Normalmente, se espera que las grandes empresas de larga trayectoria tengan un crecimiento algo superior al del PIB. Las empresas de bajo crecimiento no siempre estuvieron en esa categoría. Empezaron siendo empresas de alto crecimiento y a partir de cierto punto empezaron a perder fuelle, ya fuera porque habían llegado tan lejos como podían, o porque se cansaron de sacar el máximo de su potencial. Cuando un sector económico en conjunto pierde impulso (lo que parece ocurrir a menudo) lo mismo les ocurre a la mayoría de las empresas que forman parte de él.

