El encuentro se ambienta en Tíbet, una de las regiones más aisladas y desconocidas del planeta. Juan Villarino, mochilero argentino realizando una vuelta al mundo, busca cruzar el país a dedo. Pablo Olivé, chef rosarino, ha peregrinado hasta allí leyendo el Tao y a la caza de una soledad reveladora. Juntos caminan, acaso, por la ruta menos transitada del planeta –la 219- y entran en íntimo contacto con el hambre, la nieve y el frío, en un país donde nadie les entiende una palabra. Viajando ilegalmente en un territorio asediado por tensiones étnicas, con una población oprimida por el gobierno chino, la única esperanza de los viajeros es llegar a Lhasa, la capital Tíbet, alguna vez conocida como la ciudad prohibida. Pero están a 1700 kilómetros.
En medio a todo esto tropiezan con Akatsuki, un poeta japonés que no saca fotos y quien les suplica que le traduzcan el tango “Balada para un Loco” al inglés. Así, mientras esperan horas para abordar las grasosas cajas de los pocos camiones que transitan la ruta, durmiendo en monasterios, y escandalizando a monjes y peregrinos, van traduciendo la balada y, a la vez, ejecutando su propia y delicada locura…
“Al menos una vez en la vida, hay que sumarse a un circo, cruzar algún Tibet”. Esa frase resume a la perfección el contenido de este libro en el que Juan Pablo condensa en 150 páginas un viaje épico a las profundidades del Tibet. Un lugar lleno de historia, de un pasado cautivante y un presente tan desolador como curioso. La experiencia es fascinante de principio a fin y dan ganas de salir y conocer a los famosos yaks, de meterse en una casa de té y beber té de manteca, de recorrer esas rutas desoladas y sentir en carne propia la adrenalina de la incertidumbre mientras de fondo, como en una especie de road-movie suena “Balada para un Loco”.
Un libro breve. Habiendo leído los otros tres libros que tiene hasta el momento el autor, no fue mi preferido, sin embargo tiene lo que venía a buscar: Aventura, información de primera mano sobre un lugar poco conocido y una prosa que nunca aburre. Recomendado.