La publicación de las Centurias valió a Nostradamus la protección de Caterina de Médicis, la cual, aficionada a las ciencias ocultas, lo mandará llamar a París para insertarlo en la Corte y nombrarlo médico y consejero real. Nostradamus fue, en primer lugar, un observador de los fenómenos celestes y en tanto que tal, calculó la llegada de diversos cometas y eclipses. El cometa de 1664, por ejemplo, le permitió presagiar la epidemia de peste de 1665 y el incendio de Londres de 1666. Au ciel veu feu, courant longue estincelle (cuarteto II, 46) Semejante procedimiento lo lleva tan lejos como el eclipse del 22 de septiembre de 1968, cuando la Unión Soviética y los EEUU se hallaban en lo más álgido de su enfrentamiento por la carrera armamentística. Incluso parece alcanzar a dibujar el perfil de ciertos protagonistas de la historia del siglo XX, como el general de Gaulle: A Londres par paix fainte meurtry (cuarteto VI, 22) En 1940, anuncia Nostradamus, alcanza el poder y en 1958 cambia la constitución: L´estat changé (cuarteto VI, 50). Escapa a atentados: comme miracle, / Le Roy sauvé (cuarteto VI, 51). Michel de Nostradamus murió en Salón-de-Provence, de un edema cardio-pulmonar. Su tumba fue profanada por los revolucionarios y sus huesos dispersados. Un marsellés, se dice, llegó a presumir de haber bebido en su cráneo. Acontecimiento que parece haber previsto en la centuria novena, cuarteto séptimo, así como la muerte del principal profanador.
Michel de Nostredame (14 December or 21 December 1503 – 2 July 1566), usually Latinised to Nostradamus, was a French apothecary and reputed seer who published collections of prophecies that have since become famous worldwide. He is best known for his book Les Propheties ("The Prophecies"), the first edition of which appeared in 1555. Since the publication of this book, which has rarely been out of print since his death, Nostradamus has attracted a following that, along with the popular press, credits him with predicting many major world events. The prophecies have in some cases been assimilated to the results of applying the alleged Bible code, as well as to other purported prophetic works. Most academic sources maintain that the associations made between world events and Nostradamus's quatrains are largely the result of misinterpretations or mistranslations (sometimes deliberate) or else are so tenuous as to render them useless as evidence of any genuine predictive power. Moreover, none of the sources listed offers any evidence that anyone has ever interpreted any of Nostradamus's quatrains specifically enough to allow a clear identification of any event in advance.