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Todas las personas casadas a las que conocía parecían desesperadas por arrastrar a los demás al matrimonio, sin importarles lo más mínimo que ellos fuesen un ejemplo pésimo para comenzar a hacer publicidad de esa institución.
“Sólo puedes transportar una carga y usar las manos si te atas ese peso a la espalda. Si te casas, podrás volver a usar las manos. Si no te casas, nunca tendrás las manos libres para hacer nada más. Mira a Mazankov y a Krupov. Los dos arruinaron su carrera por culpa de las mujeres.”
Cuando repasaba su breve etapa de mujer casada, Robin estaba segura de no haber caído nunca en la mala costumbre de tratar a las personas solteras como ahora su amiga la trataba a ella: con absoluta falta de consideración por sus sentimientos y, a veces, con torpes intentos de organizarle su vida amorosa.
¿No crees que tendemos a atribuir a ciertas categorías de personas una bondad que no han demostrado?
Gran enemigo... es el perverso tiempo... EDMUND SPENSER La reina hada
No quiero que la familia esté presente durante la incineración. Odio las incineraciones: esas cortinas, esa cinta transportadora... Os despedís de mí en la iglesia, os lleváis a Ted al pub y dejáis que los empleados de la funeraria se ocupen de lo de la incineración, ¿de acuerdo?
la visita de antes de Navidad sólo había sido lo típico que hace la gente cuando llegan las fiestas: saldar deudas sociales, hacerse regalos, dejarse ver...
Robin pensó en Matthew, que había sido incapaz de adaptarse a una esposa que esperaba algo más de la vida que una progresión constante en la escala inmobiliaria, y de dejar a una amante que, en realidad, siempre había encajado mejor que Robin con sus ideales y sus ambiciones.
Strike pensó en lo culpable que se sentía por desear que la lenta agonía de Joan no se prolongase mucho más. Por muy indeseado que fuera, un cadáver significaba que la angustia por fin encontraba una vía de escape, una sublimación, entre flores, discursos, rituales, consuelo divino, alcohol y los otros dolientes. Se alcanzaba una apoteosis, se daba un primer paso hacia la comprensión de la triste realidad de que la vida se ha extinguido y de que la vida debe continuar.
Yo siempre digo que, si una chica vive con un hombre sin estar casados, es que lo quiere de verdad —repuso Satchwell—. Porque no hay nada que la retenga, sólo sus sentimientos, ¿no es así?
Esa tía era pura escoria —dijo Eden bruscamente. —El agua sucia también enfría el hierro al rojo —repuso Porschia con acento bajan—. Nadie lo obligó a acostarse con ella.
Nunca olvidaré... cómo te portaste conmigo cuando de verdad te necesitaba. A pesar de todo lo demás..., de eso no me olvidaré nunca.
¿Por qué dolía tanto recordar la inocencia de la infancia cuando una se hacía mayor? ¿Por qué el recuerdo de la niña que se creía invulnerable y que no conocía la crueldad le suscitaba más sufrimiento que placer?
«No somos nuestros errores. Lo que demuestra lo que somos es lo que hacemos con nuestros errores.»
Pues pronto cesa el natural afecto, y apagado es con la mayor llama de Cupido, pero la fiel amistad a ambos reprime, y a ellos con sabia disciplina amansa, con pensamientos que aspiran a la eterna fama.
Muchos adultos tenían familias que se habían roto para siempre; llevaban cicatrices invisibles desde la más tierna infancia, y sus percepciones y relaciones se habían visto alteradas para siempre por la falta de amor, la violencia o la crueldad.
