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April 25 - July 19, 2020
Gracias por aparecer en mi vida. Pase lo que pase, hagas lo que hagas a partir de ahora, quiero que sepas que me has dado los dos años más felices de mi vida y que nunca te olvidaré.
«Su desconocimiento abarcaba la gama casi completa de la sabiduría humana. El problema consiste en descubrir lo que sí sabe».
las intervenciones del destino a menudo son una invitación para afrontar o incluso superar nuestros mayores miedos. No hace falta ser un genio para reconocer que si las circunstancias te empujan hacia aquello que más odias y temes, en el peor de los casos tendrás una oportunidad interesante para crecer.
pero la experiencia me había demostrado que cuanto más sabía de un tema menos me asustaba.
Un hombre puede ser feliz con una mujer, siempre que no la ame. OSCAR WILDE
En todas las religiones y clases económicas se tiene ese mismo dogma, que es muy nuevo, claramente occidental y puede resumirse con la frase: «Lo importante eres tú».
Como sucede en la mayoría de las sociedades tradicionales, los hmong no tienen por credo la frase «Lo importante eres tú», sino «Lo importante es el papel que representas».
Lo que todos parecían tener claro en aquella aldea vietnamita era que a cada uno nos toca una serie de tareas en la vida —unas adjudicadas a las mujeres, otras a los hombres— que debemos ejecutar de la mejor manera posible.
«Quien nada espera mucho encuentra». Mi amiga la abuela hmong nunca esperó que su marido la fuera a hacer inmensamente feliz.
El problema, por decirlo de una manera sencilla, es que no podemos elegirlo todo a la vez. Por eso corremos el peligro de que nos paralice la indecisión, porque nos aterra la posibilidad de que cada elección sea la incorrecta.
lo que Nietzsche llamaba el Lebensneid, o la «envidia vital»: la certidumbre de que alguien tiene mucha más suerte que tú,
Cuando sólo tienes un camino que seguir, sueles pensar que es el correcto.
Una encuesta reciente ha revelado lo que de verdad buscan las jóvenes estadounidenses en un marido: un hombre que las «inspire», requisito bastante difícil de cumplir, por cierto.
El primer vínculo de la sociedad es el matrimonio. CICERÓN
«a veces la vida es demasiado dura para estar solo y otras es demasiado buena para estar solo».
el amor convierte todos nuestros planes e intenciones en una gran apuesta.
por ese mismo motivo —porque había elegido a su esposo por amor— su matrimonio era más frágil de lo que se imaginaba.
El juramento que hacemos el día de nuestra boda es un noble intento de contradecirnos o, mejor dicho, convencernos de que —verdaderamente— lo que Dios ha unido nadie lo puede separar.
Hay un viejo refrán polaco que dice: «Antes de ir a la guerra reza una oración. Antes de salir al mar reza dos. Antes de casarte reza tres».
Así empieza el amor súbito. Y ese tipo de amor es la derivación más peligrosa del deseo. El amor súbito produce lo que los psicólogos llaman «pensamiento intruso»: el célebre estado distraído que impide pensar en todo lo que no sea el objeto de la obsesión.
No hay droga más potente que el comienzo de una relación apasionada.
La investigación de Fisher también demuestra que somos más propensos al amor cuando estamos pasando por un momento malo o especialmente sensible.
Cuando te enamoras de alguien no le ves claramente, sino que te dejas engañar por tu propio reflejo, porque estás intoxicado con ese sueño de compleción que has proyectado sobre un completo desconocido.
Carl Jung ya decía que los primeros seis meses de la mayoría de los enamoramientos son sólo una simple proyección. Pero el amor súbito es una proyección desmesurada.
Goethe lo explicó aún mejor: «Cuando dos personas están muy contentas la una con la otra, generalmente podemos dar por hecho que ambos están equivocados».
«Los dos sabíamos bien una cosa: yo tenía mis miserias, no las suyas; ella tenía las suyas, no las mías». En otras palabras, que uno más uno a veces suman dos.
una vez que se pierde la confianza, recuperarla es un proceso difícil, penoso y a menudo imposible.
«Es mucho más fácil no contaminar un río que limpiarlo cuando ya está contaminado»).
«si hablar de dinero te cuesta estando felizmente enamorado, ya verás lo que es hablar del tema más adelante, con el desconsuelo y la rabia de un amor echado a perder».
un matrimonio sano no consiste en que uno de los dos sea manso y complaciente, mientras el otro es un monstruo dominante o una arpía impenitente.
Buda decía que los problemas —con el tiempo y el espacio suficiente— acaban por desgastarse solos.
La gente siempre se enamora de lo mejor de las personas. Es normal que te gusten las virtudes de alguien. Pero el mérito no está ahí. Lo que tienes que hacer es preguntarte si eres capaz de aguantar lo malo. Después de ver los defectos de tu pareja con sinceridad, ¿crees que podrás pasarlos por alto y sacar algo bueno de la situación? Porque las virtudes siempre van a estar ahí, pero la mierda que hay debajo te puede hundir la vida.
El regalo más elegante que podemos ofrecer a alguien es quererle entero, casi a pesar suyo, por así decirlo.
¿Por qué era tan feliz Maude en 1936? Por el mismo motivo que Noi era feliz en el 2006, porque se sabía indispensable en la vida de su marido. Era feliz porque tenía un compañero con el que había emprendido un proyecto común en el que creía firmemente, pese a que jamás imaginó que llegaría a formar parte de algo semejante.
Una mujer casada es más feliz cuanto más culta sea, más dinero gane, más tarde se case, menos hijos tenga y más la ayude su marido en las tareas del hogar.
«Criar a un hijo es la auténtica encarnación de la ambivalencia. A veces me abruma que sea tan horrible y maravilloso a la vez».
«Sí, pierdes muchas libertades. Pero como madre sales ganando al tener la libertad de amar incondicionalmente a otro ser humano, con toda tu alma. Esa libertad también merece la pena vivirla».
ahorra, lávate los dientes, ponte el cinturón y haz gimnasia. Así llegarás a la tercera edad de bastante buen humor, te lo aseguro.
Si hay una cosa que me molesta y que llevo mal es que una persona me destroce la imagen que me he forjado meticulosamente de ella.
Si él tiene poca tolerancia con los imbéciles y los incompetentes, yo tiendo a pensar que tras cada imbécil incompetente hay una persona encantadora que simplemente tiene un mal día.
lo importante que es para ciertos hombres —o para ciertas personas— proporcionar al ser amado una serie de comodidades materiales y una protección constante. Olvido lo peligrosamente disminuidos que se quedan algunos hombres al perder esa capacidad. Lo mucho que significa para un hombre, por todo lo que representa.
El indicador infalible de un desbordamiento inminente es empezar a usar las palabras «siempre» o «nunca» en el argumento. Los Gottman lo llaman la «universalización» («¡Siempre me haces lo mismo!» o «¡Nunca puedo contar contigo!»). Hablar así es fulminar absolutamente toda posibilidad de discurso justo o inteligente.
la felicidad de un matrimonio se mide por las cicatrices que se tienen en la lengua, una por cada palabra furiosa que nos hemos logrado contener.
Eso es la intimidad: contarse historias en la oscuridad de la noche. En mi opinión es eso, el acto silencioso de hablar por la noche, lo que mejor ilustra la curiosa alquimia del compañerismo. Porque cuando Felipe me describió cómo nadaba su padre, yo tomé esa imagen borrosa y la cosí cuidadosamente en el dobladillo de mi propia vida, de modo que ahora ya la llevo conmigo para siempre.
«En la cama de un divorciado que se casa con una divorciada hay cuatro personas»,

