Una historia de amor y de amistad que se desarrolla en las circunstancias más adversas. Una metáfora de la condición humana en el camino de la esperanza. Con una maestría sólo propia de los grandes, Antonio Soler fusiona con naturalidad el desarrollo de los acontecimientos con un uso lírico de la palabra. La fortaleza de su estilo, su potencia poética y su intensidad convierten a este libro en una extraordinaria novela.
Antonio Soler ha sido un escritor muy reconocido por la crítica, pero desapercibido para el público. Ganó el Premio Primavera de Novela 1999 con ‘El nombre que ahora digo’, el Herralde 1996 y el Nacional de la Crítica 1997 por ‘Las bailarinas muertas’, el Andalucía de Novela 1993 con ‘Modelo de Pasión’, el Andalucía de la Crítica 1995 con ‘Los héroes de la Frontera’, y, recientemente, el Premio Nadal 2004 por ‘El camino de los ingleses’. Mejor conocido en su tierra –donde es columnista de EL MUNDO Andalucía-, Soler se ha mostrado más preocupado por mantener el aliento y la tensión en su escritura que por las ventas.
"He perdido mi patria, dejó escrito Gustavo Sintora en el inicio de uno de sus cuadernos. Pero cuando escribió esas palabras, Sintora no se refería a ningún país, a ningún ejército ni territorio, a ninguna bandera. Su patria fue una mujer, una mujer que tenía nombre y ojos de atardeceres."
No me suelen gustar los libros de la Guerra Civil, pero este en realidad se sitúa en la Guerra pero trata sobre la vida, las relaciones y cómo influyen en la vida. Cuenta la Guerra Civil a través de una historia en la que van apareciendo personajes de lo más variopintos que hacen más cercano el libro. Soler nunca decepciona.
Una de las novelas ambientadas en la guerra civil que màs me ha gustado: la historia de amor, los personajes, los puntos de vista,...Del mismo autor, recomiendo la biografía novelada del Niño del Sucre: Apóstoles y asesinos.
Es una triste historia de amor enmarcado en la guerra civil. Se me ha hecho un poco largo. Lo que más me ha gustado es la original forma de contarlo de Antonio Soler. Me han gustado mucho las últimas páginas que han hecho que me reconcilie con el resto de la novela,son extraordinarias y necesarias en un país que parece muy reacio a la memoria histórica. Me han emocionado.