Reconocido maestro de la moderna narrativa fantástica y de terror, Algernon Blackwood (1869-1951) supo compaginar su atracción por la mística y el ocultismo con su amor por la naturaleza. Autor de relatos emblemáticos del género, como “El Wendigo”, “Los sauces” o “Antiguas brujerías”, produjo una extensa obra que alcanza –según Lovecraft– «un nivel genuinamente clásico y evoca como ninguna otra una sensación sobrecogida y convincente de la inminencia de entes que habitan extrañas esferas espirituales». El presente volumen reúne ocho relatos, seleccionados de cuatro diferentes colecciones, en los que Blackwood logra sumergir al lector en una atmósfera de creciente inquietud, a menudo inducida por sueños o dimensiones ocultas. De las historias aquí reunidas cabría destacar “Descenso a Egipto”, donde el narrador relata su encuentro en un hotel cerca de El Cairo con un viejo amigo que le habla de un erudito egiptólogo que había logrado recuperar un canto sagrado para transportarse mágicamente al tiempo de los faraones; “Los condenados”, un magistral relato, precursor de historias de casa encantada como «La maldición de Hill House», en el que dos hermanos aceptan la invitación de una viuda adinerada para pasar unas semanas en su casa de campo, aunque pronto descubren que la casa está impregnada de una atmósfera maligna y que la anfitriona parece tener la intención de utilizarlos para desentrañar el misterio; o “Una soga de tres cuerdas...” cuyo protagonista, tras cruzarse en una fiesta con una atractiva mujer que le susurra llevar mucho tiempo esperándolo, antes de desaparecer, acaba descubriendo que la misteriosa dama tal vez le ha seducido movida por oscuras intenciones...
Algernon Henry Blackwood (1869–1951) was an English broadcasting narrator, journalist, novelist and short story writer, and among the most prolific ghost story writers in the history of the genre. The literary critic S. T. Joshi stated, "His work is more consistently meritorious than any weird writer's except Dunsany's" and that his short story collection Incredible Adventures (1914) "may be the premier weird collection of this or any other century".
Blackwood was born in Shooter's Hill (today part of south-east London, but then part of northwest Kent) and educated at Wellington College. His father was a Post Office administrator who, according to Peter Penzoldt, "though not devoid of genuine good-heartedness, had appallingly narrow religious ideas." Blackwood had a varied career, farming in Canada, operating a hotel, as a newspaper reporter in New York City, and, throughout his adult life, an occasional essayist for various periodicals. In his late thirties, he moved back to England and started to write stories of the supernatural. He was very successful, writing at least ten original collections of short stories and eventually appearing on both radio and television to tell them. He also wrote fourteen novels, several children's books, and a number of plays, most of which were produced but not published. He was an avid lover of nature and the outdoors, and many of his stories reflect this.
H.P. Lovecraft wrote of Blackwood: "He is the one absolute and unquestioned master of weird atmosphere." His powerful story "The Willows," which effectively describes another dimension impinging upon our own, was reckoned by Lovecraft to be not only "foremost of all" Blackwood's tales but the best "weird tale" of all time.
Among his thirty-odd books, Blackwood wrote a series of stories and short novels published as John Silence, Physician Extraordinary (1908), which featured a "psychic detective" who combined the skills of a Sherlock Holmes and a psychic medium. Blackwood also wrote light fantasy and juvenile books.
Este libro y las otras dos antologías publicadas por Valdemar Gótica, John Silence investigador de lo oculto y El wendigo y otros relatos macabros, se tratan con mayor profundidad en el primer programa de Gabinete de Curiosidades: https://go.ivoox.com/rf/111134068
Llevo tres de tres. El esfuerzo que Valdemar ha hecho para traernos, muchas veces con pérdidas, a uno de los grandes cimientos del horror cósmico ha de premiarse con mucho dinero y buenas reseñas para animar a potenciales lectores a invertir en el terror clásico. En esta ocasión, yo he dado mi dinero, pero no puedo prometer una reseña entusiasta. Y es que tampoco soy lo que se dice el fan más entregado del señor Bosquenegro: admiro su capacidad para trabajar la atmósfera, para sugestionar al lector con un horror indescriptible que, al igual que en Lovecraft, solo puede intuirse y jamás se manifiesta por completo, y la actualización de arquetipos bien establecidos gracias a su estilo insinuante y obsesivo. El problema viene cuando sus convicciones e ideas místicas salen a relucir demasiado en sus historias. Porque este autor, como conocido miembro de la orden hermética de la Golden Dawn, fue un firme defensor de las teorías teosóficas y un buen puñado de mamarrachadas esotéricas muy populares a principios de siglo XX. Algernon Blackwood es, junto a Arthur Machen y a Arthur Conan Doyle cuando se le fue el pistón, a quien más se le nota su afición, por no decir su fanatismo, por lo incognoscible y lo abstracto, sea lo que sea. Cuando Blackwood saca al gurú hay que andarse con mucho ojo. Ahora sí, veamos que tal sus cuentos.
En esta colección se incluyen 6 cuentos y 2 novelas cortas:
The Land of Green Ginger (***): un hombre cualquiera encuentra en el escaparate de una tienda de antigüedades un espejo de cuerpo entero que refleja una escena tan sorprendente como terrorífica. En su brevedad reside su genialidad: un cuento sencillo pero sorprendente. Dentro de la producción de Blackwood, debe de ser de los que más acción contienen.
Los condenados (****): una pareja de hermanos son invitados a pasar una temporada en la solitaria mansión donde se acaba de mudar una viuda, amiga de la hermana, para acompañarla en su duelo y en su proceso de "aclimatación". La viuda en cuestión, desde la muerte de su marido, un hombre tiránico de inquisitoriales creencias religiosas, parece haber perdido toda su alegría y energía. Pronto la pareja protagonista comenzará a sufrir el opresivo influjo de unas energías misteriosas que habitan la casa y sus alrededores. En esta novela corta está el mejor Blackwood, el experto sugestionador, el delicado artesano de la atmósfera. Con cuatro pinceladas Blackwood logra crear un ambiente opresivo, sin llegar nunca a presentar de manera explícita la amenaza sobrenatural, ni explicar siquiera su naturaleza o propósito. De tener alguna pega, sería su excesiva extensión, defecto que se hace más soportable aquí que en la siguiente novela corta.
Una soga de tres cuerdas (**): Un breve encuentro entre un atormentado aficionado a la hípica y una misteriosa y atractiva extranjera, también interesada en los espectáculos ecuestres, reactiva los traumas infantiles de éste con trágicas consecuencias. Un relato de fantasmas con toques freudianos que he tenido que volver a leer porque me había olvidado por completo de su existencia. Y si tengo que hacer esto por un cuento que leí hace solo una semana ya podéis imaginar qué impacto me dejó.
Las alas de Horus (***): primer relato de ambientación egipcia en el que Blackwood nos comparte su fascinación por la tierra de los faraones y sus misterios herméticos. El personaje de este cuento, un ruso obsesionado con las divinidades antropomórficas, está convencido de que su mente y su fe son motores suficientes para dominar los cielos igual que los pájaros. Este relato, a pesar de un giro siniestro, cuenta con una premisa y personaje principal tan ridículos que resulta más simpático que aterrador.
Descenso a Egipto (**): volvemos a las extrañas influencias egipcias y el lazo psíquico que echan sobre unos personajes particularmente sugestionables. En esta ocasión, el gran enemigo es el Pasado, con mayúsculas y en abstracto. El Egipto faraónico intenta por todos los medios hacerse con el control de las almas de los protagonistas y arrancarlos de su aburrido y prosaico presente. Este es de los trabajos en los que las creencias e ideas de Blackwood lastran toda la narración. Todo es excesivamente místico, excesivamente elevado y, sobre todo, excesivamente repetitivo. Aquí la amenaza es tan sutil y esotérica que es imposible sentir ese terror y atracción enfermiza que tanto se esfuerza por transmitirnos. La constante reiteración de ciertos elementos hacen su avance tan extenuante como caminar por el desierto bajo un sol abrasador. No me malinterpreten, el clímax final nos da alguna que otra imagen potente, un consuelo entre tanto horror innominado. Pero no es suficiente. La única forma de dejarte llevar por este fantasma de lo pretérito es habiendo consumido previamente una buena dosis de barbitúricos.
Química (****): Mi favorito absoluto, y eso que se trata de una historia clásica de fantasmas. Un inquilino acaba de mudarse a un edificio que satisface todas sus necesidades. Es perfecto salvo por la desagradable presencia de un hombre que ocupa las estancias inmediatamente superiores a la suya. A los pocos días, su presencia pasa de ser desagradable a siniestra, y de siniestra a peligrosa. Como digo, es un cuento clásico, una de esas historias que se han contado mil veces. Sin embargo, Blackwood le imprime su sello, dosifica al máximo sus recursos y ralentiza la narración hasta hacerla exasperante. Para bien, ojo. Es de sus relatos que mejor maneja el suspense, con el añadido de que cualquier lector mínimamente avispado ya sabrá lo que va a pasar desde el minuto uno.
El caso Pikestaffe (***): Pues resulta que el bueno de Blackwood también coqueteo con la ciencia ficción. Este cuento, que podría perfectamente haberlo firmado Wells si este último hubiera sabido qué es la descripción de escenarios y sensaciones, es más sorprendente que memorable. Un profesor de matemáticas alquila una habitación y, para satisfacción de su casera, parece tener el potencial para convertirse en su mejor inquilino hasta la fecha. Sin embargo, con el paso del tiempo ciertas pistas en su habitación hacen pensar a la casera que su inquilino trama algo. No quiero revelar mucho más para no estropear la experiencia a nadie. Solo decir que es un buen relato, una rara avis dentro de la producción de Blackwood.
Lanzamiento de pelota (***): con diferencia, el cuento más extraño de la colección. No es un relato de terror, solo es un relato... curioso. El protagonista, que acaba de enviudar, echa de menos las conversaciones que tenía con su esposa, una mujer tranquila, sencilla, con inquietudes bastante mundanas, con las que mantenía conversaciones con la misma profundidad intelectual que una charca. En un paseo por la playa, el protagonista repara en los curiosos movimientos que la Luna realiza alrededor de la Tierra, y se pregunta si la órbita que sigue no podría estar determinada por fuerzas misteriosas que nada tienen que ver con las descritas por Newton. Quizá, solo quizá, su mujer no era tan prosaica después de todo...
A Algernon Blackwood (1869-1951) se le califica a menudo, gracias a obras como 'El Wendigo' o 'Los sauces', de maestro de la narrativa fantástica y de terror.
No seré yo quien le retire el título, pero en las ocho historias que Valdemar reúne en DESCENSO A EGIPTO Y OTROS RELATOS INQUIETANTES (primera edición: mayo de 2023; traducción de Marta Lila Murillo) podemos encontrar, aquí y allá, sus mayores debilidades. Por una parte, la prolijidad; por otra, esa mezcla de misticismo y ciencia tan habitual en la literatura de las primeras décadas del siglo XX que no ha envejecido bien.
Dicho esto, en el volumen también están generosamente representadas esas virtudes literarias en las que Blackwood no tiene casi parangón: la habilidad para sugerir un horror inconcreto pero creciente; los diálogos y las conversaciones en que se revela tanto como se calla; la combinación —en la más pura tradición romántica— de lo bello y lo sobrecogedor; la imaginación concretada en detalles y metáforas brillantes.
Mis dos historias preferidas son la novela breve 'Los condenados' y el relato 'Química', variaciones de las historias de casas encantadas y de fantasmas, respectivamente, con un uso sensacional del punto de vista, la ambigüedad y la ambientación.
Un excelente recopilatorio de cuentos breves, algunos me han encantado, desgraciadamente, un par de ellos se me han hecho muy cuesta arriba, uno de ellos el que da nombre a la recopilación. El mejor de todos para mi gusto es Los condenados una historia de casas encantadas como debe de ser, donde lo inesperado, lo inquietante es que no pase nada, una obra de arte. Otro relato de fantasmas, ese mas convencional Química con aparecidos, ruidos y todos los ingredientes que se pueden asociar a las almas en pena (relato convencional de aparecidos pero muy bueno). El último a destacar es El caso Pikestaffe de dimensiones ocultas, una veterana que alquila habitaciones,, y un inquietante espejo. También solo mencionar un relato muy corto The Land of Green Ginger también con unn espejo curioso. En definitiva, para mí, mejor historias de espejos que de Egipto.
La mayor parte del viaje ha sido, sinceramente, como masticar piedras. No hablo de su calidad literaria (Doctores tiene la Santa Madre Iglesia), sino de cómo he percibido yo la lectura de estos relatos, más extraños que terroríficos, y que raramente han conseguido captar mi atención. Será culpa de los dispositivos móviles o qué sé yo, pero no me está pasando con el libro que he empezado tras este.
Mi preferido, por decir uno, es el que da nombre a la recopilación, aunque más que un relato es una novela corta un tanto onírica. Aunque quizá haya sido por la bella portada o por las referencias a lugares que he conocido hace menos de un año, que siempre ayuda, porque estoy convencido de que se lo dejo a varias personas a mi alrededor y no consiguen terminarlo.
Café para muy cafeteros, y yo cada día estoy más descafeinado.
“Descenso a Egipto y otros relatos inquietantes”, Algernon Blackwood
- The Land of Green Ginger / ⭐️⭐️⭐️ - Los condenados / ⭐️⭐️⭐️⭐️ - Una soga de tres cuerdas / ⭐️⭐️⭐️ - Las alas de Horus / ⭐️⭐️⭐️ - Descenso a Egipto / ⭐️⭐️ - Química / ⭐️⭐️⭐️ - El caso Pikerstaffe / ⭐️⭐️⭐️⭐️ - Lanzamiento de pelota / ⭐️⭐️
bueno BUENO BUENO , mira lo compre porque la portada estaba guapisima pero las historias un poco culo eeeeee , exceptuando una que no me acuerdo cual . no vale la pena comprarlo sinceramente