Kindle Notes & Highlights
La vida no es un asunto individual. Una historia y sus lecciones no tienen utilidad si no son compartidas.
Solamente la vida puede enseñar. Ofrece muchas experiencias y, si estas trajeran la sabiduría por sí mismas y la plenitud, todas las personas de edad serían maestros iluminados y felices.
Usa tus conocimientos, pero sé consciente de sus límites. El conocimiento no basta por sí solo; no tiene corazón. No alimenta tu espíritu; no puede proporcionarte la felicidad última ni la paz. La vida exige algo más que el conocimiento: exige una intensa capacidad de sentir y una energía inagotable. Solamente la acción justa insufla la vida al conocimiento.
Es pues evidente que tus humores tienen su fuente en tu espíritu y no en las demás personas o en el entorno. Esa es la primera lección.
Si se produce un suceso que contradice a una creencia, aparece la agitación. El pensamiento constituye una reacción inconsciente a la vida.
Pero comprende bien esto: la utilidad del sable depende del que lo maneja. Todavía no sabes utilizarlo, y en tus manos puede convertirse en un arma peligrosa, decepcionante o inútil. Al principio la meditación puede ayudar a relajarte. Tú exhibes tu 'sable': se lo enseñas orgullosamente a tus amigos. El destello de este sable distrae a numerosos meditadores y los conduce hacia más ilusiones, hasta que terminan por abandonarlo para ir de nuevo en busca de otra 'alternativa interior'.
«Todas las cosas tienen una razón de ser, Danny; en tus manos está utilizarlas de la mejor manera».
El dolor puede purificar el espíritu y el cuerpo, porque quema todo lo que obstruye. –Vio mi mirada inquisitoria y añadió–: Un guerrero no busca el dolor, pero si viene, lo utiliza. Ahora, descansa, Danny, descansa. –Aprovechó la llegada de la enfermera para salir de la habitación.
Controlar tus emociones consiste, pues, en dejar que se manifiesten y desaparezcan.
Cuando un bebé no está contento, llora. No se plantea la cuestión de saber si debería llorar. Cógelo en tus brazos o dale de comer, y en unos segundos, dejará de llorar. Si el bebé está enfadado te lo hace saber claramente. Pero también eso lo deja muy rápido: ¿puedes imaginarte a un bebé que tenga remordimientos debido a su cólera? Los bebés la dejan manifestarse y disiparse. Se expresan totalmente; luego se callan. Los niños son buenos maestros. Y enseñan el uso correcto de la energía. Apréndelo y podrás transformar cualquier costumbre.
Más vale cometer un error con toda la fuerza de tu ser que evitar cuidadosamente los errores con un espíritu tembloroso. Ser responsable significa reconocer tanto el placer como su precio, hacer una elección sin inquietud.
La moderación es para los débiles y para los vagos, para aquellos que son incapaces de adoptar una postura. Es para los que tienen miedo de reírse o de llorar, para quienes tienen miedo de vivir o de morir. La moderación, inspiró profundamente, preparándose para la condena final, es té tibio, ¡la bebida del diablo!
La muerte no es triste; lo triste es que la gente no vive realmente.
Sócrates no había respondido a mis esperanzas. Al contrario, había demostrado la superioridad de la felicidad. Una nueva decisión me invadió: había comprobado la futilidad de querer vivir en función de las esperanzas condicionadas de los demás o de mi propio intelecto. De ahora en adelante, elegiría como guerrero cuándo, dónde y cómo pensar y actuar.
El satori es el estado de conciencia del guerrero; se produce cuando el espíritu está libre de todo pensamiento, conciencia pura: el cuerpo permanece activo, sensible, relajado;
el intelecto es semejante a un fantasma y, de hecho, nunca existe en el presente. No tiene otro poder que el de atraer tu atención fuera del instante presente.
Si estuvieras convencido de tener una enfermedad incurable, si te quedara muy poco tiempo para vivir y saber quién eres, no lo perderías compadeciéndote de ti mismo, teniendo miedo, siendo perezoso y ambicioso. Dan, tienes una enfermedad incurable: se llama muerte. Que te marches unos años antes o después no establece una gran diferencia. Sé feliz ahora, sin motivo, o no lo serás jamás».

