Me fui muy lejos, al espacio, donde todas las vidas que hubiéramos podido tener fueron explotando por la presión y la falta de oxígeno. Al aterrizar, encontré refugio en la seguridad de que sufrir ahora para no sufrir en el futuro era la opción más elegante. Tenía los bolsillos vacíos y la cabeza hueca, sin sueños.

