Una primera novela deslumbrante que consagró de inmediato a Esther Tusquets como una de las grandes revelaciones de la literatura española de las últimas décadas. Escrita en un castellano suntuoso y eficaz al mismo tiempo, narra un proceso hacia la indiferencia y la autodestrucción: la narradora descubre paulatinamente que su realidad es una mera reducción de la vida y el amor un sueño irrealizable en el que siempre traicionamos o nos traicionan. Quizá sea El mismo mar de todos los veranos la primera novela amoral que produce la literatura española en muchos años, o al menos la primera novela escrita al margen de los valores de la moral judeocristiana que continúan rigiendo nuestra sociedad. Los personajes de Esther Tusquets no proponen otra norma de conducta que la conquista imposible, por otra parte de la felicidad.
Born into Barcelona's upper middle class on August 30, 1936, Tusquets grew up during Francisco Franco's right-wing dictatorship (in power from 1937 to 1975). She spent several years teaching literature and history at the Carillo Academy. She was the director of the publishing house "Lumen" in Barcelona. She published her first novel at age 42. Distinguished by a syntactically convoluted and multi-layered prose style, her works employ a relentless stream-of-consciousness reminiscent of Proust and Woolf.
She brought a highly eroticized woman's voice to Spain's post-Civil War literature. Her metafictional approach often employed emblematic lesbian characters to delineate the limits and possibilities of female sexual autonomy. Her work was a precursor in that it dealt openly with lesbianism for the first time in the history of Spanish narrative.
Una obra maestra de pura literatura que navega por las profundidades de una personalidad singular. Una mujer de la alta burguesía catalana destapa sus pozos y recovecos más íntimos en forma de un monólogo interior que recuerda a mi adorada Virginia Woolf. Esther Tusquets, en su primera novela, te va arrullando como el sonido de las olas en el mar en su historia, la historia de una mujer que no encaja dentro de la muralla familiar construida a su alrededor. El choque sensual del deseo por otra mujer, ya en la cincuentena, dinamita todas sus defensas. Magnífica. Bellísima. Sensual. Sin palabras.
La verdad es que no tengo palabras. Sabía que me iba a gustar porque estuve cotilleando muchos artículos sobre la identidad femenina que construía esta mujer con sus libros, pero no me esperaba semejante joya. Toda la novela es una indagación por la conciencia de la protagonista (que además recuerda mucho a la escritura de Woolf mi reina), buscándose a sí misma, intentando desquitarse de todas las lacras con las que ha cargado desde pequeña para encontrar por fin a la mujer que es, completamente antagónica al rol femenino tradicional. No sólo lesbiana sino también ninfómana, poco complaciente, nada delicada ni dócil... Y es increíble lo doloroso del proceso, porque al fin y al cabo se ha visto siempre asfixiada en un entorno que le ha hecho creer que era un monstruo ("tal vez las otras chicas no sean, como yo, una pobre mariposa agonizante, una pobre mariposa enfurecida"), y es increíble también cuando abre los ojos hacia un nuevo futuro libre y esperanzador ("por qué no iniciar hoy cualquier lucha tal vez imposible, seguramente inútil, pero viva y real, siempre mejor que esta representación mediocre de un yo en el que no me reconozco"). Aunque al final vuelva a redimirse ante su marido y su madre, dejándose domar de nuevo, es maravilloso ver el recorrido que hace en búsqueda de su propia identidad, cómo lo encarna en Clara, su amante (aunque su diferencia de edad sea preocupante, o digna de estudio también en la novela) y cómo vive constantemente una lucha entre la fidelidad y el rechazo a sí misma. He sentido su dolor como si fuese mío y casi me arranco el corazón del pecho. Además, el hecho de que se publicase justo cuando murió Franco la hace aún más interesante, el momento ideal para soltar esta protesta tan cruda, radical y dolorosa. Además hay una referencia a La campana de cristal de Sylvia Plath que ya ha hecho que me enamore del todo, te quiero mucho Esther Tusquets!!!!!! 5 estrellas porque está al nivel de Una habitación propia <33333
No basta con leer a Esther Tusquets en "El mismo mar de todos los veranos". No basta con intentar entender al monstruo que dormita bajo las páginas —sus sábanas— de la novela. Se merece mucho más que eso, una profunda reflexión, un detenerse un momento, una larga mirada al techo o al cielo. Un viaje en el tiempo.
"El mismo mar de todos los veranos" es, al mismo tiempo, homenaje a la infancia perdida, aceptación amarga de la conciencia mortal, hastío familiar y discurso de lo prohibido. La novela es un constante buceo y naufragio por los sentimientos y experiencias (íntimamente relacionados) de la narradora-protagonista en cuanto a los temas que han quedado anunciados anteriormente.
Esther Tusquets construye su mundo infantil encerrado en el del adulto decepcionado con un estilo lírico increíblemente bello y múltiples referencias a la mitología clásica, así como a cuentos e historias infantiles.
Hay que tener en cuenta, aparte de su valor propiamente literario (en tanto en cuanto al estilo), su valor histórico, ya que fue, durante la época de la Transición, una de las primeras novelas que trató las relaciones amorosas y sexuales lésbicas abiertamente.
Historia de un amor rebelde, que describe exquisitamente el amor sensitivo, el de las sacudidas de placer, y la entrega total al erotismo con un lenguaje metafórico, argumentos que permiten estudiar el cosmos con visión femenina.
La protagonista, profesora, mantiene una relación amorosa durante unas pocas semanas con una alumna, Clara. Este amor se demuestra ilusorio, casi tanto como la enorme cantidad de cuentos infantiles a los que hace referencia, porque la mujer prefiere la realidad en la que siempre las ilusiones se ven traicionadas. Vuelve a la comodidad de su vida burguesa y renuncia, así, a la felicidad. “Y Wendy creció”.
La lectura de este libro deja una huella profunda. Escrita en primera persona. Apenas hay diálogo. No existe una trama argumental, parte del relato del monologo interior de la protagonista, del autoconocimiento psicológico y sexual. La protagonista basa sus monólogos en su infancia, sus padres, sus martirios íntimos… No mantiene buena relación con su madre, ni con su única hija, ni con su marido, de todos hace cuadros muy mordaces. Cuando terminas de leerlo te deja una sensación de haber sido testigo de una verdadera historia de amor. Ama a Clara de forma adolescente, la cuida como a una niña pequeña, la ofrece un amor puro, la quiere más que a su propia hija y la relación es bellísima… Para ella sí tiene cuentos.
No es una novela de fácil lectura, necesita una concentración enorme, continuas referencias a cuentos infantiles y menciones mitológicas grecolatinas, varias páginas de texto sin un solo descanso… La historia se brinda lentamente. Además, usa un léxico poético y ambiguo, con un vocabulario denso y escrito con varios niveles de lectura. Sin embargo, es un gran libro y ofrece una experiencia extraordinaria.
He terminado el libro que irremediablemente me recordará siempre a Cantabria a esos días que pasé con Álvaro y Alvany junto al mar. Este libro me ha mecido al ritmo de sus olas de lirismo en las que me he dejado hundir perdiendo en momentos el sentido de lo que estaba leyendo y simplemente sintiendo como la protagonista. Es una historia sobre el amor, la perdida, la soledad... de una manera que en muchos sentidos es como yo pienso: caótica e inconexa, pero con una gran fuerza de sentimiento.
Esther Tusquets desborda cunha prosa poética intensa, abafante que te remove coma unha riada. Coma unha especie de soliloquio a cachón ou diario íntimo, escribe sobre o velado do desexo sáfico coa forza da angustia de cando dormes e pasas demasiada calor. Sobre o desexo e a liberdade sempre limitados polo marco patriarcal. Sobre unha axencia que doe soamente imaxinar. Lédeo, amigas!!!!!! P.D.: se vos gustou Mi año de descanso e relaxación, tedes que ler este libro.
Novela sumamente pedante y, en consecuencia, tediosa. El mismo mar de todos los veranos divaga en alusiones cultas a personajes mitológicos, bíblicos o medievales, que no es que esté mal per se, pero se siente como si la narradora dijera "Soy culta, muy culta, y para demostrarlo vomitaré todo todito todo lo que sé para hacer del mío un libro culto e incomprensible lleno de simbolismos y metatextualidades, para que así en un futuro me estudien y hagan tesis doctorales sobre la intertextualidad mitológica en la obra de Esther Tusquets". Creo que pasaré de otros libros de ella, aunque le daré una oportunidad a Habíamos ganado la guerra.
Esther Tusquets first came to light in the heady post-Franco years. As Spain finally emerged from out of the shadow of its late dictator, the floodgates were opened and a spirit of cultural glasnost prevailed. El mismo mar de todos los veranos, first published in 1978, was emblematic of this new era, as its poetic exploration of lesbian sexuality pushed the envelope far beyond anything that would have been remotely permitted under Franco's regime.
Though powerfully sensual, The Same Sea as Every Summer is not merely a piece of erotic fiction. Nor does it wear any kind of message on its sleeve. In terms of style, Tusquets's book is a more akin to Virginia Woolf's The Waves, an extended stream-of-conscious meditation on both the life of the individual and the human world at large that frequently ascends to pure abstract poetry.
An unhappy middle-aged professor has returned to her childhood home, fleeing a distant daughter, philandering husband, and veritable ice queen of a mother. She pours forth her story in pleasantly rambling fashion; like the layers of an onion, the reader must peel away multiple coats - fantasy sequences of mermaids and princesses, soliloquies on the faded glory of old houses, reflections on the failure of the bourgeoisie artist, vivid childhood reminisces - to uncover the true, underlying story. The narrator, whom we come to know intimately but whose name remains a mystery, ultimately fears betrayal, and it is that theme that the novel is built upon. It is a subliminal dread that reveals itself primarily through allusions to music, literature, and popular culture, i.e. The Little Mermaid, Faust, The Twilight of the Gods, Swan Lake.
I really wish an American publisher would reprint and publicize this (and do something about that cheap, dated cover design). It is such a wonderful book that has the perfect balance of intellect and avant-garde beauty and would be of great interest to both the LGBT community and anyone who enjoys international literature, due to its history as a daring groundbreaker.
Al final sí me ha gustado su expresión, sus metáforas, las referencias a mitos y a cuentos. Me ha interesado más la narración de sus recuerdos que la acción presente pero aunque pueda obviar (y no mucho) su falta de empatía, las relaciones tóxicas, la animalización, sexualización e infantilización de los personajes femeninos, me ha resultado insoportable el tono constante de autocompasión.
“Que iba a romper muy pronto con aquel futuro grotesco que tan cuidadosamente como inútilmente habían ido disponiendo para mí, que iba un mundo que no era, que no había podido sentir jamás como mi mundo, e iba a romper también con mis ocultos subterráneos, con los amores prohibidos”
El mismo mar de todos los veranos se trata de una obra novedosa, no solo por tratarse de uno de los primeros vestigios de ficción lésbica española, al menos de manera explícita (mis respetos a la hispano-uruguaya Cristina Peri Rossi); sino también por su forma resultado de tiempos literarios marcados por la experimentación estilística que, en ocasiones, puede parecer excesivamente pedante, rimbombante o exagerada y, por ende, de difícil asimilación.
La trama gira en torno a una mujer cuyo nombre desconocemos de mediana edad esnob y marcadamente burguesa que regresa a la casa familiar donde pasó su infancia, en la costa mediterránea. Se trata de una profesora universitaria de literatura que se siente atrapada en una vida rutinaria, sin pasión y que se halla dentro de un matrimonio heterosexual carente de amor y/o deseo. No obstante, pronto comienza una relación amorosa con una antigua alumna, una joven llamada Clara, que le devuelve la vitalidad y la pasión que ella creía haber perdido. Es, por tanto, una novela estereotipada en el sentido de que recurre al habitual recurso en la ficción lésbica de emparejar a una profesor con su alumna y de que entre ellas exista una marcada diferencia de edad.
Sin embargo, más allá de eso, la novela resulta totalmente novedosa. Está escrita de manera profundamente introspectiva, a modo de flujo de conciencia, alternando los recuerdos con el tiempo presente para generar una sensación permanente de nostalgia, melancolía y tiempo perdido que imitan los sentimientos de la protagonista al hallarse en la casa de su infancia. El mar, presente de manera recurrente en la novela, se convierte en un símbolo de constancia y cambio, representando tanto la inevitabilidad del paso del tiempo como la posibilidad de renovación. El mar es el mismo de todos los veranos, pero al mismo tiempo es diferente, reflejando la paradoja de la vida de la protagonista. A fin de cuentas, narra la autoexploración de la protagonista quien reflexiona sobre sus elecciones y decisiones del pasado al mismo tiempo que descubre nuevas características propias que desconocía como su orientación sexual o el peso que ha tenido sobre su identidad la sociedad burguesa y patriarcal en la que ha crecido.
Basta de romantizar relaciones tóxicas en las que hay un claro abuso/desigualdad de poder, en este caso profesora-alumna.
Ademas no me ha quedado en claro la edad de clara (alumna) y sospecho que no tenía la mayoría de edad al comenzar la relación. Otro problema más en si mismo y que no se puede tomar a la ligera.
El problema no es escribir sobre una relación de este tipo (me refiero a la calidad de profesora-alumna y no al género de las personas), el problema es que la autora romantiza esta relación y pretende que sus lectores pasemos por alto esto.
Sobre el resto coincido con lo que se ha dicho mas abajo: pedante y tediosa.
TUSQUETS, ESTHER: "El mismo mar de todos los veranos". Lumen, Barcelona, 1978.
"La casa vieja y la niña oscura". Ese podría ser el subtítulo de este admirable y exigente texto de mi querida Esther Tusquets.
"El mismo mar de todos los veranos" es un monólogo interior, de largos párrafos que duran varias páginas, en donde apenas hay algún punto.
La protagonista, un trasunto de la propia autora, se debate entre su amor por Clara, una joven estudiante que asiste a sus clases, y el asedio al que le conminan su madre, marido e hija. Ambas amantes huyen a la casa de la abuela, que lleva décadas abandonada, con la esperanza de que nadie las encuentre.
No he leído nada remotamente parecido en mi vida, cerraba el libro con ganas de que las páginas se duplicasen y no tener que acabarlo nunca, he formado parte de sus sentimientos, he vivido casi en mis propias carnes la construcción del capullo de seda y he visto como podía llegar a caer por su propio peso, he llorado y he sufrido el libro, todo para acabar en su mar, en el mismo mar de todos “sus” veranos.
Guau. Las pocas referencias que tenía de Esther Tusquets vienen de su hija y me ha sorprendido enormemente lo diferentes que son en la forma de narrar y escribir. Una historia de amor de verano muy diferente, narrada desde las profundidades más íntimas. Me ha enamorado cómo escribe esta valiente mujer.
Si bien es cierto que está cuidadosamente escrito, me da la impresión que esa buena intención acaba cayendo en un estilo exagerado hasta el punto en que deja de ser bello para ser innecesariamente complicado. Está lleno de ambages, a mi parecer, demasiados, lo que hace que se diluya lo que realmente quiere transmitir.
Cuando fue publicada, en 1978, “El mismo mar de todos los veranos” pudo aparecer como una novela menos incomprensible o caprichosa que otros experimentos de la época. En los 70 se hablaba reiteradamente de la muerte de la novela como género, pero ahora, décadas después, queda a la vista que era precisamente el experimentalismo lo que la estaba matando.
Esther Tusquets maneja con solvencia la técnica narrativa, escribe un castellano preciso, rítmico, bien medido. Pero no puede desembarazarse de la tendencia al exceso, a la morosidad sin sentido, a la referencia metaliteraria gratuita o al mito culto pero sobado. Todo ello, vicios de la época, de la moda, seguramente, pero que acaban por lastrar la obra.
Excelentes las críticas más íntimas y agudas a la burguesía de aquella Barcelona cosmopolita y prenacionalista. Lo más interesante del libro, sin duda. En cambio, la deconstrucción del argumento roza el asesinato, la riada psicológica que rodea los personajes los desdibuja hasta asfixiarlos; los retazos proustianos de la sensibilidad y la memoria llegan a hacer por momentos la lectura poco menos que insoportable.
Luces y sombras, en definitiva. Más luces que sombras, eso sí. Sombras de la época, de la moda. Sombras evitables.
This was a beautifully written book. I read the version that was translated into English and was often simply awestruck by the way Tusquets touches all five senses with her writing; I could see, hear, smell, taste everything she described and with an intensity that gave me chills. I wondered what the Spanish version was like given the vivid, descriptive language in the English version.
I felt like I was reading someone's journal when I started reading this book. It's written in a stream of consciousness style which was hard to follow in some parts - the sentences sometimes last for pages. Since the book is written in this style, the reader gets a very intimate portrait of the narrator's inner turmoil. The book also provides interesting insight into Spanish bourgeoisie circa mid-1970s and post Francisco Franco's death.
I thoroughly enjoyed this book for its depth and heart-wrenching narrative. The writing is so elegant that you might find yourself reading some excerpts out loud to get the full effect. If you are looking for an uplifting read, though, this probably isn't a good choice.
Oh how I loved this book. Like Virginia Woolf’s Waves and Silvina Ocampo’s The Promise, this book feels like the sea. Stylistically, Tusquets is further out than either of these modernist standard bearers, breaking so rarely for sentences and paragraphs to end that you find yourself suspended in the timeless arch or deep summer boredom and slowness. Of huffing honeysuckle and wondering if days had passed since your last meal so distracted you are by a lover to bask with. The sea doesn’t change but the narrator’s relationship with it does and the people she engages with show her who she is only subtly, revealing so much richness of character that we’re attached, clinging almost, by the time the novel - like the summer - has to end.
I really want to say why I like this but I keep finding that it's more due to a feeling that I've been left with as opposed to one or more elements in the actual book. I suppose it's like a fairy tale in that respect, where it's just the simplicity and dream-like quality of the story that makes it stay with you.
Highly recommended. A very interesting point of view on a woman who is trying to find a different kind of life than the one she has inherited from a wealthy and traditional catalonian family.
Sin palabras. Me falta poco para terminar de leerla (desde que la comencé la he devorado con muchísimo placer) y pienso que antes de dar un comentario general a la novela me gustaría hablar de lo que he leído hasta ahora. Me cuesta describir la belleza delicada, tan espiritual y tan delirante que esconden las páginas de este libro. La prosa es sin duda una de las más hermosas que he leído en mucho tiempo, va tejiendo lentamente el delirio a través de la palabra delicada, ligera y a su vez sumamente profunda hasta llevarte al extremo de la locura, el mundo es un mito religioso, los seres humanos son mezclas de historias y de naturaleza, son viento y tardes de verano, son el sonido de las olas, que a su vez es la noche del erotismo en la oscuridad. Las palabras son apenas instrumento del delirio. Delirio del recuerdo (Proust, el gran maestro) de sensualidad, de corporalidad, de tristeza. Un corredor de apartamento como un mar delicado en la madrugada. El libro busca, sale en l busca de algún tesoro olvidado (quizás el tiempo), regresando a la infancia. El delirio de la infancia fluyendo acuáticamente a través del canto de las palabras y el arruyo como un recuerdo de la mujer. La opresión de la vida cotidiana. El silencio y la gracia. El ser humano es amalgama de recuerdos y locura, y qué novela tan preciosa para recordárnoslo.
De este libro me atrajo su precioso título y la idea de leerlo al final de un verano en el que, por vivir en un país extranjero, el mar no ha sido el mismo de todos los veranos. Esta es una novela de interiores y de gran carga psicológica, de prosa torrencial y alambicada. Esto último me suele resultar cargante. Pero hay excepciones, claro. Están Roberto Bolaño, António Lobo Antunes, Javier Marías - y, desde ahora, también Esther Tusquets. Autores que, en lugar de aburrirme, me atrapan y ya no me dejan tranquilo hasta que no he terminado la última línea de la última página. En este caso, tampoco me interesaban excesivamente la historia o las constantes referencias a mitos y cuentos infantiles. O eso hubiera dicho si la buena de Tusquets no me hubiera callado la boca en poco más de 200 páginas.
Esta es considerada la primera novela española de temática lésbica explícita publicada tras la dictadura franquista. Su prosa de oralidad lírica que peca de cierto circunloquio puede resultar densa, aunque recomiendo aguantar un poco más allá del 35% del libro (cuando te encuentras con páginas menos recargadas, me parece una forma muy exquisita de escribir). La trama gira entorno una mujer de 50 años y su amante de apenas 18 años (🚩), despertando en la protagonista, la mujer de mayor edad, la libertad de ser una misma y sentir, experiencia que en su adolescencia había perdido traumáticamente con su primer amor.