More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
La edad es mi despertador
¿Por qué los viejos se despertarán tan temprano? ¿Será para tener un día más largo?
Cada día es un nuevo día. Es mejor tener suerte. Pero yo prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto.”
Por lo general, la gente no tiene piedad de las tortugas porque el corazón de una tortuga sigue latiendo varias horas después de que han sido sacrificadas.
Se consideraba una virtud no hablar innecesariamente en el mar y el viejo siempre lo había considerado así y lo respetaba.
“Nadie debiera estar solo en su vejez. Pero es inevitable.
se dio cuenta de que nadie está jamás solo en el mar.
El hombre no es gran cosa junto a las grandes aves y fieras.
“Me estás matando, pez. Pero tienes derecho. Hermano, jamás en mi vida he visto cosa más grande, ni más hermosa, ni más tranquila, ni más noble que tú. Vamos, ven a matarme. No me importa quién mate a quién.”
“Deja que él me lleve si quiere. Yo sólo soy mejor que él por mis artes y él no ha querido hacerme daño.”
“Se llevó también mi arpón y todo el cabo; ahora mi pez sangra y vendrán otros tiburones.”
—Pero el ser humano no está hecho para la derrota —dijo—. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado.
“No has matado el pez únicamente para vivir y vender para comer. Lo mataste por orgullo y porque eres pescador. Lo amabas cuando estaba vivo y lo amas después. Si lo amas, no es pecado matarlo. ¿O será más que pecado?”
“Debiste haber traído muchas cosas. Pero no las has traído, viejo. Ahora no es el momento de pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay.”
La suerte es una cosa que viene en muchas formas, y ¿quién puede reconocerla?
uno recoger migajas de una mesa. El viejo no les hacía caso. No hacía caso de nada, salvo del gobierno del bote. Sólo notaba
El viejo cogió el vaso y bebió el café. —Me derrotaron, Manolín —dijo—. Me derrotaron de verdad.

