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la adoración es más que cantar canciones a Dios; es invertir en nuestra relación con Él, incluso cuando no tenemos ganas de hacerlo o cuando las circunstancias son difíciles.
cuando estás luchando contra un ataque espiritual en curso, Dios está usando esos momentos para entrenarte para la guerra, para aprender cómo ganar autoridad en esa área de la vida que está siendo atacada.
A través de los años, a través de las enseñanzas de mi papá, he llegado a comprender las cuatro armas que usó para combatir los ataques del enemigo: el nombre de Jesús, la sangre de Jesús, la Palabra de Dios y la adoración. Él nunca usó esas armas al azar. En cambio, discernía lo que se necesitaba en ese momento y utilizaba esa herramienta.
No pude protegerlos de la realidad de mi quebranto. Ni siquiera quería. Quería que ellos vieran mi quebranto para que pudieran verme elegir creer en Dios. Necesitaban experimentar lo que solo Dios puede hacer. Dios se vuelve real de una manera completamente nueva cuando se vuelve tu única opción, y necesitarían de este momento para darse cuenta de esa verdad. Se convertiría en un ancla para su propia fe.
A través de mis experiencias, me di cuenta de que cuando alguien es sanado instantáneamente, a menudo eso habla de su identidad como hijo o hija de Dios. Pero cuando la sanidad o la libertad es progresiva y se lleva a cabo con el paso del tiempo, a menudo es porque esa persona está siendo entrenada para la guerra, y cuando estás entrenado para la guerra, obtienes autoridad y poder en esa área.
“Cualquiera puede estar agradecido cuando las cosas van bien, pero dar un regalo de agradecimiento y alabanza en medio de una crisis es una verdadera prueba”,
A menudo, en medio de grandes pérdidas, las personas reducen su teología para que coincida con su experiencia.
“En el cielo no habrá dolor, confusión o pérdida. Entonces, abrazo mi momento de dolor ahora y le alabo en medio de todo esto. Esa es una ofrenda que nunca tendré la oportunidad de darle a Él en el cielo”.
Podía citar el pasaje en las escrituras sobre la renovación de la mente a través de la Palabra, pero en este caso realmente lo estaba experimentando.
Me di cuenta de que muy a menudo quiero pan semanal, mensual o anual. Pero vivir solo para el futuro me había robado la gracia de vivir bien cada día.
Para experimentar todo el poder del perdón, los dolores del pasado deben ser hablados y tratados. La reconciliación tiene que ser buscada, explorada y perseguida.
La retrospección es perfecta, y en retrospectiva, puedo ver que ninguno de nosotros tenía motivos malos. Ninguno de nosotros deseaba herir a la otra persona. Todos estábamos haciendo lo mejor que podíamos. Nos amábamos. Los sigo amando. Era solo que a veces nuestro dolor y nuestros problemas se interponían en el camino. Si hubiera sido más honesto conmigo mismo, si hubiera sido más vulnerable con mi dolor, se podrían haber evitado años de malentendidos.
Pero tal vez evadir el dolor no es el punto. Dios trabaja a través de las crisis, lo sé de primera mano. Usó la mía para llevarme hasta el límite de mi mismo. Me estaba enamorando más de Dios y de la gente cada día. Estaba exper...
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Pensé en la gente de la iglesia esa noche. Necesitaban escuchar a alguien decir: “Yo también lucho”. Todos estamos desesperados por saber que no estamos solos y estamos buscando un rayo de esperanza. Si había algo que Dios me había dado en los últimos meses, era esperanza.
No había nada más que paz. Me tomó lo que pareció una eternidad llegar aquí, pero no lo cambiaría por nada del mundo. Esa temporada de oscuridad había abierto mis ojos a la realidad de una mejor manera. Esa oscuridad dio paso a la luz. Fue en esa oscuridad que Dios se mostró fiel. Fue en esa oscuridad cuando Dios se volvió real.

