Entre los pueblos de Soto de Roma hay uno que se llama Fuentevaqueros y otro Asquerosa. En el primero de estos nació Federico García Lorca, el cinco de junio de mil ochocientos noventa y ocho. En esta región española transcurren los primeros años del, para muchos, mejor poeta español del siglo. Sensible, imaginativo, apasionado, "Federico" -como lo llamaban sus amigos- cantó en sus versos a las gentes sencillas de su tierra, y al paisaje abrupto de España -al que, con añoranza, recuerda en Poeta en Nueva York-. "Tengo una poesía de abrirse las venas -decía-, una poesía evadida ya de la realidad como una emoción donde se refleja todo mi amor por las cosas y mi guasa por las cosas. Amor de morir y burla de morir".
Lo encontré de segunda mano y me pudieron las prisas por leer a Lorca tras dos años viviendo en Granada. La edición es pobre, faltan muchos poemas. Aún así le pongo 4/5 porque los poemas son excelsos.
Siempre me cuesta mucho puntuar poesía porque siento que es algo muy personal del escritor y que tienes que conectar con él/ella para entender ciertas cosas. Pienso que un poeta al escribir pone su corazón y saca lo que tiene dentro, abre su alma y plasma sus sentimientos y/o pensamientos.
En este caso, Lorca me ha hecho sentir muchas cosas en varios de sus poemas. He conectado de alguna forma con él y me ha tocado por dentro. Sus escritos nunca me decepcionan. Así que no tengo más que decir. Increíble.