Katya Cárdenas H.

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En 1955, la depresión mayor y el trastorno bipolar no discapacitaban a muchas personas. Sólo había 50.937 internos en los manicomios estatales y comarcales diagnosticados con uno de esos trastornos afectivos.10 Pero en la década de 1990, empezaron a aparecer en número creciente en los registros del SSI y el SSDI personas que se debatían con la depresión y el trastorno bipolar, y hoy se calcula que hay 1.400.000 personas de entre dieciocho y sesenta y cuatro años que reciben una prestación federal porque están incapacitadas por un trastorno afectivo.11 Además, esta tendencia está aumentando:
Anatomía de una epidemia (Ensayo) (Spanish Edition)
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