Heathcliff, si te desafiara ahora, ¿te atreverías? Si te atreves, nos quedaremos allí los dos. Yo sola no quiero acostarme allí. Aunque me entierren a cuatro metros de profundidad, aunque me echen la iglesia entera encima, hasta que vengas tú conmigo no descansaré, ¡nunca descansaré! Hizo una pausa y continuó luego, con una extraña sonrisa: –Lo está pensando...; le gustaría más que fuéramos juntos. ¡Pues da algún rodeo para no pasar por el cementerio...! ¡Qué lento eres! Te deberías alegrar, siempre te gustaba mucho seguirme.

