Lectora_Rizada

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No despreciemos a las mujeres que no son madres, ni hijas, ni esposas. No reduzcamos el cariño a la familia, y la indulgencia al egoísmo. El cielo se alegra más del arrepentimiento de un pecador que de cien justos que jamás han pecado, así que intentemos que el cielo se alegre.
La dama de las camelias
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