Boris se enfrenta a grandes dificultades desde su infancia, lo que le lleva a emprender un viaje hacia las montañas de Jamayana, donde aprende a acceder a los registros akáshicos, que son memorias que quedan en cada reencarnación, y dejan consigo experiencias, emociones, o todo lo aprendido en cada vida. Se puede encontrar 7 de ellas donde se convierten en historias con personajes de diferentes índoles, y misterios de diferentes épocas. Además, nos relata la idea de una revolución que se produce debido a la represión e ignorancia que han generado los dioses y sus instituciones a lo largo de los tiempos. A consecuencia, Boris termina atrapado en diversas realidades donde se evidencia la manipulación de seres que se hacen pasar por dioses, llevando a cabo rituales en su honor, entre ellos, sacrificios humanos. Se exponen trampas para que caigamos en la deliberación de la codicia, del egoísmo y de un sufrimiento sin fin, donde se difunden diferentes agendas que se han utilizado para llevar a cabo un nuevo reseteo, como pasó en la antigüedad.
Cristián Camilo Bolívar Arévalo ha desaparecido en el sublime silencio de las palabras. Ya no hay nada que recordar, pues sus recuerdos han quedado plasmados en libros, y su memoria en poesía. Ahora solo queda una conciencia que transciende en el alba cálida de un nuevo renacer, y su cuerpo es el reflejo infame de que este nombre no es más que, un papel de un actor dentro una tragedia. Que se designa como realidad, así que no hay nada de que lamentarse. Todas sus distinciones, diplomas y logros carecen de validez, gracias a que no hay a quien otorgárselas, quien estudio en un colegio fue enterrado junto a su mascada de personalidad maleable. Y quien andaba rapado en las calles, no fue más que la ilusión de pertenecer a alguna clase de estereotipo. Todo acabo, ya no existe, solo queda su ser y su pluma representada, como un payaso que no para de sonreír, y se llama Mentes Ocultas y Bardas. Dicho esto, no puedo decir quién nació en 1996 y quién morirá a medida que su letra empuñe historias, sin embargo, es lo único perdurará en el tiempo.
Desde el libro anterior que leí del autor —poesía en umbría — que aparecía el nombre de Boris Froes pero no había ningún indicio de quién era hasta que llegamos a esta narración en que se desarrollará con más amplitud este personaje cuya vida fue precaria ya que pierde sus padres con tan solo doce años de edad, sus progenitores son asesinados por facistas, gobernados por el Conde Carlos Sarmiento y que luego podrá vengarse por estás pérdidas, también aparecerán otros personajes que construye la otra parte de la trama. Boris es poeta y arlequín, y siento que el anterior libro eran participé de su poesía que a penas lo conocemos de algo. En fin la historia en si se inicia rápidamente, detalla con buena habilidad lo que ocurre pero no llegue a conectarme con los personajes ni con la historia, a pesar que está narrado casi poéticamente y que se puede terminar de una sentada.