Esta novela, perteneciente a la colección El vuelacercas, está dividida en tres partes. En la primera de ellas, una breve introducción de tan sólo dos páginas nos encontramos con una figura masculina dueña de un papel fotográfico Fujifilm y un cuaderno Scribe. Con estas superficies cohabitando en la colonia Nápoles, el personaje principal, Charly, transcribe lo que aparece en ambos terrenos y nos cuenta su desgraciado pasado.
Charly comienza la narración de su complicada infancia y juventud, donde se desenvuelve como un adicto a la televisión, una persona que se salta las reglas y vaga en terrenos baldíos, aunque es también un gran aprendiz y poseedor de enorme genio. Asimismo, el lector conoce con cautela la relación que tiene con sus padres. Charly vive desempleado, padeciendo tragedias amorosas y sin expectativas; todo parece ir mal hasta que finalmente encuentra a una persona que lo hará repensar su vida.
Esta historia se desarrolla entre las antiguas salas de cine, los rollos fotográficos, viejas proyecciones de películas y el comienzo del Internet. Espartaco nos sume en una atmósfera de soledad, desamor, fatalidad, pérdida, incertidumbre y presagio. El texto ronda entre bellos guiños al arte, sumos detalles y un humor carismático, casi infantil. El autor nos sobrepone, desde una pluma realista, a la trivialidad, la cotidianidad con la que hablamos, actuamos y pensamos, y la banalidad bajo la que vivimos que puede no ser tan banal si ponemos atención para demostrar que de ilusiones también se vive, y que podemos empezar por mirar las constelaciones.
Daniel Espartaco Sánchez (Chihuahua 1977). Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen en 2005 y Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez en 2009.Premio Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada 2013. Autor de El error del milenio (UG, 2006), Cosmonauta (FETA, 2011), Gasolina (Nitro Press, 2012), Autos usados (Mondadori, 2012) y Bisontes (Nitro Press, 2013). En 2014 publicó una novela policiaca en colaboración con su hermano, Raúl Aníbal Sánchez, La muerte del pelícano (Ediciones B).
Daniel Espartaco Sánchez narra tres diferentes etapas de la vida de Charly no necesariamente en orden cronológico. La primera es acerca de un nuevo comienzo en el cual lo mejor es deshacerse de todo y comenzar con lo indispensable. “La maldición del escorpión dorado” expresa igualmente un evento parteaguas en la vida de Charly quien es autodidáctica y prefiere aprender en casa que asistir a la escuela. Charly también narra sus experiencias junto a su padre cuyo trabajo era proyectar películas en esas nostálgicas salas de cine; algunos quienes pertenecemos a la generación X, ir al cine era parte de nuestra rutina semanal, así como disfrutar de la permanencia voluntaria. En “Los nombres de las constelaciones”, última historia, Charly relata sus encuentros con el cometa Hale-Bopp, los sucesos alrededor de éste, su atracción por Sofía, y comenzar otra vez. Hay menciones especiales de obras literarias como Navidad en la montañas, La sombra del caudillo y El Caballo de Troya. Muy recomendable para todos no importa si miramos o no alguna vez las estrellas, las constelaciones o los efímeros trayectos de los cometas por nuestra Tierra.
Me gusta mucho cómo escribe Daniel Espartaco y esta novela disfruté leerla. Ese tono intimista y confesional me hizo regresar varias veces a momentos cuando era niño o adolescente. Claro, que la recomiendo.
Los nombres de las constelaciones es una historia confesional sobre el hecho de crecer, ese transcurso entre la infancia a la adolescencia y, posteriormente, a la adultez. Debo admitir que esperaba algo más debido a que Dharma Books ha publicado muchas cosas que me parecen interesantes, además del diseño que me parece una preciosidad, sin embargo, no logré conectar con la historia del todo. Tal vez de las cosas que rescato es ese momento de reflexión entre el Universo, todo lo que encontramos cuando miramos hacia arriba, y Charlie. La mención del cometa Hale-Bopp y la relación con la historia del asteroide fueron mi top.