Drucker se había dado cuenta de que el trabajo del conocimiento es algo demasiado cualificado y creativo como para descomponerlo en una serie de tareas repetitivas que los directivos puedan encargar a sus empleados, como ocurre con el trabajo manual. Y no resulta fácil tomar algo tan abstracto como el diseño de una estrategia empresarial o la innovación en algún aspecto científico, y reducirlo a una serie de pasos sin reflexionar sobre ello.

