In only 986 pages, the author exposes a system which can only renew itself at the cost of increasing its problems and can only delay its eventually collapse, showing how philosophers from Locke to Hegel have assumed the permanence of capitalism and taking apart the arguments of capitalist apologists from Malthus to Hayek. He defines Western and Soviet-type postcapitalism as employing the same hierarchical structure, and explains the destructive consequences of global capitalism such as chronic unemployment and the necessity for armaments production. Distributed by Humanities Press. Annotation c. by Book News, Inc., Portland, Or.
István Mészáros was a Hungarian Marxist philosopher. Described as "one of the foremost political philosophers of the late twentieth and early twenty-first centuries" by Monthly Review, Mészáros wrote mainly about the possibility of a transition from capitalism to socialism.
At about one thousand pages, it can feel like Meszaros was convinced that each sentence was a literal and not a literary blow to the capitalist system. My gripes about its wordiness aside, this is a hell of an analysis. Particularly useful for me is his discussion of what he sees as the absolute limits of capital, one of which is the women's movement that have exposed the unfulfilled and unfulfillable promise of the capitalist system.
La fórmula propuesta por Istvan Mészáros en su Beyond Capital (que atrajo la atención ni más ni menos que de Hugo Chávez, quien también pidió a Fidel Castro que leyera el libro) es distinguir entre capital y sociedades capitalistas: el predicado «capitalista» designa sociedades con propiedad privada de los medios de producción y relaciones de mercado universalizadas, en las que los trabajadores venden su fuerza de trabajo. Aunque, en este sentido, los países del socialismo de Estado no eran «capitalistas», no obstante permanecían dentro de las coordenadas del «capital» (como sustantivo), ya que obedecían a la matriz de la reproducción expandida, de la extracción de un excedente del trabajo, y de la subordinación de los trabajadores a una alienada capacidad que controla y regula el proceso productivo. Para explicar los países del socialismo de Estado, Mészáros somete a un análisis crítico la distinción de Marx entre la base económica y la superestructura legal (el Estado): lejos de ser una simple superestructura finalmente dependiente de su base, el Estado es inmediatamente parte de la base, organizando el proceso de producción, distribución e intercambio. Por ello, para reemplazar efectivamente al capital lo que se requiere es el trabajo gradual, y que requiere mucho tiempo, de reorganizar totalmente el proceso productivo de manera que las fuerzas alienadas, tanto del mercado como de la regulación del Estado, sean reemplazadas por la genuina planificación organizada «desde abajo», en una relación de transparencia con los productores. La fórmula clave propuesta por Mészáros es que el intercambio de productos debería ser reemplazado por un directo intercambio social de actividades. El problema (del que, por supuesto, Mészáros es consciente) es el siguiente: ¿cómo organizar en concreto semejante «intercambio» directo (la mediación y la coordinación social) de actividades sin sufrir una regresión a relaciones de servidumbre y dominación? Aquí habría que tener presente el grano de verdad que se encuentra en la, por otro lado ridícula, afirmación ideológica de Ayn Rand: la gran lección del socialismo de Estado fue, efectivamente, que una abolición directa de la propiedad privada y del intercambio regulado por el mercado, que carece de formas concretas de regulación social del proceso de producción, necesariamente resucita relaciones de servidumbre y dominación.
Mészáros is in no way precise. This book could easily be 3/4 the length it is now. But despite this, it has become a cornerstone of my politics, from its many great insights and frameworks. Not perfect, but a great place to start