Un viudo huraño, una institutriz llena de secretos y un amor prohibido capaz de romper barreras.
Cuando Helen Danbury pierde a su marido en la guerra, no le queda más remedio que tomar una decisión desesperada para poder sacar adelante a su se hará pasar por una mujer soltera y pedirá trabajo como institutriz en casa de algunas familias respetables. Y lo encontrará en casa del conde de Steventon.
Alfred Fitzwilliam, conde de Steventon, está desesperado por encontrar una institutriz para sus revoltosos hijos, así que cuando recibe referencias de la señorita Danbury, no duda en ofrecerle un empleo. Aunque para ello tendrá que trasladarse a la casa de campo en la que prácticamente vive recluido desde la trágica noche en la que su esposa falleció.
A pesar de que al principio su relación es distante y profesional, los dos no tardarán en conectar al darse cuenta de que han pasado por situaciones parecidas. Pero los secretos que guarda Helen y las diferencias sociales pueden convertirse en muros infranqueables que los separen. ¿Será su complicidad más fuerte que todo lo que los separa?
Es una novela que te atrapa desde la primera página. Está escrita con una prosa cuidada y muy amena de leer.
Se habla del duelo y cómo afecta a tu vida sobre todo al ser de alguien tan cercano. También se ve el amor que se procesa a los hijos.
El romance es precioso, va creciendo poco a poco hasta que ambos no pueden negar sus sentimientos. Es una maravillosa lectura que os calentará el corazón.
Nos encantó saber más de los protagonistas del primer libro. Tenemos muchas ganas de leer el último de la trilogía.
El primer libro de esta serie nos encantó por ser cortito pero adictivo, por lo que no hemos podido resistirnos a saber qué se escondía en la historia del conde de Steventon, y @maria.heredia10 lo ha vuelto a conseguir. Menos de 2 h de lectura con romance de época en una relación mal vista en la sociedad en la que vivían…
Helen ha perdido a su marido en la guerra, por lo que hará lo que sea necesario para sacar adelante a su hijo, para conseguir trabajo como institutriz deberá mentir un poquito, pero el motivo está más que justificado… Así es como llegará a la casa del conde de Steventon, un viudo con tres hijos que han conseguido que todas sus predecesoras salieran huyendo de allí, pero ellas no tenían los mimos motivos que ella, por lo que tiene claro que no podrán echarla de allí —los niños al menos—.
Alfred está apagado desde que su mujer murió dando a luz a sus gemelas, por ese motivo quizá sus hijos sean tan rebeldes, ha intentado suplir la falta de su madre permitiéndoles hacer lo que quisieran y ahora le está pasando factura, necesita como sea una institutriz que los eduque, ya que por su rango no pueden ser unos paletos. La llegada de Helen a su vida hará que empiece a sentir cosas que creía muertas mientras se van conociendo poco a poco en secreto en la biblioteca, ambos tienen pasión por la lectura y eso los unirá más de lo que creen, pero jamás se le permitiría a alguien de su rango relacionarse con una empleada.
Helen por su parte tiene claro que ella jamás será la amante de nadie, ¿podrá una relación prohibida llegar a buen puerto? Y lo que es más importante… ¿tendrá futuro una relación que ha comenzado con una mentira y en la que las confesiones han sido un pilar fundamental? Una vez pierdes la confianza de alguien es muy difícil recuperarla…
¿Recomendamos? Sin duda, la pluma de Mia es adictiva, y sus historias tienen de todo en muy pocas páginas, son perfectas para una tarde de desconexión, totalmente recomendable, ya estamos contando los días para saber qué le deparará la vida a Elizabeth.
La historia es cortita, centrándose en lo que sucede en la casa del conde Steventon y el cómo gracias a una pequeña mentira, Helen logra hacerse un hueco en la familia con sus dotes de institutriz.
Además, puedes leerla de forma independiente al libro anterior ("Un vizconde para evitar un escándalo") ya que está más enfocada a los protagonistas, aunque sí que hay referencias a este.
La trama comienza con Alfed, desesperado por encontrar a una institutriz que logre instruir a sus hijos y no huir en el intento, como había sucedido con las anteriores, pues, como ya se apreció un poco en el libro anterior, son bastante revoltosos.
Esto no supone un problema para Helen, quien va a tratar por todos los medios de conservar su puesto de trabajo, aunque los pequeños no se lo pongan fácil en un primer momento.
Con el paso de los días, Helen va siendo más cercana a la familia del duque, terminando por despertar unos sentimientos que ni ella, ni Alfred esperaban tener tras quedarse viudos, negándolo a los demás, pero reconociéndoselo a sí mismos casi desde su aparición.
Me ha gustado el cómo Helen ha tratado de ser una dama honorable, tratando de hace lo correcto en todo momento, aunque esto supusiera dejar a un lado sus sentimientos, y el cómo Alfred lo reconocía y respetaba su forma de actuar.
Por otro lado, me ha sorprendido el comportamiento de su familia (madre y hermanas), ya que esperaba que fueran algo más comprensivas con él, dado lo que sucedió con Jane en el primer libro.
Esto consigue que te empieces a preocupar por el futuro de la pareja y que empieces a desconfiar de las acciones de alguna de las hermanas de Alfred.
En cuanto al final, cuenta con un giro muy emocionante, sorpresas y un desenlace que me ha encantado, además, su epílogo es muy divertido.
Helen es viuda y quiere volver a trabajar como institutriz. Como tiene un hijo, no la contratan fácilmente para trabajar. Ella quiere sacar a su hijo adelante, por eso cuando tiene la oportunidad de conseguir ser institutriz de una familia de un conde decide ocultar que es viuda y que tiene un hijo.
Alfred es viudo y tiene tres hijos revoltosos, un niño y dos hijas gemelas. Está desesperado porque no encuentra a una institutriz que tolere las travesuras de sus hijos.
Cuando Helen llega a la casa, no lo tendrá fácil pero poco a poco se gana a los hijos de Alfred.
Es una novela con una historia de amor muy dulce y bonita.
● Me gusta mucho la forma de escribir de la autora. Su pluma es muy adictiva y te atrapa desde la primera página.
● Los capítulos de la novela son cortos por lo que la lectura es muy amena.
● Los personajes que aparecen en la novela, tanto los principales como los secundarios, están muy bien definidos y caracterizados. Destaco a Helen, la protagonista de esta novela. Ella es una mujer que, a pesar del profundo dolor que siente por la inesperada pérdida de su marido (el gran amor de su vida) no se da por vencida y está dispuesta a todo por sacar a su hijo adelante.
● En esta segunda entrega de la serie “Amar a un Fitzwilliam” aparecen, como personajes secundarios, Jane y George, los protagonistas de la primera entrega de la serie. Me ha gustado reencontrarlos y saber cómo les va la vida unos años después.
● Me ha gustado la historia de amor a fuego lento entre Helen y Alfred. Su amor crece día tras día hasta el punto de que ninguno de los dos puede negar sus sentimientos, pero ambos saben que jamás podrán estar juntos ya que él es un conde y ella una institutriz.
● En esta novela se habla del tema del duelo, un tema muy delicado que la autora ha sabido tratar a la perfección.
En definitiva, “Una institutriz para desenterrar un corazón” es una historia de amor, de superación y de segundas oportunidades que te atrapa desde el inicio hasta el final.
¡No te la pierdas!
*Estoy deseando leer la última entrega de esta trilogía.
Me ha gustado más que el primero, la pareja me ha conquistado desde el principio. Pero me ha pasado algo parecido, he echado en falta más escenas entre la pareja. No me refiero a nada sexual, sino a momentos que te derritan el corazón. Me hubiera gustado tener un poco más porque esta pareja daba pie. De todas formas, es un gusto muy personal que no hace que el libro sea menos adorable.
Es una trilogía que estoy amando, diría que mi gran sorpresa de este año. La recomiendo para aquellas personas que busquen una lectura ligera y dulce.