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October 14, 2023 - May 18, 2025
«La magnitud del desplazamiento de China en el equilibrio mundial es tal que el mundo debe encontrar un nuevo equilibrio en treinta o cuarenta años»
«Se trata del mayor actor en la historia del hombre».[141]
el problema de Estados Unidos residía en sus vacilaciones entre un idealismo insuficientemente reflexivo y los habituales ataques de inseguridad,
«En este momento, creo que el resultado estadounidense es el mejor para nosotros»,
Singapur no reconoció de forma oficial a la República Popular China hasta 1990.
«Deng encontró en el ordenado Singapur un modelo de reforma atractivo»
China, que la apertura necesaria para el crecimiento económico no tenía por qué producirse a expensas de los «valores confucianos».
En 1989, Lee se unió a la mayor parte de Occidente y condenó la represión de las protestas estudiantiles en la plaza de Tiananmén por parte de los dirigentes chinos.
Deng era el único líder en China con la posición política y la fuerza para revertir las políticas de Mao
Gorbachov, a diferencia de Deng, solo había leído sobre la revolución, y no reconoció las señales de peligro del inminente colapso de la Unión Soviética.[151]
«La buena suerte geopolítica, la abundancia de recursos y la energía de los inmigrantes, un generoso flujo de capital y tecnología desde Europa, y dos amplios océanos que mantenían los conflictos del mundo alejados de las costas estadounidenses».[153]
cuando China se convirtiera en una formidable potencia militar con tecnología punta, la geografía no proporcionará ninguna protección a Estados Unidos.
Lee creía que la mejor opción para los objetivos de estabilidad y crecimiento de Singapur sería una relación cordial pero fría entre las dos superpotencias.
Esta generación [mayor] ha pasado un infierno: el Gran Salto Adelante, el hambre, la inanición, casi el enfrentamiento con los rusos [...] la Revolución Cultural enloquecida
A Estados Unidos Lee le dio un consejo equivalente, no «tratar desde el principio a China como un enemigo»,
Estados Unidos debía «reconocer [a China] como una gran potencia,
que «además establezca discretamente las piezas para un plan alternativo en el caso de que China no juegue según las reglas,
Lee nunca se cansó de recordar a sus interlocutores que la globalización significaba que todas las naciones
tendrían que aprender a vivir en un mundo competitivo.[161]
«El regionalismo ya no es la mejor solución
La interdependencia es la realidad.
Es un solo mund...
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Lee pensaba que el final de la Guerra Fría había provocado dos fenómenos contradictorios: la globalización y la potencial rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China, con el riesgo de una guerra catastrófica.
Inevitablemente, las dos naciones acabarían chocando.
Pero hoy, en la tercera década del siglo XXI, parece que ambos han dejado de intentar dar a la coexistencia un aspecto operativo y se dirigen en cambio en una rivalidad más aguda.
El destino del mundo moderno depende de la respuesta.
Comenzó su carrera desarrollando un concepto de orden para una pequeña isla insignificante y su entorno,
el viejo realista había asumido el papel de conciencia del mundo.
Lee renunció al cargo de primer ministro en noviembre de 1990.
Una evaluación del legado de Lee debe comenzar con el extraordinario crecimiento del producto interior bruto per cápita de Singapur,
que pasó de 517 dólares en 1965 a 11.900 dólares en 1990 y 60.000 dólares en la actualidad (2020).[166]
Se trata de uno de los éxitos económicos más notables de la época moderna.
Richard Nixon,
en el mundo en desarrollo, demasiadas personas se han ido a la cama por la noche con los oídos llenos pero el estómago vacío.[168]
Lee llevó a Singapur en la dirección opuesta y atrajo a las corporaciones multinacionales al abrazar el libre comercio y el capitalismo, y al insistir en el cumplimiento de los contratos comerciales.
Valoró su diversidad étnica
Lee apostó su futuro geopolítico a la fiabilidad de Estados Unidos y sus aliados.
Lee concedió una importancia decisiva a la centralidad de la cultura.
La universalidad de las reivindicaciones liberales le resultaba tan inconcebible como la idea de que algún día los estadounidenses decidieran seguir a Confucio.
En Singapur las elecciones no son democráticas, pero no carecen de importancia.
Pero, cuando las opiniones —y las divisiones— políticas están determinadas por definiciones inmutables de la identidad y no por diferencias políticas fluidas, la perspectiva de cualquier resultado de este tipo disminuye en proporción a la magnitud de la división;
Según Lee, la gobernanza funcionaba de manera más efectiva como una unidad pragmática de colaboradores estrechos sin ataduras ideológicas, que valoraba la competencia técnica y administrativa y buscaba implacablemente la excelencia.
La política exige a una persona ese extra, un compromiso con el pueblo y los ideales. No se trata de un simple trabajo. Es una vocación, no muy diferente del sacerdocio.
Para los idealistas, lo que pone a prueba una estructura es su relación con normas inmutables; para los estadistas, la adaptabilidad a las circunstancias históricas.
¿Se puede concebir un equilibrio mejor entre la democracia popular y el elitismo modificado? Este será el reto definitivo de Singapur.
La democracia de libre mercado, que tras el colapso de la Unión Soviética se autoproclamó el orden más viable, se enfrenta simultáneamente a modelos alternativos externos y a la disminución de la confianza interna.
Lee era un improvisador incansable, no un teórico del gobierno.
Como él mismo decía: «Nunca fui prisionero de una teoría. Me guiaron la razón y la realidad. La prueba de fuego que aplicaba a cualquier teoría o ciencia era ¿funcionará?».[173]
Alexander Pope: «Dejemos que los tontos discutan sobre las formas de gobierno; la mejor es la que se administre mejor».[174]
fue tanto un profeta como un estadista.

