Imagina, por ejemplo, que un emisor transmite letras del alfabeto inglés como parte de un mensaje más largo. Si las dos primeras letras enviadas son la T y la H, esto acota mucho las posibilidades en cuanto a qué letra será la siguiente. La probabilidad, por ejemplo, de que a continuación vaya X, Q o Z es cero; pero la de que el emisor añada la E es bastante alta.

