Aunque sabía de la importancia de la autora en la escena nacional, no fue hasta que la vi en el programa dedicado a la poesía en Vindictas de TV UNAM que me animé a leerla... y me encantó. Lo primero que me llamó fue el título de su poemario, pues así se iba a llamar mi libro infantil (pero terminó como Historias de Espiralia). Evidentemente, amé la parte felina, así como su gran manejo del lenguaje, sus poderosas imágenes y las referencias que pude cachar. "Los gatos somos como una puerta desvencijada: no permitimos el paso pero sí atisbar la luz". Buscaré más libros de esta gran poeta.
Catnip de Xitlálitl Rodríguez Mendoza es un artefacto poético sobre la certeza ante la muerte, generando un desplazamiento desde los felinos, pasando por la resistencia rusa en la segunda guerra mundial, Fukushima, hasta llegar al autor Robert Walser.
Considero que es un experimento interesante que muestra que el arte es producto de la capacidad de realizar desplazamientos coherentes entre ideas en apariencia disonantes.
Gatos, gatos, Walser y Japón. Los experimentos imaginativos de Xitlálitl en este pequeño juguete poético. Las vidas poéticas de los versos que la llevan a pasar por París, Londres, Fukushima y la mente enamorada del Walser poeta. ¿O es que existe otro?. Apenas una probada de las tramas que Xitlálitl es capaz de tejer.