More on this book
Kindle Notes & Highlights
El calor y el frío del exterior poco influían en Scrooge. Ningún calor podía calentarle, ningún tiempo invernal era capaz de helarle. Jamás soplaba viento que fuese más áspero que él, ni caía nieve más empeñada en su propósito, ni chaparrón menos abierto a las súplicas. El mal tiempo era impotente ante él. Las más copiosas nevadas, lluvias, granizadas y heladas no podían vanagloriarse de llevarle ventaja más que en un solo aspecto: ellas, a veces, se dejaban caer con gracia, pero Scrooge jamás lo hacía.

