El paciente permanece inmóvil en la cama sentado o echado, a menudo pálido y con los párpados entornados. Se mantiene callado la mayor parte del tiempo. Si se le pregunta algo, responde tras una pausa, despacio, con voz monótona e indiferente, expresándose con pocas palabras y volviendo a callarse rápidamente. En general, la respuesta es válida y pertinente sin excepción, lo que demuestra que el sujeto es capaz de prestar atención y de reflexionar.

