Una leyenda puede cambiar el curso de una vida. La creencia es tan fuerte que determina cómo se comporta un pueblo entero.
En Colonia San Pedro, la recién llegada Lucía Ferrara, maestra rural, se ha puesto como misión educar a los niños aborígenes del lugar que no asisten usualmente a clases. Es allí donde se topa con la mayor resistencia: muchos de ellos no estudian porque deben trabajar en la finca Los Cigarrales. Es allí, también, donde se topa con la leyenda: hace años, los dueños del establecimiento tuvieron que dejar la colonia porque los lugareños acusaron a su hijo, Santiago Aldama, de ser un asesino, la encarnación de un mítico personaje fantástico de la zona.
Cuando Santiago retorna a Colonia San Pedro para dirigir la finca, se encuentra, una vez más con la resistencia popular: otra vez la leyenda amenaza con expulsarlo.
Decidido a quedarse, hará un pacto con Lucía: ella deberá limpiar la imagen de Santiago frente a los pobladores; él le permitirá tener una escuela para los niños de Los Cigarrales. Entre la conveniencia y la desconfianza, entre los secretos que se ocultan, nacerá una atracción peligrosa entre ambos.
Con el incomparable paisaje del Iberá como marco, Adriana Hartwig, una de las autoras de novela histórica más prestigiosas del último tiempo, retoma su particular visión de la historia, el amor, los mitos populares y las relaciones humanas.
Adriana Hartwig es abogada, historiadora y ejerce la docencia en la ciudad de Corrientes.
Escribe regularmente para publicaciones sobre historia correntina, además de relatos y novelas, algunos de ellos, compilados y editados.
Con Curuzú Gil, se aventura por primera vez a escribir una novela de corte histórico sobre la biografía de uno de los íconos de la cultura popular Argentina.
Esta no es la primera novela que leo de Adriana Hartwig. Me enamoré completamente de El refugio perfecto para el constructor de castillos de naipes, novela que les recomiendo mucho ya que el galán protagonista es un completo seductor. Uno de esos personajes que te gustan y que, a pesar de que el tiempo pasa, no te lo olvidas. Es más, puedo decir con sinceridad que quedé encantada con él desde el prólogo. Y no exagero. Así que cuando vi El maldito llegar a casa, me alegré mucho. Pero, no es una obra superadora, no me ha gustado tanto como la otra, aunque tiene lo suyo.
En El maldito tendremos la leyenda popular del Yaguá Hú enredando los hechos de la historia... ¿Qué cosa es eso? Pues nada más ni nada menos que el lobizón. Un perro negro de gran tamaño (por favor, no confundir con el hombre lobo) que resulta ser siempre el séptimo hijo varón.
Lucía Ferrara es una maestra de corazón que se escapa de un escándalo. Pero, como tiene un carácter indomable, no teme volver a ser el centro de uno. Escandalizada por el trato que reciben los indígenas en las tierras de Santiago Aldama, oirá las advertencias de los vecinos que lo tildan de maldito e irá a enfrentarlo. ¿Las consecuencias? Una fina línea delgada entre el amor y la muerte.
El libro tiene una historia con los suficientes nudos argumentales para ser buena, tiene personajes atractivos como el caballero indio Juan de Dios "Arasunu" o el malhumorado Señor Billinghurts. Sin embargo, no hay profundidad suficiente en ellos. No se aborda sobre su "pasado", no se ofrecen más datos que los obvios, no evolucionan. Incluso los protagonistas pecan de clichés, exceptuando un poco (y solo un poco) a Santiago que logra tener sus momentos intensos (y no me refiero a "esas" escenas... aunque de esas también hay).
Eso hizo que la novela no fuera tan buena como previamente me la había imaginado. No obstante, lo peculiar es el desarrollo de la trama... Eso atrajo mi atención... Parece una novela policial. ¿Por qué? Hay un crimen sin resolver, muchas pistas que juntar y un trabajo de investigación bastante acertado (teniendo en cuenta las limitaciones de la época, claro). El elemento histórico hace que este desequilibrio en el género se note más, ya que seguramente hubiese pasado desapercibido si simplemente fuera una novela romántica contemporánea. Y ahí es donde me ha encantado.
¡El final es genial! Yo me imaginaba un desenlace totalmente diferente. Claro, estoy hablando del crimen y no de la pareja. Los protagonistas no evolucionaron en ningún momento, pero la historia sí. Así que si quieren leer una novela romántica distinta, no se olviden de Hartwig, tanto de El maldito como del Refugio perfecto.
Fue un placer volver a leer a Adriana y su pluma que es enganchante de principio a fin 💜 no estoy acostumbrada a leer romance de época pero simplemente la autora tiene una manera de escribir única ✨
Extrañaba mucho a Lucía y Santiago 😍 pero había momentos que la actitud de ambos era de: cálmense por favor xd pero en definitiva es una historia que voy a recomendar siempre 😌
Me ha parecido esplendida... me ha mantenido pegada a la historia. Me ha recordado a los libros de antes. Una muerte misteriosa que todo el mundo cree que es obra de un mito de la cultura popular, el septimo hijo varon el cual se convierte en noches de luna llena en una criatura parecida a un lobo con sed de sangre. Un hombre que parece cruel y frío que busca venganza... Una damisela tozuda e impetuosa a la cual piensa utilizar para llevar a cabo su venganza pero ella desde el principio cree en su inocencia y empieza una investigación por su cuenta. Mezcla muy bien el romance, la intriga y los mitos. Esta muy bien escrito, con unos personajes muy bien construidos (espero que la autora escriba la historia de Juan de Dios).La ambientación esta muy bien cuidada, la descripción de la sociedad del pequeño pueblo; donde todo el mundo se conoce y los rumores y los chismes corren como la polvora y lo fácil es que una persona queda marcada de por vida por culpa de los rumores...
Un libro estupendo, lleno de pasión e intriga. Me enamoré de Santiago y de Juan de Dios. Ambos personajes muy entrañables, bien machos pero con su lado tierno y vulnerable. Muy bien escrita, una narrativa que llama a seguir leyendo. Con personajes bien definidos, perfilados de una manera que hace que el lector pueda meterse en la piel de cada uno de ellos. La intriga planteada está muy bien hilada. Me lo leí en un día sin parar, no pude soltarlo hasta que llegué al fin. ¡Y quería más! EXCELENTE.
3,5 A este le tengo mucho cariño al ser el libro me presentó a Adriana como escritora, hace años (7) que lo leí pero es la primera vez que lo hago con el motivo de escribir una reseña. Creo que sus libros merecen mucho más reconocimiento en general.
Ahora vamos con El maldito:
Como no sabía de que esperar todo el ambiente, el mito, las muertes, el pasado y el presente del pueblo esta muy bien logrado. Esa es mi parte favorita del libro, tanto así que es muy fácil de recordar la escena de Lucía corriendo por el bosque.
Creo que en sí la única parte que me molesta es que Lucía este tan convencida de la inocencia de Santiago cuando no lo conocía. Y lo irresponsable que me pareció (hasta caprichosa) cuando explicaba lo que pasó con él a su hermano y a su tía. Lo de querer usar la carta de casarse sin amor cuando iba a hacerlo con su otro prometido.
Quizás un cierre tipo epílogo con algo de su vida de casados hubiera estado genial.
Pienso hacer releída de todos los libros de está maravillosa autora.
La muerte tiende a santificar a las personas, aun a aquellas que solo merecerían el desprecio.
Es mi segunda novela de Adriana Hartwig (junto a "El farol del diablo") y las dos me encantaron. Creo que esta autora es mi hallazgo del 2018! Justa dosis de romance, misterio y elementos sobrenaturales como para crear una atmósfera que te atrapa desde las primeras páginas. Recomendada!!
La historia es entretenida y facil de leer, aunque en la parte del misterio algo evidente, cerca de la mitad del libro ya sabes quien es el asesino, pero por lo demás muy bien desarrollada, aunque el final algo apresurado.
El lobizón es mi ESPOSO! Amo todas las novelas de Adriana! El Maldito de Adriana Hartwig fue para mí un novelón que me devore en pocos días. En su momento a la autora le había comentado que Juan de Dios se merecía su historia y Adriana me dio la sorpresa de escribirla y… ¡qué continuación más bella y atrapante! La escritora correntina para mí se ha coronado como la mejor autora en escribir novelas románticas ambientadas en el interior de la Argentina porque su prosa cala hondo en rasgos tan típicos de aquí del norte argentino, del litoral, describiendo de una manera tan perfecta costumbres que algunas están vivas al día de hoy y eso a mí, me pone la piel de gallina.
El Farol del Diablo es la historia de Juan de Dios, Arasunú y de Fernanda Carnicer (apellido de la protagonista que hay aquí en mi pueblo) Ella es médica y se dedica a atender a las personas (de escasos recursos, en su mayoría) y utiliza mucho la herboristería, las hierbas naturales. No quiero entrar a describir las características de cada uno de los personajes, pero sentí que Fernanda es como un homenaje a los médicos rurales y qué lindo que la autora le haya dado la descripción de una mujer que más allá de luchar para que la sociedad correntina la acepte en la High class y se dedique a “los yuyos”. Juan de Dios es mestizo, madre india y padre blanco, pero criado por la familia Ferrara. Las hijas mujeres son toda una diversión a la hora de leerla. Adriana me ha hecho reír con las ocurrencias de Lucía y Eloisa. Dejaré que el lector descubra la vida y pasado de Arasunú que… ¡Madre de dios, cómo me ha enamorado! Casi tanto como “el Maldito”: Es un caballero que te derrite cuando pide: “-Quiero que seas feliz conmigo”. Quien lea la novela entenderá ya que su vida de mestizo no fue nada fácil.
Pero yo quiero ir más allá de la prosa de la autora que en cada novela se supera así misma; Quiero centrarme en descripciones que hace por ejemplo de la noche, la noche en el campo: En palabras de Yara, la empleada de Arasunú: “En el campo aun las cosas más lejanas parecen estar cerca” y ni hablar de la excelente y breve narración de la leyenda del Farol del Diablo (o la luz mala, como conocemos la mayoría). Si bien en la novela la noche de campo parece tenebrosa, da miedo, en realidad la autora describe tal cual es la oscuridad en la llanura del litoral: Algo magnifico. También la autora me ha dejado muda cuando los personajes dicen cosas como:
“La casa empieza a despertarse —dijo la mujer—. No se preocupe. Está vieja y a veces se acomoda sobre sus pilones”.
Da ese toque de novela sombría y, como me dijo una amiga mendocina: El Farol del Diablo es “cumbres borrascosas bien criolla”.
No es necesario aclarar que la autora tiene de sobra conocimiento del contexto y la cultura correntina. Nadie mejor que ella que ha nacido allí para ser su propia fuente de documentación y, en mi opinión Adriana sabe de las propiedades de las plantas medicinales, por experiencia propia; Otras, las habrá investigado, pero se nota en su prosa, que conoce todo lo narrado, como la palma de la mano. Descripciones como tomar mate a la sombra de la galería, con los pollos alrededor, a mí me ponen la piel de gallina porque me recuerdan mi infancia en el campo.
Pero no sólo enamora Arasunú, sino también Rafael del Valle y Marcos Cabral, éste último se merece su historia más allá de no dar una buena impresión a mis ojos femeninos de lectora. ¿Qué habrá detrás de todo eso? ¿Qué leyenda puede esconderse detrás de él?
Recomiendo que aquellas lectoras que no han leído El Farol del Diablo, lo lean porque y como ya nos tiene acostumbrada la autora, su argumento no defrauda y así descubren quienes no saben, sobre la leyenda “de la luz mala”.
Dado mis nulas expectativas con este libro, me gustó más de lo que esperaba.
La historia sigue a Lucía Ferrara, una joven maestra recién llegada al pueblo de San Pedro. Viene desde la ciudad con ideas que a la sociedad rural de finales del siglo XIX le parecen inconcebibles: piensa que los aborígenes deben recibir una buena educación junto a los niños blancos. Decidida a convertir estos ideales en una realidad, contacta a Santiago Aldama, dueño de Los Cigarrales, lugar donde viven y trabajan los niños aborígenes y sus familias, con intención de que este misterioso hombre la ayude. Sin embargo, lo hace desoyendo todas las advertencias de sus vecinos sobre lo peligroso que es Santiago Aldama. Creen que lleva sobre él la maldición del séptimo hijo varón y lo acusan de haber asesinado a una jovencita diecisiete años atrás, convertido durante una noche de luna llena en la horrible bestia conocida como el Yaguá Hú.
Cuando Santiago llega al pueblo, la leyenda aún lo persigue y todos le temen y desprecian. Sin embargo, la señorita Lucía no parece tenerle miedo ni creer en lo que se dice de él; y la salvaje atracción que siente por ella podría entrometerse en sus planes.
Aclaremos algo: yo pensé que esto sería puro romance. Sin embargo, en el libro hay una buena dosis de misterio que me ha sorprendido gratamente. Esta parte de la historia gira en torno al asesinato de Natividad Alquino diecisiete años atrás. ¿Cómo era Natividad en realidad? ¿Quién la mató? ¿Por qué? ¿Será cierta la existencia del Yaguá Hú, o habrá alguien más detrás de esta muerte? Tener que encontrar las respuestas a todos esos interrogantes es lo que hace que el libro se lea tan rápido.
Sin embargo, lo malo es que el romance, al quedar casi relegado a un segundo plano, no me convenció del todo. Los protagonistas son carismáticos y tienen química, sus personalidades se complementan muy bien, pero me faltó el desarrollo de una verdadera relación entre ellos. Pasaron de la típica fase de atracción inicial a estar enamorados, pero, ¿y lo que pasó entre medio? ¿Cuándo llegaron a enamorarse? Quedé bastante insatisfecha con esta parte de la historia.
El estilo de escritura de la autora me gustó mucho. Tiene unas muy buenas descripciones que ayudan a crear una ambientación excelente. Uno se siente en medio del bosque, o bajo la lluvia, o caminando entre los yuyos del campo. Además, en lo referente al misterio, la información está bien distribuida: sabemos lo suficiente como para tener nuestras sospechas, pero no tanto como para que el final resulte predecible. Aunque tengo que ponerle un pero: los errores de edición. Otra vez más, me he encontrado con un montón. Van desde errores de tipeo y falta de algunas tildes hasta un uso repetitivo de los pronombres personales, pero sin duda todas cosas que con una buena revisión podrían haberse evitado.
En conclusión, El Maldito ha resultado ser una lectura muy entretenida, con un buen misterio y una ambientación de primera, pero con un romance que no terminó de convencerme.
La historia me pareció sumamente interesante, sobre todo las descripciones de los paisajes y las costumbres de la época. Sin embargo, creo que la autora se quedó un poco corta en los personajes. El protagonista tiene un objetivo al llegar al pueblo, sin embargo este se va difuminando. La protagonista, quien supuestamente hace todo por enseñar a los indígenas, apenas nos muestra esa vocación docente. Entre ellos la relación es extraña, ella lo odio en un momento y al siguiente corre a sus brazos.
Pero creo que lo que más me molestó fue la redacción y el excesivo uso de comas. Cuantas veces el protagonista "enarcó las cejas"? No hay otro modo de expresar emoción facial?
En resumen, un buen libro pero que podría haber sido mucho mejor.
Lo primero que leo de esta autora que creo que es argentina. El primero de una bilogía (el otro se titula: El farol del diablo). Me gustó mucho, bien armado y mejor narrado. Otra buena escritora a tener en cuenta.
Me sorprendió mucho esta autora, es la primera obra que leo de ella. Los paisajes están muy bien descriptos y los personajes definidos. Es una linda historia, que se mezcla con el ancestral mito de la maldición del lobisón.
Enmarcada en la subtropical provincia de Corrientes, en el mágico paisaje de los esteros del Iberá, está novela me encantó. Logró que entrara en modo NococinoNilavoNilimpioNinadahastaTerminarla. Luego de diecisiete años Santiago regresa a San Pedro, pero ya no es el adolescente solitario y taciturno, rechazado y acusado por la sociedad, sino un hombre poderoso y rico que no se detiene ante nada para conseguir lo que quiere. Me encantó con ese pelo oscuro y ojos grises!! Lucia es una joven maestra con ideas modernas de educación que no se calla ante nada ni nadie. También me gustó aunque, por momentos, opino de ella como Santiago piensa en un momento: “intentaba decidir si admirarla por su valor o considerarla una avecilla sin seso”. Tiene misterio, leyenda, un asesino rondando, pasión (aunque podría tener más). Pero como yo soy medio hinchapelotas encontré algunos problemitas temporo-espaciales. Por ej. Lucía camina del pueblo a la escuela y a la estancia de Santiago como si fueran pocas cuadras, incluso atravesando el bosque. Recién hacia el final, la autora la hace viajar en sulky (menos mal, pobres pies!). A los que no son de Argentina les cuento que suele haber muchos kilómetros entre los pueblos y los cascos de las estancias. Y por momentos no hay concordancia con las horas y los momentos del día: por ej, quedan en reunirse a las 5 de la tarde y ya está atardeciendo (en octubre en Corrientes el sol se pone a la 20 hs, más o menos; o van a buscar a alguien a la hora de la siesta y también empieza a atardecer. Y algunas cosillas más como muchos clichés o tópicos, pero en realidad la disfruté mucho y me gustó tanto la historia de suspenso, la romántica como el desenlace. Aunque un epílogo no hubiera venido mal.