Miguel Ángel Martín ofrece un extenso relato a color para invitar a surfear por el océano oleaginoso de la sociedad postindustrial. Una crónica implacable del nuevo mundo que nos rodea. Pinta un fresco generacional, coral y poliédrico, que representa, a la manera de las alegorías medievales y renacentistas, toda una metáfora despiadada del mundo. Quienes no tengan miedo se reconocerán también como parte del espectáculo, encontrando en las viñetas, con sorpresa, horror y fascinación, su propia vida impresa. Martín conoce y está dentro de todos y cada uno de sus personajes, los entiende sin empatizar con ellos, los comprende sin juzgarlos, y les deja actuar con la naturalidad con que lo harían en el mundo real. A ello se añade la cualidad visionaria de sus anticipaciones tecnológicas, sociológicas e incluso psicológicas, que revelan a un artista embebido y conocedor experto de la ciencia y la sociedad de su tiempo. En palabras del prologuista, Jesús Palacios, «es imposible no sentirse turbado y perturbado por su obra». El volumen se completa con la miniserie inconclusa Jelly Beans, publicada en los números que precedieron al cierre de El Víbora, y otros tres relatos cortos que aparecieron en números extras de la misma revista.
Admira la habilidad de Miguel Ángel Martín para tomar distancia en sus historias, pudiendo ofrecer retratos libres de idealizaciones y personajes cuyas acciones (muchas veces deplorables) no siempre traen algún tipo de castigo. Surfing on the Third Wave es un nuevo intento que se aleja de la provocación visual / sexual para centrarse en los claroscuros de un grupo de amigos y sus vivencias, donde ninguno es un dechado de virtud y cada quien vela por sus intereses, aunque eso implique varios silencios cómplices; algo pasmosamente común si quitamos el velo postindustrial de la historia, fiel a un estilo autoral sin concesiones y personajes de una naturaleza abrumadoramente cercana. Como suele darse.
Menos mal que nuestro mundo no se parece en nada a la bola de cinismo individualista, hipócrita e hiperviolenta que tan bien plasma Mrtn en sus páginas, ¿no...? Para los que, como yo, quieran creer eso, les recomiendo encarecidamente saltearse la introducción, que es casi más bajoneante que todas las escenas turbias del resto del libro sumadas.
Los comics de Miguel Ángel Martín están plagados de personajes cínicos, hiperviolentos e insolidarios que son mostrados por el autor con distancia aséptica. Se trata sin duda de uno de los máximos referentes del underground nacional con una obra paradigmática como Brian the Brain. Sin embargo, si en Brian la historia enganchaba y lograba que conectáramos con su protagonista, en esta lo que los personajes nos provoca oscila entre la indiferencia y la antipatía máxima. Muy muy alejada de otras obras. Un poco más de lo mismo pero sin nada que contar.
Otra gran y extensa obra de Miguel Angel Martín. Atrevida, futurista, decadente, reflexiva.... Aparecen varios personajes de otros cómics suyos, ahí lo dejo. Obra recomendada 100% si te gustan los cómics de este autor.