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En el siglo XIX la familia es la institución absoluta, la célula sobre la que sustenta el Estado y, por extensión, el sistema político, social y económico. El capital se transmite de padres a hijos, por lo que la familia es fuente de derechos y deberes.
Jesús amaba de todo corazón a las almas golpeadas por las pasiones humanas, les vendaba las heridas y les ofrecía el consuelo necesario para curarlas. Decía a Magdalena: «Mucho te será perdonado porque has amado mucho», sublime perdón que despertaría una fe sublime. ¿Por qué deberíamos ser más inflexibles que Cristo?
No despreciemos a las mujeres que no son madres, ni hijas, ni esposas. No reduzcamos el cariño a la familia, y la indulgencia al egoísmo. El cielo se alegra más del arrepentimiento de un pecador que de cien justos que jamás han pecado, así que intentemos que el cielo se alegre.
El niño es pequeño, pero encierra al hombre; el cerebro es limitado, pero alberga el pensamiento, y el ojo es solo un punto, pero abarca leguas.
Siempre es difícil consolar un dolor del que nada sabemos,
Contar lo que estamos sufriendo nos sirve de consuelo.
¡Cuántos caminos toma el corazón, y cuántas razones se da para conseguir lo que quiere!
Las mujeres son despiadadas con aquellos que no les gustan.
ante la posibilidad de vivir menos tiempo que los demás, me he prometido vivir más deprisa.
«Nos damos cuenta de que la vida será corta por la rapidez de las sensaciones
No hay mejor entorno para la mujer a la que amamos que el cielo azul, las fragancias, las flores, la brisa y la soledad resplandeciente del campo o del bosque.
Usted sabe lo que es amar a una mujer, sabe que los días se hacen cortos y que con amorosa pereza nos dejamos arrastrar al día siguiente.
Las pasiones nos hacen fuertes frente a los sentimientos. Estaba dispuesto a luchar contra lo que fuera, incluso contra mi padre, para no perder a Marguerite.
¡Oh, vanidad del hombre, que te muestras en todas tus formas!
Cuando la vida se ha acostumbrado a algo, como a aquel amor, parece imposible que esa costumbre se rompa sin que haga también añicos todos los demás resortes de la existencia.
¿Cómo es posible que ver la vida y la felicidad de los demás haga que deseen vivir los que el día anterior, en la soledad de su alma y en la oscuridad de su habitación de enfermos, deseaban morir pronto?

