Lo poco que me es posible prometer aquí es que si mis crónicas se leen con buen ánimo y sin mala leche entonces el viaje será compartido y nadie se arrepentirá. "La gente no es mala si tiene espacio donde moverse", se escucha decir a un personaje en Hotel Savoy, la novela de Joseph Roth. Mas yo añadiría que el espacio en donde uno puede moverse se relaciona más con la libertad, la curiosidad y la imaginación que con el espacio mismo (en el espacio lo extraño es mera continuación de lo conocido). De lo contrario, lo más conveniente habría sido, en mi caso, realizar un viaje de cuarenta días alrededor de mi habitación y no exponer a los otros al mal rato de mi presencia y compañía. Aunque en general fui un viajero solitario, no grato y modesto llegué a urdir amistades que hicieron de mi vagancia algo memorable o, al menos, un suceso digno de recuerdo. Es posible que muchas de ellas no me guarden en su memoria, ya que ejercí con mucho cuidado la sana acción de pasar inadvertido —hasta donde mi temperamento lo permitió—, mas a todas estas personas, intensas y ocasionales, dedico este libro de crónicas.
Guillermo Fadanelli es escritor y nació en la Ciudad de México (sus datos biográficos contemplan distintas fechas de nacimiento que van de 1959 hasta 1965 aunque la real, 1960, no es la que más se repite). 14 de noviembre de 1960.1 2 Fundador de la revista Moho3 en 1988 (que él mismo define más como un punto de reunión que como un vehículo de difusión de ideas4 ) y de la Editorial Moho5 en 1995. Colaborador e impulsor de varios proyectos de literatura y de arte subterráneo.
Se dice que son crónicas de viajes que el autor hizo sobre todo por Europa y Latinoamérica. Yo creo que son más ensayos que otra cosa, pero las observaciones de Fadanelli sobre la vida, los viajes y las ciudades, son muy entretenidas. Tanto así que me lo acabé como en tres segundos.