Hoy en día, los científicos señalan que en realidad la moral tiene profundas raíces evolutivas anteriores en millones de años a la aparición de la humanidad. Todos los animales sociales, como lobos, delfines y monos, poseen códigos éticos, adaptados por la evolución para promover la cooperación del grupo.[3] Por ejemplo, cuando los lobeznos juegan entre sí siguen normas de «juego limpio». Si un lobezno muerde demasiado fuerte, o continúa mordiendo a un oponente que se ha tumbado sobre el lomo y se ha rendido, los demás lobeznos dejarán de jugar con él.

