—Una luna. —Alabastro, amado monstruo, sensato demente, el orogén más poderoso de toda la Quietud e inminente aperitivo de comepiedras, te mira. Lo hace con la intensidad de siempre, sientes su decisión, lo que lo convierte en la fuerza de la naturaleza que es. Es como una sensación física que sobrevuela esa mirada. Los Guardianes fueron estúpidos al considerarlo domesticado—. Un satélite.

