Ésta es la esencia de la ley: cuando las aguas están calmas, los adversarios tienen tiempo y espacio para tramar acciones que ellos iniciarán y controlarán. Así que revuelva las aguas, obligue al pez a salir a la superficie y fuerce a actuar a sus adversarios antes de que estén preparados; róbeles la iniciativa. La mejor forma de hacerlo consiste en manipular las emociones incontrolables

