el señor Knightley era una de las pocas personas que encontraba defectos en Emma Woodhouse y el único que se atrevía a decírselo; y, aunque esto no le resultaba especialmente agradable a la joven, sabía que mucho menos le resultaría a su padre y no quería siquiera dejarle entrever el hecho inaudito de que a alguien no le pareciera perfecta.

