Uche responde que no. Luego sonríe a Jija y, con la certera sensibilidad de un poderoso niño orogén, señala el bolsillo de su padre y pregunta: —¿Por qué te brilla, papi? Las palabras suenan bonitas pronunciadas entre los balbuceos de un bebé. Pero aquella certeza, saber que la roca se encuentra en el bolsillo de Jija cuando no hay manera de que Uche supiera que estaba ahí, es la que lo condena. Nassun no sabe que la roca fue el detonante. Cuando la encuentres, no se lo digas. Cuando Nassun llega a casa esa tarde, Uche ya está muerto. Jija se encuentra junto a su frío cadáver en la sala de
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