Con una prosa incisiva, que combina humor y empatía, Nora de la Cruz devela el rostro menos romántico de la maternidad, y en Duerme, cicatriz muestra el carácter femenino en su momento más vulnerable.
Una tarde de sábado en casa de sus padres, el tiempo de pronto se detiene para Lina. Es esa sensación fugaz pero certera de que algo escapa de su entrepierna con velocidad y en el peor eso sin duda es sangre. En otras circunstancias no sería motivo de preocupación, pero en su caso representa una amenaza es una mujer de casi cuarenta años que está embarazada por primera vez. Reacia a recurrir a su familia, Lina atraviesa el periplo de la seguridad social mientras recuerda las experiencias que la su adolescencia y juventud, el amor, el sexo, la amistad y un embarazo que no necesariamente ha elegido.
La novela cuenta la historia de Lina, una mujer de 38 años que tiene que someterse a una cirugía obstétrica de emergencia. Esta línea se intercala con buena habilidad narrativa con la historia de su infancia, adolescencia y juventud. La historia sigue los ritos iniciáticos, sus secretos y señales confusas: la menstruación, el sexo y la maternidad. En el fondo laten la preguntas ¿qué es ser mujer? ¿Hay un solo modo? ¿Hay que menstruar, ser "femenina" y ser madre para serlo?
Me encanta que sea una historia de crecimiento en la Ciudad de México, con toda la nostalgia de los noventa y dosmiles. De a ratos, sobre todo la primera parte, me remite a la película de "Recuerdos del ayer" de Studios Ghibli, donde la protagonista, adulta y con la presión de casarse, recuerda su infancia.
Es un libro que toca muchos temas: la relación con la madre, la hermana, las amigas, las compañeras de la escuela, los hombres, los primeros actos de rebeldía, la búsqueda de la identidad, la soledad, la música, el mágico encuentro con las pasiones que nos acompañarán a lo largo de la vida.
Disfruté mucho la lectura, me identifiqué con ella (incluso en las experiencias sórdidas que relata, lo que me lleva a pensar, ¿sufrir abusos y callarlos también es parte de la performatividad de ser mujer? ¿Ese es otro rito iniciático?).
Si pudiera hacerle una crítica, es que la narradora a veces guarda una distancia emocional con lo que le pasa. Así con el detalle (muy minucioso) con el que describe olores, colores, luces, podría hacerlo con su interior (y no, no me refiero a las vísceras en las que sí ahonda). Sí hay exploración emocional, pero hay momentos donde esperaba que dejara de decirme detalles exteriores y sensoriales para decirme cómo se sentía. No espero un desgarramiento lacrimógeno, poco propio de la personalidad de Lina, pero sí que dejara la barrera.
Por último, felicidades a una autora del Edomex que, en un mundo de privilegios, palancas, precariedad y etc., se pudo abrir paso a una editorial grande.
Esta historia me hizo sonreír, girar los ojos con varias decisiones de L., empatizar, torcer la boca, repensar y conmoverme. Y creo que esas cosas las logran los libros honestos.
No es un libro perfecto y no intenta serlo, le vale - muy L. - 3 papitas. Tiene un estilo desenfadado, de café con lxs amigxs.
Spoiler no spoiler - - - Hay algo en el cierre que me deja a medias, porque lo importante nunca, nunca fue el pendejo de turno. - - - - - - - - - - - -
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Al principio no estaba segura pero me gustó mucho. Un 4.75. Me parece que es una gran pieza en el rompecabezas de la literatura contemporánea escrita por mujeres en Latinoamérica.
Duerme, cicatriz es una canción de cuna a la infancia, adolescencia y joven adultez de una mujer. Una nana a vivir las experiencias que un cuerpo femenino padece, soporta y supera desde siempre. Es una charla entre amigas, son secretos, confesiones y silencios sobre esas situaciones/ relaciones que nos avergüenzan y no queremos reconocer por lo que realmente son. Es un desandar las violencias y desprecios a los que nos condena este cuerpo de mujer. Un cuerpo que a veces nos traiciona, que a veces odiamos, que a veces no es lo que 'deberia' y no cumple con los estándares de esta sociedad heteronormativa capitalista y patriarcal opresiva y asfixiante. Pero también es el mismo cuerpo que nos da placer y ocupa en el mundo el lugar que siempre se nos ha negado.
Y aún tratando temas tan cargados el tono de la narración es liviana, con un humor fresco que hace sentir que una se encuentra entre amigas y al final lo mejor que se puede hacer es reírse un poco de tanta mala suerte de nacer mujeres. Creo que esta frase resume muy bien ese tono:
《Estaba dispuesta a tragarme lo que fuera, en más de un sentido》
Creo que el audiolibro me la arruinó un poco. Me incomodó el tono de la lectura; en retrospectiva, pienso que en ese momento debí dejar de escuchar y mejor comprar el libro impreso. Quizá así hubieran sido cuatro estrellas y no tres. No lo sé.
Un relato íntimo y conmovedor sobre el cuerpo como campo de batalla y la búsqueda de la autenticidad. Se trata de una novela de gran profundidad emocional, pues la historia se adentra en la experiencia femenina, y explora temas como la identidad, el cuerpo, la maternidad y las relaciones interpersonales con una honestidad conmovedora. A través de flashbacks, Lina, la protagonista, explora su propia experiencia como mujer, la sensación de inadecuación continua y constante de estar muy por debajo de lo "deseable y correcto". Resulta una novela interesante y reveladora, que con una prosa íntima, explora la compleja relación con el cuerpo. Además aborda temas sociales como los estereotipos de género, la presión social por cumplir ciertos roles asi como las terribles deficiencias en los servicios de salud en México Y todo esto de una forma natural, sin victimismo, sin drama y sin resultar aleccionadora. Nora de la Cruz consigue un desarrollo profundo de la protagonista y de sus conflictos internos al no limitarse a una sola etapa de la vida, porque en el espectro temporal vemos la construcción de los conflictos que, aunque comunes, no son estereotípicos.
Es el primer acercamiento que tengo a la escritura de Nora, la sigo en redes y no sé, estaba muy contenta por el lanzamiento de su libro y tenía una seguridad de que su historia me llegaría y le atine! Hablando de la autora me da mucho gusto que su libro sea publicado por una editorial grande, que felicidad!
Hablando de Lina, solo quería darle un abrazo, ser la amiga que necesitaba en su infancia, decirle que quien era es suficiente y que jamás conociera al idiota de Tito, lo odie muchísimo! Me gustó mucho que en su historia fuera y viniera en sus pensamientos, todas las descripciones frías y crudas al sistema de salud mexicano, uy me estresaron un montón porque todo es cierto.
En este libro nuestra protagonista se cuestiona todo el tiempo ¿que es ser mujer? ¿Cuando va entrar en ese molde establecido por la sociedad? Maldita sea odio los moldes y a los hombres que se aprovechan de la vulnerabilidad de una.
Me hubiera gustado más conocer a Lina, siempre sentí que era reservada cuando yo tenía ganas de que gritara, pateara y sobre todo se empoderara con su manera de ser mujer, porque no hay una forma de serlo, pero que le vamos a hacer hay personas que en la vida real son así de reservados, como si vivieran tras una capa de suave tela en sus ojos.
Yo deseo que ese final sea el inicio de una vida, de una vida que se quiere.
El cuerpo como territorio de cicatrices, aunque, por ahora, Duerme, cicatriz.
Subí en Facebook un post de la presentación del libro a la que fui el día 15 de mayo en el Foro Expresarte de la librería Gandhi Mauricio Achar en la CDMX, entonces precisé lo siguiente: (...) como le dije a la autora, fui a la presentación a conocerla y escucharla, pero del libro, ni lo he leído ni he querido saber la sinopsis, solo lo abriré con el antecedente de lo que vi, ella lo calificó como "un salto de fe", bueno, muchas de las mejores cosas de la vida me han sucedido así, con un salto de fe.
Este salto no fue la excepción, para Lina, todo empezó una tarde de sábado en casa de sus padres, el tiempo de pronto se le detuvo por "un grano malva sobre un puente de algodón", lo que le sucedió fue una sensación fugaz pero certera de que algo escapa de su entrepierna con velocidad y en el peor momento, eso que escapaba a su control es sangre.
En otras circunstancias no sería motivo de preocupación, pero en su caso, representa su evento canónico, es el principio de las reflexiones de poco más de tres décadas de vida en la vida de una mujer en desarrollo ¡que trauma! Lina atraviesa el periplo de la seguridad social mientras recuerda las experiencias que la definieron: su adolescencia y juventud, el amor, el sexo, la amistad y un embarazo que no necesariamente ha elegido. La novela está ambientada en la Ciudad de México de los años 90 y 2000, con referencias a estaciones de radio como WFM, cassettes piratas y Caifanes. Lina crece en una clase media periférica, lejos de los clichés de la Condesa o la Roma: su mundo es el del IMSS, los tianguis y las escuelas privadas de medio pelo, quiere ser columnista de rock, y su educación sentimental está atravesada por Alanis Morissette, Nirvana y Julieta Venegas; y es aquí donde la autora dialoga con una tradición literaria masculina (Fante, Bukowski, José Agustín) para subvertirla desde la experiencia femenina: ¿dónde están las historias de las mujeres que también desean, fracasan y se reconstruyen? Lina no encaja en el molde de la mujer ejemplar: no es madre, no es delgada, no es dócil. Y eso tiene un costo: la soledad, el rechazo, la incomodidad social.
Conocer a la autora —doctora en Teoría Literaria, narradora y crítica mordaz en su canal Interior 403— no me predispuso al libro, pero si me permitió disfrutarlo mucho más, porque ella, fresca y auténtica, nos ofrece una literatura descarnada y honesta que recurre al paisaje cotidiano de mi querida ciudad para ofrecerme una ventana por la cual asomarme al mundo femenino, es a la vez diario íntimo, manifiesto feminista y relato de formación en el que cada etapa está marcada por un evento corporal: la primera menstruación, el primer beso, el primer abuso, el primer goce; no voy a plasmar mi visión de ello aquí, voy a recomendarte que lo leas, que te asomes y que seamos un poco más empáticos, que seamos mejores y más asertivos.
Me gustó mucho. Quizá sea algo imparcial, pero me pareció bastante impactante lo que cuenta de un hospital público como una realidad que vivimos muchas personas.
Este libro no estaba dentro de mi radar ni dentro de la categoría de libros que normalmente leo. En realidad llegué a este libro debido a un Club De Lectura en el que participé, pero fue una sorpresa gratamente positiva, al nivel de qué llegué a hacer lo impensable en mis libros, que es subrayarlos y hacer anotaciones.
La lectura es sumamente fácil. Despertó muchísima empatía en los acontecimientos que le suceden a Lina, la protagonista, desde la niñez hasta la adultez media, donde me sentí identificada en 80% de sus vivencias. Habla de temas diversos como la importancia de la validez de los padres, la comparación entre amigas y entre hermanas, la importancia de la popularidad en los años de la escuela, la indecisión e inseguridad que nos sigue en la vida, que sin importar si se lleva una vida idílica de familia o de soltería, siempre se presentan. Lo recomiendo ampliamente.
En este libro conoceremos a Evangelina, una mujer madura que tiene que ser operada por tener un embarazo ectópico; La acompañaremos durante esta dura experiencia y más aún porque se da en el Seguro Social , para conocerla desde su niñez, adolescencia y en la actualidad, como es que ella llego a esta situación, ya que el embarazo no fue buscado ni deseado.
Me gusta mucho que la autora toque temas tan de las mujeres de esta manera, lo que significa para una adolescente tener su primer menstruación, los bullyings tan fuertes que existen cuando alguien no cuadra en la imagen social predeterminada . Además tambien evidencia la falta de empatía que existe en las Instituciones sociales de la salud, dónde no importa lo que el paciente piense o sienta, y la comunicación sobre lo que padece es mínima.
Para mí es un libro de 4 estrellas porque me hubiera gustado que profundizará más en la relación de la protagonista con su hermana y con otros personajes.
Es un relato bastante crudo y literalmente visceral. A través de la vida de Lina, Nora ilustra la violencia que la sociedad ejerce sobre las mujeres: el tabú de la menstruación, la continua exigencia a ajustarse a normas de belleza y comportamiento, violencia obstétrica y hasta violación.
Un tema muy difícil pero una escritura cercana, amena, envolvente y crítica. Con un relato que se siente como si estuviera platicando con una amiga, me hizo recordar todo lo que pasamos como mujeres en nuestro desarrollo sexual, que puede resumirse en risas, dolores y prejuicios. Gracias Nora por poner los “temas de mujeres” en la mesa de conversación.
Disfruté mucho esta lectura, Nora nos narra una historia muy dura, pero lo hace con cierto humor que le da una profundidad muy única. Plasma con mucha exactitud la experiencia femenina, lo que es ser mujer, adolescente, y toda la complejidad en torno a la maternidad.
No confiaba tanto cuando leí la parte de atrás porque es un tema que ya me trae harta el de la maternidad pero la neta está super bien escrito y con un tono muy tipo fleabag que a mí me gusta mucho.
Tenía mucho tiempo esperando lo nuevo de Nora de la Cruz, porque me gusta mucho su escritura, me parece muy refrescante y muy divertida, uno de los libros que más he releído y recomiendo es su opera prima el: "Te amaba y me chingaste", una novelita corta pero que te lleva a un mood donde te la pasas bien a gusto todo el tiempo, creo que ya hemos hablado de ese libro en este espacio, pero sino, pues ahí luego lo vemos y de mientras, búsquenlo, esta calado y garantizado.
¡Y bueno! en cuanto salio Duerme Cicatriz, por ahí de abril, me la eche casi que de corrido, y si bien, Nora no es la misma escritora que era cuando escribió el Te amaba, en 2018, su vena cómica para tratar temas que podrían ser escabrosos, sigue ahí.
Según cuenta Nora, este libraco le tomo unos cuatro años, y me encanta que logra la tan esperada “muerte de autor” de la que tanto habla nuestro pastor Roland Barthes, porque consigue que la lectora haga propias no solo las experiencias, que obviamente muchas son de la autora, sino también las sensaciones por las que atraviesa la protagonista, nos muestra que no todo tiene que ser blanco y negro y no todo tiene que ser como te dicen que tiene que ser.
En el libro tenemos a Lina, una mujer adulta que está atravesando por una situación que podría ser traumática, como lo es un embarazo ectópico y además en un instituto gubernamental, donde todos sabemos que las condiciones nunca son las ideales, pero que le permite reflexionar y preguntarse ¿Cómo chingados llegue aquí? ¿Qué sigue si a mis 40 años no he cumplido ningún rito patriarcal? léase tener una pareja estable con quien casarme y eventualmente tener hijos, cual portarretrato en Walmart.
Y ahí inicia esta historia de crecimiento de una mujer donde el epicentro es su cuerpo, porque a través de las historias muestra como el cuerpo femenino se transforma continuamente, nos narra la tan inesperada menarquia y eventualmente la menstruación, pero también estas experiencias que son compartidas por muchs mujeres como el hacer cosas para parecer “cool”, para pertenecer, nos cuenta sus historias de mejores amigas, de primeros besos, de primeros encuentros íntimos, el cómo a veces no somos suficientes para alguien, y a veces ese alguien es tu propia familia, como nuestro cuerpo es juzgado y calificado desde que somos muy pequeñas y eso nos trae consecuencias físicas y mentales, pero también nos cuenta el flashback a ese embarazo y a esa relación toxica que muchas hemos atravesado.
Se nota que Nora se informó de experiencias intimas de otras mujeres para lograr esta universalidad en la narración, me encanta que sin ningún panfleto de feminismo, este libro sí lo sea, porque tener personajes femeninos contando experiencias femeninas, ya es posicionarse, ya es un discurso político.
Y finalmente, ya sabemos que Nora nos regala siempre un playlist en sus novelas y en Duerme Cicatriz no es la excepción, mucha rolita marcando grandes momentos a través de las páginas, creo que por ahí en Spotify pueden encontrarla, pero como yo no tengo, me va a tocar hacerla. Por ultimo y no menos importante, como dicen por ahí, por supuesto que el Te amaba y Duerme Cicatriz dialogan entre sí y podemos saberlo desde que los nombres de los personales principales sean los mismos, ahí los reto a que encuentren esas relaciones entre ambos libracos Y no quiero irme sin antes mencionar que ya se que ya hay gente echándole hate a este libro, y a esa gente les quiero comentar, para hacer critica, primero hay que leerlo completo.
Recibí el audiolibro por parte de la autora -jamás pensé ganar el concurso, pero ya ven-. Lo primero que tengo que decir es sobre el audiolibro mismo: no me encantó la narradora, tiene un estilo que parece que todo el rato está sonriendo y no todo el libro es para eso; lo que me lleva a, ahora sí, el libro: la razón por la que no me gustó cómo está narrado, es porque no todo está en tono de comedia. Sin embargo sí está contado con ligereza, lo cual se agradece ante el tema tan solemne que sirve de hilo conductor a toda la narración.
En general el libro me gustó, me parece una historia que cuenta una experiencia de crecer siendo mujer, rodeada de mujeres, cómo las amigas van cambiando y es interesante recorrer el propio camino leyendo las experiencias de Lina.
Me habría gustado que la protagonista creciera un poco más... nos cuenta que está al borde de los 40 y con tanta experiencia como cuenta, me habría gustado que al final dejara ver que es más feliz consigo misma, que los años le han dado eso. Entiendo el recurso de que la protagonista sea un manojo de desgracias, pero hacia el final del libro me habría gustado que todo eso que ella percibía como inadecuado, la hubiera transformado en una mujer más entera, más ella, por decirlo de alguna manera, más satisfecha con quien es. Para mí le faltó un paso.
Hay un apunte que me gustaría hacer: se habla de una fantasía narcisista, debido a un suceso dentro de la historia. No es una fantasía narcisista, es un delirio de referencia. Las fantasías narcisistas son fantasías que nos llevan a imaginar que somos el mejor de todos en el área que ustedes quieran sin serlo realmente, entonces en el contexto en el que se cuenta en el libro, es equivocado; en cambio, si existe la sensación de que los observan, de que todo mundo sabe qué es lo que estamos haciendo, es un delirio de referencia que es más una idea paranoide que una narcisista.
Soy de la idea de que si usamos un término que nos es ajeno, o lo buscamos y nos aseguramos que es correcto o no lo usamos; es un tiempo en el que se ha abusado de términos psicológicos o de salud mental como "bipolar" "neurodivergente" "trastorno por déficit de atención" "autismo" y, en especial y el que más se usa indiscriminadamente (además de llamar psicópata a casi todos los delincuentes) "narcisista y narcisismo". Entonces, si se usa, hay que estar muy seguros de que es el término correcto.
En general es un libro entretenido y es un relato interesante.
Duerme, cicatriz de la escritora mexicana Nora de la Cruz es una novela contemporánea acerca de Lina, una mujer de casi cuarenta años, quien sufre una pérdida. Consta de cinco capítulos y una sección de agradecimientos. En Un grano malva sobre un puente de algodón, Lina describe su sangrado y visitas a la sala de urgencias del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social). En Rock en vivo, recuerda las diferentes etapas de su adolescencia, las clases de ballet por la preocupación de su madre por lograr una perfecta imagen de jovencita; las amigas presentes y ausentes posteriormente, como Geo, fanática de Jurassic Park; Isela, la chica de dieciséis años que vino del otro lado con quien compartía Cheetos con salsa y su gusto por nueva música, hasta que sus padres descubrieron sus escapes a casa de Isela en lugar de ir a las clases de ballet. Después de eso, la salida clandestina al bar en donde tocaba la banda de Pedro y Alberto. En Incluso la muerte, tercer capítulo, Lina es internada de emergencia para ser operada; mientras ella describe todo este penoso proceso también recuerda su primera vez y las posteriores parejas sexuales, así como la duda en cuanto a su sexualidad por parte de su mamá. La universidad es el sitio donde conoce a Lidia, compañera de clases y de aventuras en bares. En El mar de las cosas exactas, Lina nos habla de su nuevo empleo como asistente comercial en una revista y su encuentro con Tito. En su madurez mantiene una relación muy inestable con este sujeto, salidas muy esporádicas al cine que terminan en el departamento de éste, así como comentarios de parte de él para hacerla sentir con menor valor. En Duerme, cicatriz, Lina nos cuenta del desenlace de su cirugía en el IMSS y la revelación de lo que significa Tito en su vida cuando él aparece nuevamente no sólo en la oficina de trabajo sino en la vida de Lina como pareja de algunos momentos. Ésta no es la primera novela que leo de la autora; hace poco que leí Te amaba y me chingaste, y Orillas, un volumen con cuentos. La recomiendo ampliamente en especial a jóvenes lectores por su estilo desenfadado y cotidiano.
Este libro se lee como una buena conversación honesta entre amigas. La autora tiene una pluma muy neta y cercana, lo que hace que la lectura fluya con naturalidad y resulte reconfortante, sobre todo cuando uno anda con muchas cosas en la cabeza. Esa sencillez en su estilo se agradece, pues logra conectar sin pretensiones ni poses.
El libro toca temas profundos y relevantes como la mternidad, la identidad personal y las carencias emocionales que muchas veces arrastramos desde la niñez. No busca dar soluciones, pero sí abre espacios de reflexión desde una mirada muy humana. Hay fragmentos que pueden resonar con quienes atraviesan procesos personales o simplemente necesitan saberse comprendidos.
Aunque no me parece una obra memorable, cumple con su propósito: acompañar, hacer pensar y, en algunos momentos, sacar una sonrisa. Es una lectura ágil, por momentos simpática, y contiene frases que vale la pena guardar. Para ser su segundo libro, Nora de la Cruz demuestra que tiene una voz auténtica que vale la pena seguir.
Todo este año he leído cosas para la maestría y la universidad, por lo que me costaba mucho encontrar una lectura que me atrapara por genuino interés. Vi el libro hace un par de meses y llamó mi atención pero hasta hace una semana me animé a leerlo sin mucha expectativa porque me pareció que era uno más de la avanzada de libros sobre maternidad que se han publicado en los últimos años. Sin embargo, me encontré con una historia de crecimiento, que explora desde diferentes fases de la vida de Lina -la protagonista- y cuenta con un humor satírico a la vez de reflexivo la experiencia y relación que tiene con lo femenino y ser mujer. En ese sentido me recordó mucho a Caitlin Moran y Lena Dunham. Lo que más me gustó fue cómo relata la relación con la hermana y sobre todo con las amigas, esas que son el verdadero amor, acompañamiento y salvación. Duerme, cicatriz (además) tiene muy buen soundtrack ;)
Esta es una de las historias que llegan a tus manos justamente cuando las necesitas. Duerme, cicatriz trata varios temas como la menstruación, los primeros acercamientos con la sexualidad, maternidad y embarazo desde la historia de Lina. Desde su presente nos narra sobre su ida a urgencias que terminó en una cirugía de emergencia por un embarazo ectópico y sus remembranzas a todos estos primeros acercamientos con la sexualidad y el desarrollo. El hecho de que el embarazo de Lina haya sido producto de una violación le da un matiz diferente a la historia (y de alguien a quien ella admiraba y creía confiar). Solo me hubiera gustado leer más sobre el proceso de Lina después de eso. Aún así, la historia está muy bien construida y el final me pareció de lo más acertado. Espero leer más historias de la autora en el futuro.
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Esta es la historia de Lina y la de muchas mujeres que hemos tenido una relación compleja con nuestros cuerpos. La narración comienza cuando Lina descubre un sangrado y se dirige al hospital pues está embarazada. La acompañamos a lo largo del periplo que es atenderse en la seguridad social mientras recorremos su historia, y la de su cuerpo, de los 11 años en adelante.
Mi opinión: Me encantó el tono de humor que tiene la novela, me hizo reír y tocar temas profundos al mismo tiempo. Me encanta que tiene un playlist que acompaña la lectura. Fui puberta y adolescente en los 90{s y 200´s igual que Lina sí que me sentí muy identificada.
Mirada psicológica: Excelente texto para explorar el duelo gestacional, la adolescencia y pubertad, la relación con el cuerpo, la amistad entre mujeres, las relaciones de pareja violentas y la pregunta ¿ser madre?
Citas: "A los trece, mejor amiga es la forma más apasionada de amor" "Necesité perder aproximadamente cinco kilos de grasa corporal para ver en los ojso de mi madre el brillo del orgullo cuando me miraba" "Para mí, el embarazo se presentó como una circusntancia, no como una decisión, y cuando apenas me preguntaba cómo sería convertirme en madre, si estaba lista o no, si era algo que en realidad quería, la decisión se tomó sola, de manera igualmente circunstancial" "Ese era el segundo pensamiento que me carcomía en esas noches: la madre que hubiera sido, que iba a ser o que ya no sería"
Nora de la Cruz hace un retrato intimo en algunos momentos mordaz, en otros crudo, empatico, sobre la que representa la sexualidad en la adolescencia y la adultez para una generación que crece entre el tabú y una época de liberación sexual que se vive de puertas hacia adentro, habla con la cercanía de una vieja amiga que te cuenta sobre su despertar sexual, sus miedos profundos y las relaciones con sus amigas que en esta historia como muchas veces en la vida real son quienes te salvan.
Honestamente me tocó fibras que ni siquiera sabía que existían dentro de mi, conocer a Lina y adentrarme en su historia de vida fue maravilloso y a la par doloroso. Sin duda, Nora es una gran escritora, tiene una forma de hacerme reír y en otras páginas paso a sentir el corazón más pequeño. Tengo a hora la necesidad de recomendarlo a todo el mundoooo, muchas gracias Nora por compartir esto con el mundo. (Sigue escribiendo porfavor).
3.5 ⭐️ Me gustó la sencillez de la narración. La historia me gusta, por esta experiencia que nos relaciona a las mujeres mexicanas que pasamos por las manos del seguro social. Todavía sigo tratando de entender por qué toda la historia la protagonista se sintió víctima hasta sus 38 años. Le faltaba madurez, se queja de su madre, pero ella siempre estuvo ahí. No lo sé, no logré empatizar con la protagonista por completo. Si leería otro libro de la autora.
Me ha encantado esta historia y la forma en que esta contada. Como mujer (38), me he identificado con muchos pensamientos y situaciones de la protagonista, si bien la historia es dura y triste, la autora ha logrado hilarlo con humor. Se reflejan las preocupaciones, dudas y comparaciones diarias de la mujer contemporánea.
Duerme cicatriz es una bocanada de nostalgia noventera-dosmilera: adolescencia, amistad, cassettes grabados... pero tambien de transición emocional adolescencia-adultez, relaciones y crisis existenciales, momentos que primero fueron herida y luego se convirtieron en cicatriz. Nora tiene una forma de narrar que hace que lo trágico no lastime (tanto) y que sin ser optimista nos dé esperanza.
Me lo leí en 2 días , me gustó mucho. Toca temas como la maternidad, el amor propio, la adolescencia y la sexualidad. Me hizo reflexionar y recordar mi propia adolescencia mis errores y momentos de migajera.