La Tierra da vida y renueva. Su poder regenerador es latente e inescrutable, creador y paciente. En esta original obra, Byung-chul Han convierte la jardinería en un arte donde ejercer la meditación y reflexionar sobre la belleza, la vida y el culto.
En jardinería, esta potencia de vida se puede apreciar y aprender. Más que una mera técnica, el cultivo de las plantas brinda el reconocimiento y agradecimiento a esta excelsitud subterránea. La jardinería, entonces, se convierte en un arte donde se ejerce la meditación y la plegaria en una apuesta por la recuperación de la unidad original entre cultivo y culto.
Loa a la Tierra, más que un ensayo, son las confesiones y reflexiones de Byung-Chul Han surgidas en el tiempo dedicado a su jardín. A caballo entre la filosofía, la espiritualidad y la poesía, esta obra ofrece bellos textos e ilustraciones sobre cada una de las plantas que cultiva el filósofo. De esta manera, su lectura nos hace ser conscientes de la belleza floreciente de nuestro planeta, llena de magia, misterio y singularidad.
Byung-Chul Han, also spelled Pyŏng-ch'ŏl Han (born 1959 in Seoul), is a German author, cultural theorist, and Professor at the Universität der Künste Berlin (UdK) in Berlin, Germany.
Byung-Chul Han studied metallurgy in Korea before he moved to Germany in the 1980s to study Philosophy, German Literature and Catholic theology in Freiburg im Breisgau and Munich. He received his doctoral degree at Freiburg with a dissertation on Martin Heidegger in 1994.
In 2000, he joined the Department of Philosophy at the University of Basel, where he completed his Habilitation. In 2010 he became a faculty member at the HfG Karlsruhe, where his areas of interest were philosophy of the 18th, 19th and 20th century, ethics, social philosophy, phenomenology, cultural theory, aesthetics, religion, media theory, and intercultural philosophy. Since 2012 he teaches philosophy and cultural studies at the Universität der Künste Berlin (UdK), where he directs the newly established Studium Generale general-studies program.
Han is the author of sixteen books, of which the most recent are treatises on what he terms a "society of tiredness" (Müdigkeitsgesellschaft), a "society of transparency" (Transparenzgesellschaft), and on his neologist concept of shanzai, which seeks to identify modes of deconstruction in contemporary practices of Chinese capitalism.
Han's current work focuses on transparency as a cultural norm created by neoliberal market forces, which he understands as the insatiable drive toward voluntary disclosure bordering on the pornographic. According to Han, the dictates of transparency enforce a totalitarian system of openness at the expense of other social values such as shame, secrecy, and trust.
Until recently, he refused to give radio and television interviews and rarely divulges any biographical or personal details, including his date of birth, in public.
Han has written on topics such as attention deficit hyperactivity disorder, borderline, burnout, depression, exhaustion, internet, love, pop culture, power, rationality, religion, social media, subjectivity, tiredness, transparency and violence.
"O tempo do jardim é um tempo do diferente. O jardim tem o seu próprio tempo, do qual eu não posso dispor. Cada planta tem o seu próprio tempo específico. No jardim cruzam-se muitos tempos específicos. Os açafrões-de-outono e os açafrões-de-primavera parecem semelhantes, mas têm um sentido do tempo completamente diferente. É espantoso como cada planta tem uma consciência do tempo muito marcada, talvez maior do que a do homem, que hoje de certo modo se tornou atemporal, pobre de tempo. O jardim torna possível uma experiência temporal intensa."
Ne zaman Byung-Chul okusam sağlam bir okur keyfi alıyorum. Byung-Chul, parlak ışık demekmiş, isminin hakkını veren bir yazar; zira metinlerinde felsefe-sosyoloji ve kimi zaman ekonomi ile müthiş bir harman oluyor. Konuların varlık tekelinde sorgulanması zihnimde iyi bir lezzet hissi bırakıyor Bazen bazı detaylarda ayrılmamıza rağmen sonuçta Byung-Chul beni okur olarak pişman etmedi. Ayrıca onu okurken yazara katıldığım konularda kendimi iyi hissetmek hissini seviyorum
Aunque es un bello libro con pasajes que me resultaron refrescantes y vigorizantes a la vez, como un respiro de tanta mierda en este mundo, me costó mucho seguir las impresiones de Han sobre la cantidad de plantas que menciona. El libro incluye dibujos de algunas de ellas, pero en general tenía que imaginármelas o interrumpir la lectura para googlear una foto. Al final solo me resigné a conformarme con las descripciones en palabras, pero sin conectar mucho con ellas. Lo mejor son las citas: canciones, poesía, filosofía. Lo que más disfruto de Han es que siempre tiene una conversación activa con otros autores y los cita textualmente. Sus libros muchas veces funcionan como una presentación a otras cosas, otros discursos, nuevas formas de leer(nos).
É um livro de jardinagem. Mas não um qualquer. Por entre referências a Heidegger, Holderlin, Rilke... Por entre poesia, música, ilustrações e pensamentos. O autor leva-nos até ao seu Jardim Secreto e mostra-nos, de uma forma bela e sensível, como o apelo da terra e a sua autodescoberta como jardineiro, o fizeram despertar para sensações novas e intensas. Para a importância da conexão do ser humano com a terra.
Quizás algunos de sus párrafos merecen más que 3 estrellas, pero una buena parte del libro es su diario de jardinero, y salvo momentos muy específicos, hay muchas descripciones sencillas sobre los eventos de su jardín. Eso sí, me dio curiosidad sobre muchas plantas y flores que ahora quiero conocer más. 🍀
Con el estilo sencillo y minimalista que le caracteriza, Byun-Chul Han nos ofrece un ensayo-diario acerca de su experiencia como jardinero, que es a la vez, como el nombre del libro lo indica, una loa a la tierra. Define el trabajo de jardinería como una meditación silenciosa, que llena de dicha y se basa en el cuidado y el cariño. Habla con devoción de cada planta que posee en su jardín. Cuenta cómo el estar pendiente de los periodos de floración de las diferentes plantas le hace sentir una escala temporal ajena al ritmo trepidante de la ciudad.
También hay algunas críticas muy descafeinadas del frenetismo del día a día, la desconexión con la naturaleza, el motor de combustión y la digitalización, problemas son solo nombrados sin ofrecer ningún tipo de análisis ni solución.
Loa a la tierra es un libro bello y sin pretensiones. Muy personal y poético. No tiene por intención nada más que mostrar amor por el cuidado de la tierra (que en este caso es jardín, no cultivo, ni el resto de naturaleza), sin profundizar en la situación compleja que nos ha llevado a considerarla algo ajeno.
Cosa possiamo apprendere dal nostro giardino? La cura per le creature, un rinnovato senso di appartenenza alla nostra Madre Terra, un avvicinamento inconsueto verso il non visibile o tangibile, verso le potenzialità nascoste del verde che tendiamo a dare per scontato e calpestare e non solo metaforicamente. Questo agile volumetto è un invito, molto delicato e leggiadro, verso l'apertura delle nostre percezioni, ad attuare una svolta nel nostro pensiero compresso e solitario ad allargarsi per accogliere l'enorme abbraccio della Terra.
Byung-Chul Han logra pintar un ensayo muy poético, con las palabras precisas, referencias musicales, citas a otros autores, y fragmentos de poemas. Resulta ser un bello acercamiento a su experiencia espiritual con la naturaleza, particularmente con su jardín.
Lamentablemente no conocía muchas de las plantas que menciona y me costó poder visualizarlas solo con la descripción escrita. Las ilustraciones son un delicado detalle que aporta a la belleza de la obra, pero que no logra informar mucho acerca de las plantas mismas.
Der Philosoph Han erzählt von seinem Garten in Berlin, der auch im Winter blüht, in dem Schattenpflanzen wie Duftfunkien (Hosta) ihn, der sich selber im Halbschatten am wohlsten fühlt, erfreuen, und wie ihn die Gartenarbeit verändert hat. Er sinnt darüber nach, lässt sich von Namen und Bezeichnungen zu (Pseudo-)Etymologien leiten, assoziiert und zitiert Lieder (z.B. Schuberts Winterreise) über wiegend aus der Romantik. - Diese lyrischen Stellen waren mir eher fremd, manche gartentagebuchartigen Einträge äußerst banal, ich fand aber auch einige Perlen im Stile von Thoreau, für die alleine sich das Büchlein zu "lesen" gelohnt hat, weswegen mir auch die Gesamtbewertung schwer fällt. Von 1-2 zu 4 Sternen war alles dabei.
Okumaktan çok keyif aldığım bir kitap oldu. Kitabın başları bana Little Forest (2018) filmini anımsattı. Film de bu kitap da toprakla ilgili olmanın hayata dair umut yeşertmesine dayanıyor çünkü. Kitabın bir günlük gibi olması; şiirlere, farklı dillerin etimolojisine, ölüme ve hatta siyasete değinmesi okuma sürecini benim için daha da zevkli kıldı diyebilirim. Ayrıca çevirmenin kitaptaki bazı kelimelerin yanına orijinalini yazmasını okuyucu için faydalı buluyorum. Böylece Almanca'daki bazı kelimelerin farklı anlamlarını öğreniyorum ve yazarın yaptığı kelime oyunlarını daha iyi fark edebildiğim için okuma süreci zenginleşiyor.
"A terra é bela, até mesmo mágica. Deveríamos respeitá-la, tratá-la com esmero e, mais ainda, louvá-la, em vez de a explorarmos brutalmente. O belo obriga-nos ao respeito e ao esmero."
"É espantoso como cada planta tem uma consciência do tempo muito marcada, talvez maior do que a do homem, que hoje de certo modo se tornou atemporal, pobre de tempo. O jardim torna possível uma experiência temporal intensa. Durante o meu trabalho no jardim, enriqueci-me de tempo. O jardim para o qual se trabalha devolve muito. Dá-me ser e tempo. A espera incerta, a paciência necessária, o crescimento lento, engendram um sentido especial do tempo. (...) O conhecimento não é um ganho, ou não é pelo menos o meu ganho, nem a minha redenção, mas a redenção do diferente. O conhecimento é amor. O olhar amoroso, o conhecimento guiado pelo amor redime a flor da sua carência ontológica. O jardim é, portanto, um lugar de redenção."
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"Em pleno inverno, experimento um anseio por flores, vida florescente. Precisamente agora, sinto muito a sua falta. Faltam-me quase fisicamente. Chego a desejá-las como amadas. Em pleno inverno, tenho nostalgia de cores, de formas e perfumes." ***
"Gosto das plantas de sombra. Mas também gosto das rosas. Ao contrário de mim, as rosas amam o sol. O meu carácter não é propriamente solar. Gosto de passar o tempo à sombra, na sombra luminosa, à luz sombria. As hostas têm qualquer coisa de misterioso, qualquer coisa de insondavelmente profundo. Sobretudo, gosto de me identificar com as hostas e as hortênsias."
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"Louvor da Terra" é um livro-diário, um espaço de pensamento e emoção. Byung-Chul Han regista em tom confessional a sua experiência enquanto jardineiro: reflecte sobre perfumes, formas, tempos. É um diário de solidão e de comunhão com a terra — nele vejo também uma declaração de amor vibrante e silenciosa, que brota e prospera com a fragrância própria das flores (é uma declaração odorífera, delicada, mas segura do seu lugar e tempo). O livro chega-me às mãos numa altura em que, também eu, me torno jardineira de uma modestíssima porção de terra (dividida por vasinhos). Esta edição contém ainda belíssimas ilustrações das flores do jardim de Byung-Chul Han.
Es un libro muy distinto a lo que nos tiene acostumbrado Byung Chul Han. Un ensayo sobre la jardinería, un tributo a la madre tierra, una desconexión del mundo digital. Han comparte sus gustos musicales, comienza el libro mencionando a Franz Schubert.
En el ensayo lanza sus puyitas contra la era digital, pero no lo hace de manera agresiva. Ya que el libro en general es un rencuentro con lo primitivo del mundo, con las enseñanzas que su jardín puede aportarle sobre la vida. Esa constante búsqueda imposible de la aniquilación del "Yo" para fusionarse con el todo y simplemente existir en un espacio tiempo ilimitado.
Un libro Metafísico, la tierra nos hace humildes y los humanos pierden el respeto por ella, la ven como un sitio para obtener recursos o la degradan con la palabra sostenibilidad. No hay un enfoque respetuoso que Han hace notar en cada una de sus ideas. Incluso en varios momentos se pregunta: ¿En qué momento hemos olvidado lo grandioso de la tierra? También se mencionan mucho tipo de plantas, la curiosidad del filósofo sobre todo lo que rodea este mundillo, incluyendo los insectos que viven en su ecosistema.
Es un libro muy diferente que muestra todo el romanticismo que posee su autor. Esa melancolía de las estaciones, sus plantas mueren, viven y renacen, nos provoca el deseo de estar allí para entender la vida.
Es un libro interesante porque me gusta mucho la naturaleza y trabajar en el jardín . Transmite muy bien el libro el amor por las plantas , las flores , reflexiona sobre las estaciones del año, la preocupación por el frío y el calor ( en comparación al mundo digital donde no hay temperatura , no hay estaciones , no hay sol ni luna) también medita sobre las plantas que mueren y renacen y porque nosotros los humanos NO lo podemos hacer?. Es un poco repetitivo en algunos conceptos ( que el autor es de sombra y no de Sol) y en ciertos pasajes pareciera que es un libro que no se editó ni se revisó antes de imprimirlo . También es un poco cansador la excesiva enumeración de tipos de arbustos y flores ( yo lo leí con un diccionario para ir identificando las flores de las cuales hablaba). Vale la pena leerlo
En general soy totalmente parcial a favor de los entusiastas y engrupidos, pero me desmotivo la altura moral de las conclusiones de la experiencia en jardinería. En lo descriptivo del jardín , con algún dispositivo para poder ir buscando las plantas que menciona mejora mucho la experiencia. Tanto como ganas de tener un jardín, transmite la alegría de dedicarse al algo, que toma tiempo, como una forma de meditación y contracultura.
Heidegger'e sırtını fazla dayayan metinlerde zihnimin bir kutuya hapsedildiğini hissediyorum. Bu da öyle oldu. Oysa bitkiler, kökleriyle dallarıyla hareketleriyle kutuya hapsolma fikrine yabancılardı.
Bahçenin burjuva tarihine hiç bulaşmadan yazılmış bir metin.
El libro comienza hermosa e interesantemente; comparto con Byung-Chul Han el amor por Hölderlin, Rilke, por la lengua alemana (salvando que: él la ha adoptado desde hace mucho, y yo aún soy un extraño) y el asombro por los jardines. Sin embargo, cambia bruscamente lo poético y abierto por el contenido de su diario/diccionario personal de jardinería. Recomendaría leer solo la primera parte, pues, la última la encontré pesada, llena de una sensiblería llana, con pocas frases e imágenes logradas y bastante yoica, sin alcanzar la profundidad de la intimidad ni la expresión estimulante del sentir la exterioridad.
En lugar de «Loa a la tierra», siento que debería llamarse «Loa a mi jardín y a mi mismo, como su gran y humilde jardinero». Al fin, es una loa a la tierra reducida y domesticada; un jardín sigue siendo la humanización y la 'digitalización' de la tierra, la extirpación o limitación de gran parte de su vitalidad y su fuerza, con el fin de conservar solamente de ella (de la tierra) lo que tiene un valor relativo de 'divinidad' y belleza, para el placer de un contemplador.
Muy interesante lectura y recomendado. Nos hace experimentar la paciencia de plantar y ver cómo a pesar de las adversidades las flores crecen, se reproducen y nacen. Además, de como el ciclo de la vida de las plantas se relaciona con el del ser humano.
Este es un texto filosófico, poético y contemplativo, de un suave y hermoso ritmo para quienes amamos los jardines y las flores. En una bella edición, recorremos junto al autor sus reflexiones sobre el arte de la jardinería, el paso de tiempo y los cambios de estaciones, todo ello acompañado de poesía y filosofía. Me gustó mucho la delicadeza de esta obra, aunque no será necesariamente del gusto de aquellos lectores que siguen a Byung-Chul Han desde la filosofía exclusivamente.
Ler Byung-Chul Han me faz bem. Já fazia, mas dessa vez foi diferente. Ler Louvor à Terra não foi como ler um livro de Filosofia normal. Foi como ler o diário de uma versão espelhada minha. Tão bucólico, tão aleatório, tão romântico quanto, mas levemente invertido. A sua esquerda como a minha direita, a minha direita como a sua esquerda. Ele gosta do azul, eu gosto do laranja. Ele descreve seu amor por rosas e eu me sinto convencida, desafiada a amá-las, mesmo não sendo a minha inclinação natural. Ele critica as margaridas e as heras, logo as plantas que eu mais amo, mas depois passa a narrar o seu processo de apaixonar-se por elas. Nós dois amamos o cheiro de lírios. Em determinado ponto eu me cansei de ler atentamente o nome das plantas e pesquisar suas fotos, mas as reflexões por trás da descrição se suas folhas, flores, preferências, desafios me prenderam mesmo assim. Como foi delicioso ler sobre tudo e nada ao mesmo tempo. Como é envolvente sentir uma conexão com um autor completamente diferente de mim. Acho que a Terra faz isso. No fundo, o processo de nascer do e voltar ao chão é a única coisa que nos une todos uns aos outros. O Sol que ilumina é, em tese, o mesmo, ainda que acorde e durma diferentemente. A chuva, mesmo em Brasília, cai meio bipolar, e ainda assim todos nos molhamos sob ela. O mais interessante, contudo, foi refletir sobre processos e sobre tempos. Eu sou acelerada, inquieta, impaciente. Eu nunca deixo de pensar no futuro, mas ao mesmo tempo nunca estou simplesmente esperando por ele. É como sempre estar correndo em direção a algo. Esse livro mostra, dia a dia, estação a estação, o tempo na sua essência: lento, gradual, imparável. Diante desse tempo, fui obrigada a pensar sobre as estações das flores, do ano, da vida. "O tempo do jardim é o tempo do outro. O jardim tem o seu próprio tempo, do qual não posso dispor [como quiser]. Cada planta tem o seu tempo próprio. No jardim, muitos tempos próprios se cruzam (...) É admirável que cada plantas tem uma pronunciada consciência de tempo, talvez até mais do que o ser humano, que se tornou, hoje, sem tempo, pobre de tempo". Talvez seja o caso de aprender a tratar a vida como se trata um jardim. Não que eu saiba como se trata um, mas seria bom aprender a agir, a cuidar, a conhecer, mas a desprender-me do meu tempo, do meu controle, do meu saber. Às vezes as plantas florescem antes da hora, às vezes não florescem sem dar uma razão. Sempre no tempo certo, nas circunstâncias certas.
Este libro tiene la dulzura propia de un descubrimiento. Transmite la luz que da el encontrar verdades donde menos lo esperas. Verdades expresadas con sencillez. Siendo el autor un hombre erudito y uno de los grandes filósofos y pensadores de nuestro tiempo, es maravilloso percatarse de cómo, a pesar de todos sus estudios, él encuentra verdades universales en el cuido de su jardín. El jardín es metáfora de esperanza para él. Es muy simbólica su obsesión con cultivar un jardín que florezca en invierno. Para mi refleja la eterna búsqueda de esperanza. Siempre he estado convencida de que las grandes verdades de mi vida, me las ha enseñado el contacto con la naturaleza. Allí está la respuesta a todo, para el que sabe observar y perderse en su contemplación. Byung Chul Han es un hombre que no estuvo antes en gran contacto con los elementos durante su vida y por eso, cada descubrimiento es como el descubrimiento de un niño. Lleno de asombrosa contemplación. Es un libro muy auténtico, escrito desde el corazón más que desde la razón. Sé que a este autor se le critica por no ofrecer una salida o una alternativa a la crítica que realiza de la deshumanización de nuestra sociedad. Creo que este libro es precisamente eso. Este libro es como su jardín de invierno. Una promesa y una esperanza de que siempre hay una alternativa. Y esa alternativa es regresar a nuestra raíz, a la tierra.
Già dalla prefazione ho avuto la sensazione che non mi sarebbe piaciuto. "Alcune righe di questo libro sono preghiere, dichiarazioni, autentiche dichiarazioni d'amore alla terra e alla natura. Non vi è un'evoluzione biologica. Tutto è dovuto a una rivoluzione divina. L'ho esperito. La biologia è in fin dei conti una teologia, un insegnamento di Dio." Io non credo in Dio per cui è normale aver storto il naso.
Ma poi continua: "In tedesco, proteggere, schonen, è etimologicamente legato al bello, schön. Il Bello ci obbliga, ci intima, di avere riguardo. Bisogna proteggere il Bello. È un compito urgente, un obbligo dell'umanità, quello di proteggere la terra poiché essa è bella, bellissima." E qui non c'è fede o religione che tenga perché mi trovo totalmente in disaccordo. Proteggere il nostro Pianeta solo perché è bello? Non è forse meglio educare al rispetto della Terra perchè, sì, bella, ma anche fonte di vita e vite, tutte connesse tra di loro? Ricondurre tutto alla sola bellezza l'ho trovato superficiale.
Prefazione a parte, ho trovato molto noioso anche "Il diario del giardino" parte finale del libro. Proposizioni corte, racconti molte volte ripetitivi e non ho nemmeno imparato qualcosa di nuovo sulle piante del giardino berlinese, qui protagonista. Più che "Elogio della Terra" lo intitolerei "Elogio delle piante belle del mio giardino". Ovviamente giardino in cui non trovano posto le erbacce; non sono belle ma soprattutto all'autore non piacciono le piante che proliferano. Controsenso più assoluto.
¡He tardado un año en reunir la disciplina para terminar un libro tan fácil de leer!
El libro tiene su qué pero la traducción no me ha gustado nada. La manera de trasladar el alemán al castellano es poco natural (entiendo que tratan conservar la sucesión de imágenes que suscita el alemán).
Por otro lado me parece un poco un “apaño” de estos que los autores consagrados hacen cuando quieren publicar pero no tienen suficiente material. Citan mucho texto ajeno, se van un poco por las ramas y da la sensación de que no hay un sustento o contundencia real en el fondo.
A pesar de todo esto es un libro bello. Da la sensación de que se ha escrito con una buena intención, y se palpa cierta pureza o inocencia al leerlo.
Uno zibaldone di pensieri, scritto con un linguaggio chiaro e genuino, sul rapporto fra l'uomo e la natura che accompagnano l'esperienza del filosofo coreano durante l'allestimento e la cura di un proprio giardino a Berlino. Imbevuto di filosofia e cultura tedesca, si percepisce il ritorno a una poetica del sublime romantico, a un rapporto uomo-natura che oggi nella civiltà digitale sembra essere quasi scomparso. Elogiare la natura significa vivere il ritmo lento delle stagioni che passano, ritrovare l'innocenza e lo stupore di fronte al fiorire delle piante e allo sprigionarsi di profumi e colori. Coltivare la terra significa amarla, riflettere significa ringraziare per il dono del Creato, della casa comune che dobbiamo custodire con cura e rispetto.