«Las medicinas te aíslan. Bloquean la empatía. Lo aplanan todo y siempre te sientes incómoda con otras personas. No te dejan engranar con la gente. Los fármacos pueden solucionar la agresividad, la ansiedad y alguna paranoia; esa clase de síntomas, pero no te ayudan con la empatía que es lo que hace que te lleves bien con los demás».

