo y otra para Zenda en el podcast “Siempre al oeste”. Tenía mucha curiosidad por leer algo de este autor más allá de algún artículo suelto. Elegí uno de sus libros más reconocidos o recomendados (amén del libro que le valió el premio Planeta). “Las mascaras del héroe” es un viaje a la España de principios del siglo XX, al Madrid monárquico y posteriormente republicano. Un viaje a través de los ojos del señorito Fernando Navales, un crápula y anti-heroe, genio del pillaje. La historia narra la vida contrapuesta de Fernandito y de Pedro Luis de Galvez. Es cierto que el planteamiento inicial, la época y el espacio elegidos para la novela no son de mi temática predilecta, pero en el libro te quedas (al menos yo) por la prosa salvaje, cruda y apabullante de Juan Manuel. He leído muy pocos libros que manejen tal nivel de léxico y descriptivas tan bien utilizadas como este. El libro es largo, pero te lo bebes si llegas a conectar con esa manera de escribir del autor. Los personajes reales (generación del 98 por ejemplo) están (mal)tratados a un nivel inusitado, muestra la crudeza de la época, la bajeza humana, el despropósito literario desmitificando a todos los ídolos y símbolos que hemos estado adorando tantos años, humanizando lo divino, bajando a Buñuel, Dalí o Garcia Lorca a un barro humano que se me antoja veraz por lo convincente de la narrativa. No se a quien le recomendaría este libro, imagino que a cualquiera que disfrute de un buen libro y que aprecie el buen uso del castellano. Es lo mejor que he leído este año, me he reído, he sufrido, he tenido que parar y coger aire ante determinadas crudas situaciones.
Tremenda novela que repasa los ambientes literarios de la bohemia literaria madrileña entre 1900 y 1936. El personaje central es Pedro Luis Gálvez, villano y héroe al mismo tiempo. Hay bastantes momentos de golpes de humor, como las anécdotas del 'niño muerto', pero durante toda la novela se percibe un tremendismo y una crítica del nihilismo, personificado en Fernando Navales, el narrador. Especialmente al final de la novela parece un ajuste de cuentas del autor real, que toma partido definitivamente al lado de Gálvez, con el narrador. Me ha gustado, pero me falta conocimiento histórico para juzgar si el autor está siendo justo con los diferentes personajes reales, o bien está exagerando. He visto que se ha publicado un libro de Marino Gómez sobre César González Ruano que posiblemente está situado el mismo Madrid y el mismo tiempo que Las máscaras del héroe. Habrá que leerlo para intentar clarificar algo. El estilo es fácil de leer a pesar de utilizar bastante léxico culto.
No escribe mal este autor. Resulta muy interesante el retrato que realiza de la bohemia literaria española de principios del siglo XX. Es un retrato crudo, hasta el punto de incomodar, porque así es el ser humano: un ser desprovisto de imperativos morales. Los personajes, excelentemente perfilados, se quedan grabados en la memoria. De tanto odiarlos, al final acabas queriéndolos, porque son eso: personajes.
Es cierto que a veces se excede en la caricatura y el tremendismo, y que la obra se alarga un poco; como bien dice un crítico español, no hay libro largo al que no le sobren una o dos páginas. También hay que reconocer que el autor era bastante joven cuando alumbró esta obra, y su clarividencia estilística es encomiable. España tiene una literatura muy potente, y en estas páginas se vislumbra claramente esa herencia.
No lo terminé, se me acababa el tiempo en la biblioteca y no me molesté en extender la reserva. Me suena impostado, forzado, no me transmite veracidad. Se nota a de Prada esforzarse por plantear continuamente situaciones lo mas sórdidas posibles, pero con poca imaginación y sobre todo me ha parecido que con poca experiencia personal. Es la vision del meapilas fascinado con lo sórdido de la bohemia, el sexo, etc. pero que no ha vivido nada de eso y escribe solamente a partir de lecturas y de su (pobre) imaginación calenturienta. Se podría decir que es una visión de pajillero. Y rezuma misoginia y frustración con las mujeres. En definitiva: un libro fofo, relamido, pretencioso, misógino y falto de una voz propia realmente original. Como su autor.
"Las máscaras del héroe" – Juan Manuel de Prada 📖 Año de publicación : 1996 🖋️ Autor : Juan Manuel de Prada (1970-2024)
Si alguna vez te ha fascinado la bohemia literaria española, esta novela es un festín. A medio camino entre la biografía apócrifa y la farsa desquiciada, Las máscaras del héroe sigue las andanzas de Pedro Luis de Gálvez, un poeta maldito de la generación del 98 que vive en un Madrid de tertulias, alcohol y miserias.
La erudición de De Prada se desborda en cada página, pero lo hace con un tono juguetón y una ironía feroz. No es una novela fácil: hay que entregarse a su exceso, a sus descripciones barrocas ya su humor cínico. Pero si entras en su juego, es un viaje fascinante al mundo de los escritores que no aparecen en los manuales de historia.
Tiene un lenguaje recargado que probablemente a más de uno se le atragante, alguna que otra explicación se repite, y hacia el tercio final parece que baja un poco el pistón (o no, y es simplemente que los dos tercios anteriores ponen el listón a alturas estratosféricas), pero aun así una novela monumental en todos los sentidos. Lo primero que leo del autor, de los primeros libros que escribió (cuesta creer que lo hizo con sólo 25 años), y me temo que nada que haya escrito después pueda superarlo, tal es el nivel.
Удивительно даже не то, что кто-то пишет такие книги. Удивительно, что такие книги издают, переиздают и даже награждают литературными премиями. Зубодробительно скучный, многословный, перегруженный малоинтересными персонажами, не влияющими на развитие сюжета деталями и вычурными метафорами рассказ о жизни испанской богемы первой половины двадцатого века. Даже обильно рассеянные по тексту непристойности и натуралистичные подробности эту книгу не спасают. Сюжета как такового нет, просто упорядоченное по времени чередование малоинтересных эпизодов из жизни полу- или совсем забытых персонажей. Ощущение такое, что читаешь какой-то странный энциклопедический словарь. Резюме: очередной пример испанской графомании.
Excelentemente escrito. Manejo excepcional de la lengua. A ratos, se hace pesado pero leerlo es una continua delicia, vocabulario preciso aunque algunas descripciones son demasiado escatológicas y barrocas. El personaje es deleznable. No sé si volveré a leer más de Prada pero reconozco q es un erudito! Es un recorrido curioso, sorprendente, exquisito de los artistas españoles del siglo XX. Merece su lectura!
Impresionante. Nos relata el s. XX hasta fin guerra civil, la vida de los bohemios poetas pasando penurias para poder escribir. Por un lado Fernando Navales, malo, egoista... y por otro pedro luis galvez, aventurero, ladron y canalla pero con un corazoncito.
Pasa por hechos historicos y personajes reales, como ellos dos, un tanto novelados pero dando un barniz real. Pio baroja, Valle Inclan, Gomez de la Serna, Buñuel, Alberti...
Es muy bueno lo que escribe De Prada. Seguramente, el mejor autor que nos queda vivo (aún es joven) . Es desconcertante, porque le gusta pasar por un hombre conservador, nada a tono con los tiempos que vivimos, en este aspecto francamente estúpidos o así me lo parece a mí que ya soy mayor (lo que no significa que sea católico ni religioso como parece que se proclama él) . Pero dicho esto, luego nos cuenta unas historias tremendas e inmorales. Bueno, como es la vida real.
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